El diagnóstico de trastornos reumatológicos comienza con una historia clínica detallada. Se investiga cuándo comenzaron los síntomas, cómo han evolucionado y si han cambiado en intensidad. Es crucial entender la naturaleza del dolor—si es agudo o crónico, y si hay rigidez, hinchazón o calor en las articulaciones. También se indaga sobre antecedentes familiares de enfermedades reumatológicas, ya que esto puede indicar una predisposición genética. Además, se buscan otros síntomas asociados, como fiebre, erupciones cutáneas, pérdida de peso y fatiga, que pueden ofrecer pistas adicionales.
El examen físico se realiza para evaluar las articulaciones afectadas. Se buscan signos de inflamación, como calor, hinchazón y enrojecimiento, y evalúan la rigidez, especialmente en la mañana. Se determina el número de articulaciones involucradas: si la afección es monoarticular (una sola articulación), oligoarticular (de 2 a 4 articulaciones) o poliarticular (5 o más articulaciones). También se examinan los sitios específicos de afectación, como las articulaciones interfalángicas distales, metacarpofalángicas o la primera falange del metatarsiano, para diferenciar entre los distintos tipos de artritis.
La inflamación articular se caracteriza por calor, hinchazón y rigidez. La rigidez matutina de al menos 30 minutos es un indicador distintivo de inflamación. El eritema sobreyacente, o enrojecimiento de la piel, es particularmente relevante en la inflamación intensa, como en la artritis inducida por cristales y la artritis séptica. El eritema indica una inflamación activa y severa, lo que es crucial para el diagnóstico diferencial. La presencia de eritema, junto con otros signos de inflamación, ayuda a diferenciar entre la artritis inflamatoria y otras condiciones que pueden no presentar eritema evidente.
En el diagnóstico de artritis, dos aspectos clínicos fundamentales son el patrón articular y la presencia o ausencia de manifestaciones extraarticulares. Estos elementos son cruciales para diferenciar entre los distintos tipos de artritis y establecer un diagnóstico preciso.
Patrón articular
El patrón articular se refiere a cómo se distribuyen los síntomas en las articulaciones del paciente y se define a través de tres preguntas clave:
- ¿Está presente la inflamación? La inflamación articular es una característica central de muchas formas de artritis. Se manifiesta típicamente como calor, hinchazón y dolor en la articulación afectada. La rigidez matutina, que persiste durante al menos 30 minutos, también es un signo indicativo de inflamación. La presencia de inflamación es fundamental para distinguir entre artritis inflamatoria y otras condiciones articulares, como la osteoartritis, que se caracteriza por dolor sin una inflamación significativa.
- ¿Cuántas articulaciones están involucradas? El número de articulaciones afectadas ayuda a clasificar la artritis. Se categoriza en:
- Monoarticular: Afecta una sola articulación. Ejemplos incluyen la gota y la artritis séptica.
- Oligoarticular: Afecta entre 2 y 4 articulaciones. Es típico en la artritis reactiva y en algunas formas de artritis inflamatoria.
- Poliarticular: Afecta 5 o más articulaciones. Esta categoría incluye la artritis reumatoide y el lupus eritematoso sistémico (LES).
- El patrón del número de articulaciones involucradas es esencial para diferenciar entre diferentes tipos de artritis, ya que ciertas enfermedades tienden a afectar un número específico de articulaciones. Por ejemplo, la gota suele ser monoarticular, mientras que la artritis reumatoide afecta múltiples articulaciones.
- ¿Qué articulaciones están afectadas? La localización de la afectación articular proporciona pistas adicionales sobre el diagnóstico. Las articulaciones interfalángicas distales son características de la osteoartritis y la artritis psoriásica, mientras que la artritis reumatoide frecuentemente afecta las articulaciones metacarpofalángicas y de la muñeca. La identificación precisa de las articulaciones afectadas ayuda a diferenciar entre tipos de artritis y otras condiciones musculoesqueléticas.
El patrón articular puede ayudar en el diagnóstico de diversas enfermedades reumatológicas.
1. Inflamación:
- Presente:
- Artritis Reumatoide, Lupus Eritematoso Sistémico (LES), Gota: Estas enfermedades se caracterizan por inflamación en las articulaciones. La presencia de inflamación se manifiesta con calor, hinchazón y rigidez matutina.
- Ausente:
- Osteoartritis: Esta enfermedad generalmente no se asocia con una inflamación significativa de las articulaciones, sino con un desgaste del cartílago.
2. Número de articulaciones involucradas:
- Monoarticular (una sola articulación):
- Gota, Trauma, Artritis Séptica, Enfermedad de Lyme, Osteoartritis: Estas condiciones tienden a afectar una sola articulación. Por ejemplo, la gota suele afectar una articulación en el pie, mientras que la artritis séptica puede limitarse a una articulación.
- Oligoarticular (2–4 articulaciones):
- Artritis Reactiva, Artritis Psoriásica, Enfermedad Inflamatoria Intestinal: Estas enfermedades afectan un número limitado de articulaciones. La artritis reactiva, por ejemplo, suele involucrar 2 a 4 articulaciones.
- Poliarticular (5 o más articulaciones):
- Artritis Reumatoide, LES: Estas enfermedades tienden a afectar muchas articulaciones simultáneamente.
3. Sitio de la afectación articular:
- Interfalángica distal (articulaciones de los dedos de las manos y pies más alejadas de la mano/pie):
- Osteoartritis, Artritis Psoriásica (no Artritis Reumatoide): La osteoartritis y la artritis psoriásica suelen afectar estas articulaciones, mientras que la artritis reumatoide generalmente no lo hace.
- Metacarpofalángica, Muñecas:
- Artritis Reumatoide, LES, Enfermedad por Deposición de Pirofosfato de Calcio (no Osteoartritis): La artritis reumatoide y el LES a menudo afectan estas articulaciones. La enfermedad por deposición de pirofosfato de calcio también puede afectar estas áreas, pero no la osteoartritis.
- Primera Falange del Metatarsiano (base del dedo gordo del pie):
- Gota, Osteoartritis: La gota comúnmente afecta esta articulación, y la osteoartritis también puede involucrar esta área.
Cada uno de estos patrones ayuda a los médicos a diferenciar entre varias enfermedades reumatológicas basándose en los síntomas específicos y el patrón de afectación articular.
Algunas enfermedades, como la gota, son característicamente monoarticulares, mientras que otras, como la artritis reumatoide, suelen ser poliarticulares. Además, la ubicación de la afectación articular puede ser un factor distintivo.
La gota tiende a afectar una sola articulación en sus episodios iniciales. Esto ocurre porque la gota es causada por la acumulación de cristales de urato en las articulaciones, lo que provoca una inflamación aguda y severa en la articulación donde se acumulan los cristales. Este patrón monoarticular es típico, especialmente en el primer metatarsiano del pie, conocido como el dedo gordo. Aunque con el tiempo la gota puede involucrar más articulaciones, el primer ataque generalmente se limita a una sola articulación debido a la concentración local de cristales y la inflamación que se desencadena.
Por otro lado, la artritis reumatoide se caracteriza por la afectación de múltiples articulaciones simultáneamente. Esta enfermedad autoinmune provoca una inflamación crónica del revestimiento sinovial de las articulaciones, lo que lleva a la afectación de varias articulaciones, a menudo de manera simétrica. Las articulaciones de las manos, como las metacarpofalángicas y las interfalángicas proximales, son comúnmente afectadas. El proceso inflamatorio en la artritis reumatoide es sistémico, lo que significa que se extiende a través de múltiples articulaciones debido a la respuesta inmune disfuncional.
La ubicación específica de la afectación articular también puede ayudar a identificar ciertas enfermedades. Por ejemplo, la osteoartritis y la artritis psoriásica suelen afectar las articulaciones interfalángicas distales (DIP) de los dedos. En la osteoartritis, esta afectación se debe al desgaste progresivo del cartílago en estas articulaciones, que soportan un gran estrés y uso repetitivo. En la artritis psoriásica, la afectación de las articulaciones DIP es una manifestación distintiva de la enfermedad, que se relaciona con su naturaleza inflamatoria y su tendencia a afectar las articulaciones periféricas.
Manifestaciones Extraarticulares
La presencia o ausencia de manifestaciones extraarticulares también juega un papel crucial en el diagnóstico. Estas manifestaciones son síntomas que ocurren fuera de las articulaciones y pueden incluir fiebre, erupciones cutáneas, nódulos subcutáneos y síntomas sistémicos como fatiga o pérdida de peso. Las manifestaciones extraarticulares pueden ayudar a identificar o confirmar ciertas enfermedades reumatológicas.
Estas manifestaciones ayudan a afinar el diagnóstico diferencial al ofrecer pistas sobre la naturaleza y la extensión de la enfermedad.
- Fiebre:
- Gota: Aunque no siempre se presenta fiebre, en episodios graves, la fiebre puede acompañar a la inflamación aguda.
- Enfermedad de Still: Una forma de artritis idiopática juvenil en adultos, que se caracteriza por fiebre diaria intermitente junto con artritis.
- Endocarditis: Infección de las válvulas cardíacas que puede asociarse con fiebre, además de síntomas articulares.
- Vasculitis: Inflamación de los vasos sanguíneos que puede causar fiebre como parte de una respuesta sistémica.
- Lupus Eritematoso Sistémico (LES): Enfermedad autoinmune que frecuentemente se presenta con fiebre junto con otros síntomas sistémicos.
- Erupción Cutánea:
- Lupus Eritematoso Sistémico (LES): Caracterizado por erupciones cutáneas distintivas como el eritema en alas de mariposa en la cara.
- Artritis Psoriásica: A menudo se presenta con erupciones cutáneas similares a las de la psoriasis, que pueden incluir placas escamosas.
- Miopatía Inflamatoria: Puede acompañarse de erupciones cutáneas específicas, como las erupciones heliotropo o eritema en «párpado».
- Nódulos:
- Artritis Reumatoide: Puede presentar nódulos reumatoides subcutáneos, que son masas firmes y no dolorosas, ubicadas principalmente en las zonas de presión.
- Gota: Los tofos, que son depósitos de cristales de urato, se pueden formar como nódulos en los tejidos blandos cerca de las articulaciones.
- Neuropatía:
- Vasculitis: La inflamación de los vasos sanguíneos puede afectar los nervios, llevando a síntomas de neuropatía como dolor o debilidad en las extremidades.
Estas manifestaciones extraarticulares proporcionan pistas valiosas que ayudan a diferenciar entre diversas enfermedades reumatológicas y guiar el diagnóstico. Por ejemplo, la combinación de fiebre y artritis puede sugerir una enfermedad como la enfermedad de Still, mientras que una erupción cutánea acompañada de artritis puede ser indicativa de LES o artritis psoriásica. Los nódulos reumatoides y los tofos también ofrecen evidencia específica para condiciones como la AR y la gota, respectivamente. Además, la presencia de neuropatía puede indicar vasculitis u otras condiciones que afectan los nervios periféricos. En conjunto, estas manifestaciones extraarticulares ayudan a estrechar el diagnóstico diferencial y permiten una evaluación más precisa de la enfermedad subyacente.

Fuente y lecturas recomendadas:
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- Papadakis, M. A., McPhee, S. J., Rabow, M. W., & McQuaid, K. R. (Eds.). (2024). Current medical diagnosis & treatment (63ª ed.). McGraw Hill.
- Loscalzo, J., Fauci, A., Kasper, D., Hauser, S., Longo, D., & Jameson, J. (Eds.). (2022). Harrison: Principios de medicina interna (21a ed.). McGraw-Hill Education.
- Goldman, L., & Schafer, A. I. (Eds.). (2020). Goldman-Cecil Medicine (26th ed.). Elsevier.
Originally posted on 14 de agosto de 2024 @ 8:02 AM