¿Qué es la artritis reumatoide?
La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmunitaria crónica que afecta principalmente a las articulaciones, aunque puede afectar a otros órganos y sistemas del cuerpo. Es una enfermedad inflamatoria que causa dolor, hinchazón y rigidez en las articulaciones, lo que puede dificultar el movimiento y afectar la calidad de vida de las personas que la padecen.
En la artritis reumatoide, el sistema inmunológico ataca las células y tejidos propios del cuerpo, especialmente la membrana sinovial que recubre las articulaciones, lo que provoca inflamación crónica y daño en las articulaciones. Esta inflamación también puede afectar a otros órganos, como la piel, los ojos, los pulmones y el corazón.
La artritis reumatoide es una enfermedad crónica y progresiva, lo que significa que puede empeorar con el tiempo si no se trata adecuadamente. Por lo general, se diagnostica mediante un examen clínico, pruebas de laboratorio y de imagen, y se trata con una combinación de medicamentos, terapias físicas y cambios en el estilo de vida.
La artritis reumatoide es una enfermedad multifactorial, lo que significa que hay varios factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad. A continuación se mencionan algunos de los factores predisponentes conocidos:
- Factores genéticos: se ha demostrado que hay ciertos genes que pueden aumentar el riesgo de desarrollar artritis reumatoide. Si alguien tiene un familiar cercano con la enfermedad, su riesgo de desarrollar la enfermedad también puede aumentar.
- Sexo: las mujeres tienen una mayor incidencia de artritis reumatoide que los hombres. Se cree que las hormonas sexuales femeninas pueden desempeñar un papel en el desarrollo de la enfermedad.
- Edad: la artritis reumatoide puede afectar a personas de todas las edades, pero generalmente se diagnostica en personas mayores de 40 años.
- Historial de tabaquismo: se ha demostrado que el tabaquismo puede aumentar el riesgo de desarrollar artritis reumatoide.
- Exposición a ciertos virus y bacterias: se ha demostrado que la exposición a ciertos virus y bacterias puede aumentar el riesgo de desarrollar artritis reumatoide.
- Obesidad: se ha demostrado que la obesidad puede aumentar el riesgo de desarrollar artritis reumatoide y empeorar los síntomas de la enfermedad en personas que ya la padecen.
- Estrés: el estrés crónico puede afectar el sistema inmunológico y aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunitarias como la artritis reumatoide.
Es importante recordar que tener uno o varios de estos factores predisponentes no significa necesariamente que alguien desarrollará artritis reumatoide. Sin embargo, si alguien tiene varios de estos factores, puede ser prudente hablar con un médico sobre cómo reducir su riesgo de desarrollar la enfermedad.
Anatomía del hígado
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