La piel es un órgano que, a pesar de su extensión e importancia por la gran cantidad de funciones que desempeña, es aun es mal comprendido, y muchas veces maltratado por la propia persona, por el uso irreflexivo de cosméticos y productos farmacéuticos, o por el
médico mismo.
La piel sana es bella, suave, tersa y a la vez resistente y protectora contra el ambiente. De colores variados según la raza, tiene importancia para el desarrollo adecuado de la personalidad, particularmente en el joven, pero es no menos importante para algunos en el desarrollo de las relaciones humanas o de ciertas profesiones en que cuenta mucho el aspecto de una parte o de toda la superficie corporal.
La piel es una cubierta indispensable para una adecuada armonía del organismo. Su falta, como ocurre en algunas enfermedades congénitas (
aplasia cutis) o en caso de grandes
quemaduras, pone en peligro la vida.
La piel recubre a los
órganos y tejidos del cuerpo y puede ser el sitio en que se expresan enfermedades internas. Muchos han considerado a la piel el espejo de la salud e incluso de las
emociones, ya que muchas veces una enfermedad psíquica puede manifestarse en la piel o sus anexos.
Embriogenia
La piel se deriva del
ectodermo y el mesodermo. El primero da origen a la
epidermis, los folículos pilosos, las glándulas sebáceas y sudoríparas, uñas y melanocitos. El mesodermo origina el
tejido conjuntivo, el músculo piloerector, los vasos y las
células de Langerhans y de la
dermis. La
epidermis y la
dermis se forman a partir del primer mes de vida intrauterina, y al quinto ya están desarrolladas. Al tercer mes se forman las uñas y los pelos, y luego las glándulas sebáceas y sudoríparas. El tejido celular subcutáneo empieza a formarse al cuarto mes, y ya está constituido entre el octavo y el noveno. Los pelos son visibles al quinto mes. Los melanocitos se derivan de la cresta neural; a la cuarta semana emigran a la piel, a la cual llegan a la décima.
Constitución anatómica
Un individuo de peso y estatura medios está cubierto de 1.85 m2 de piel, la cual pesa alrededor de 4 kg, tiene un volumen de 4 000 cm3, y mide 2.2 mm de espesor; equivale a 6% del peso corporal total. La piel presenta en su superficie más de 2.5 millones de orificios pilosebáceos y los llamados pliegues losángicos, y en especial en las palmas y plantas las crestas epidérmicas, llamadas dermatoglifos, que permanecen invariables toda la vida. Las faneras o anexos de la piel son el pelo corporal, la piel cabelluda y las uñas.
Composición
química
Agua en 70%; minerales como sodio, potasio, calcio, magnesio y cloro; carbohidratos como glucosa; lípidos, en especial
colesterol, y
proteínas como colágeno y queratina.
Histología
Se distinguen
epidermis,
dermis e hipodermis. La
epidermis es un
epitelio plano, estratificado, queratinizado, formado por cinco estratos:
1.Basal o germinativo, constituido por una hilera de
células cilíndricas basófilas: los queratinocitos. Aquí se inicia la proliferación de estos últimos, unidos entre sí por
desmosomas, y a la membrana basal por hemidesmosomas. Cada 5 a 10 queratinocitos se intercalan
células dendríticas (melanocitos) y no dendríticas (
células de Merkel) y en la región suprabasal, las
células de Langerhans. Hay un melanocito por cada 30 a 40 queratinocitos y conforman la unidad melánica-epidérmica. Los melanocitos contienen melanosomas y en su interior melanina, que transfi eren a las
células vecinas. La célula de Langerhans es una célula presentadora de antígenos que proviene de la
médula ósea y pertenece al sistema de macrófagos-mononucleares; contiene gránulos o cuerpos raquetoides (de Langerhans o de Birbeck). La célula de Merkel forma parte del sistema celular endocrino difuso que funciona como mecanorreceptor y tiene relación con terminaciones nerviosas sensitivas.
2. Espinoso o de Malpighi, compuesto por varias capas de
células poliédricas unidas entre sí por puentes intercelulares o
desmosomas; consta de
células con granulaciones de queratohialina (precursor de la queratina) hematoxilínicas.
3 . Lúcido, que sólo se presenta en piel muy gruesa, como la de las palmas y plantas; está formado por eleidina.
4. Córneo, muy grueso en las palmas y plantas, integrado por
células muertas aplanadas y sin núcleo, que contienen una proteína fibrilar, la queratina.
El
citoesqueleto de las
células esta compuesto de tres sistemas de filamentos: microfilamentos,
filamentos intermedios y microtúbulos. La familia de
filamentos intermedios o tonofilamentos es crucial en la diferenciación de queratinocitos de la capa germinativa a córnea (queratinización), y forma parte integral de los hemidesmosomas, los
desmosomas y la membrana basal.
La queratina se subdivide de manera principal en seis tipos (
citoqueratinas I a VI), con al menos 20 queratinas epiteliales y 10 de pelo.
Clasificación de Moll: I de bajo peso molecular (ácida) van de K10 a K20 II de alto peso molecular (neutra-básica), de K1 a K9. Las
citoqueratinas por lo general existen en pares, K5 y K14 predominan en
células basales y K1 y K10 son suprabasales y útiles en la confi rmación de carcinomas epidermoides. Las enfermedades con alteración del recambio epidérmico alteran los modelos de expresión; por ejemplo, K6 y K16 se relacionan con
epidermis hiperproliferativa (psoriasis). La regulación depende del tipo de célula o tejido, el desarrollo embrionario, el grado de diferenciación y la presencia de enfermedad. La expresión de genes que codifican para queratina también es modificada por ligandos como retinoides, calcio y
vitamina D.
Los gránulos de queratohialina están formados por profilagrina (proteína córnea básica) y un polipéptido, loricrina, que, junto con la involucrina, la queratolinina (cistatín – A), proteína de 195 kDa y cornifina, se han señalado como precursores de corneocitos diferenciados terminales, en los cuales se expresa filagrina.
Las queratinas, que participan en la formación del pelo y las uñas, son una combinación de queratinas epiteliales, y otras de queratinización dura no bien caracterizadas.
La unión de la
epidermis y la
dermis no es plana, sino que presenta ondulaciones dadas por las papilas dérmicas y las crestas interpapilares epidérmicas. Entre la capa basal y la
dermis se encuentra uno de los sitios más fascinantes de la piel, la membrana basal epidérmica. Hoy se sabe que muchas de las enfermedades ampollares adquiridas y congénitas son causadas por anticuerpos o mutaciones que se producen en algunos componentes de este pequeño mundo de antígenos. La membrana basal epidérmica se divide en las siguientes zonas: a) membrana celular de la célula basal, que es positiva a PAS; b) lámina lúcida, constituida por el antígeno del penfigoide (AgPA2, colágeno XVII), el antígeno de la enfermedad por IgA lineal (AgLAD), laminina y epiligrina; c) lámina densa y sublámina densa; entre estas dos están las fibrillas de anclaje y el antígeno de la epidermólisis ampollar (AgEA). El AgPA1 es parte del hemidesmosoma, y el AgPA2, de la lámina lúcida; el colágeno tipo IV que se localiza en la lámina densa es el antígeno en el lupus eritematoso discoide, y el colágeno tipo VII, que forma las fibrillas de anclaje, es el antígeno de la epidermólisis ampollar adquirida. Asimismo, la mutación de los genes que codifican para colágeno tipo VII genera las epidermólisis ampollares distróficas congénitas.
La
dermis se clasifica en superficial o papilar media o reticular y profunda. Está compuesta de tejido conjuntivo, vasos, nervios y anexos cutáneos. Hay tres clases de fibras proteínicas: de colágeno, reticulares y elásticas; una sustancia fundamental formada por mucopolisacáridos y varios tipos de
células: fibroblastos (que producen colágeno, sustancia fundamental y colagenasa), histiocitos, mastocitos, polimorfonucleares, eosinófilos y plasmocitos. Del colágeno se reconocieron inicialmente cinco componentes moleculares (I a V), pero a la fecha la descripción se ha extendido hasta el colágeno XVII; el componente I se distribuye en la piel, los huesos, los tendones y ligamentos; el II en el cartílago; el III en la piel fetal, y el IV en la membrana basal.
Aunque no hay diferencias significativas en relación con el color de la piel, en la piel blanca las fibras de oxitalán y elaunina de la
dermis están dispuestas en candelabro, no así en la negra. La vasculatura está dada por un plexo superficial y uno profundo, comunicados entre sí, y hay una red paralela de
vasos linfáticos. La hipodermis o tejido celular subcutáneo está formado por lóbulos de adipocitos, que son
células redondas con núcleo periférico y citoplasma lleno de lípidos, que sirve como reserva energética y aislantes de calor; dichos lóbulos están separados por tabiques de tejido conjuntivo. El complejo pilosebáceo consta del folículo piloso, el pelo, el músculo erector o arrector del pelo y la glándula sebácea. El folículo piloso tiene tres porciones: bulbo, istmo e infundíbulo; la primera contiene la papila folicular con elementos dérmicos y la matriz del pelo, y termina en la inserción del músculo erector; la segunda está entre ese músculo y la glándula sebácea, y la tercera es la parte más externa por arriba de esta última.
El pelo, que en recién nacidos se denomina lanugo, predomina en la piel cabelluda, las cejas y las pestañas, y después de la pubertad aparece en las axilas y los genitales, y en el varón en la cara. El vello es un pelo fino que cubre toda la superfi cie cutánea. Los pelos están formados (del centro a la periferia) por médula, corteza, cutícula y vainas radiculares interna y externa. El músculo erector del pelo tiene funciones poco importantes en el humano.
Las glándulas sebáceas son de tipo holocrino y desembocan en el interior del folículo; existen en todo el cuerpo, excepto en las palmas y plantas, y predominan en la cara y el tronco. Sobre toda la superficie de la piel se encuentran glándulas sudoríparas ecrinas y, en regiones odoríferas, apocrinas. Las glándulas sudoríparas ecrinas están formadas por
células cúbicas; en la
dermis profunda forman una espiral, tienen una porción conductora recta al atravesar el resto de la
dermis, y al desembocar en la
epidermis forman otra espiral que termina en un poro. Las apocrinas tienen una porción secretora y un conducto excretor que termina en el folículo por encima de la glándula sebácea.
El aparato ungueal consta de cinco componentes epidérmicos: pliegue epidérmico o cutícula, matriz (lúnula), lecho ungueal, hiponiquio (por debajo del borde distal) y la lámina propiamente dicha (uña) que tiene bordes proximal, distal y laterales.