Factores que contribuyen a la absorción de fármacos en el tracto gastrointestinal
La absorción de un fármaco en el tracto gastrointestinal está influenciada por varios factores que determinan su eficacia y velocidad de absorción
El área de la superficie de absorción es un factor determinante. La absorción de un fármaco ocurre principalmente a través de la superficie del intestino delgado, que tiene una gran área de superficie debido a la presencia de pliegues, vellosidades y microvellosidades. Esta amplia superficie proporciona un mayor contacto entre el fármaco y las células intestinales, lo que facilita la absorción.
El flujo sanguíneo en el tracto gastrointestinal influye en la absorción de los fármacos. Un mayor flujo sanguíneo en el sitio de absorción mejora el suministro de fármaco a las células intestinales y facilita su entrada al torrente sanguíneo, lo que resulta en una absorción más rápida y eficiente.
El estado físico del fármaco, es decir, si se presenta en forma de solución, suspensión o sólida, puede afectar su absorción. Los fármacos en solución se absorben más rápidamente debido a que están ya disueltos y listos para ser transportados a través de las membranas celulares. Las suspensiones, que son partículas dispersas en un líquido, tienen una velocidad de absorción intermedia. Por otro lado, los fármacos en forma sólida, como tabletas o cápsulas, deben disolverse primero antes de ser absorbidos, y la velocidad de disolución puede limitar la absorción.
La solubilidad del fármaco en agua también es un factor importante para la absorción. Los fármacos que son más solubles en agua tienen una mayor disponibilidad para disolverse en el contenido gastrointestinal y ser absorbidos en el torrente sanguíneo. La solubilidad del fármaco se relaciona con su capacidad para disolverse y atravesar las barreras celulares.
La concentración del fármaco en el sitio de absorción también juega un papel crucial en la absorción. Cuanto mayor sea la concentración del fármaco en la luz intestinal, mayor será el gradiente de concentración que impulsa su paso a través de las membranas celulares y su absorción en el torrente sanguíneo.
Dado que la mayor parte de la absorción de fármacos en el tracto gastrointestinal ocurre por difusión pasiva, la capacidad de un fármaco para cruzar las membranas celulares depende de su estado de ionización. Los fármacos no ionizados y más lipofílicos tienen una mayor capacidad de atravesar las membranas lipídicas de las células intestinales y ser absorbidos más eficientemente.
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