Indicaciones de cirugía para pacientes con enfermedad de Crohn
La enfermedad de Crohn es una enfermedad inflamatoria crónica del tracto gastrointestinal que afecta a diversas partes del aparato digestivo, siendo más común en el íleon y el colon. La progresión de la enfermedad y su naturaleza crónica hacen que más del 50 % de los pacientes con esta condición requieran algún tipo de intervención quirúrgica a lo largo de su vida. Este elevado porcentaje está relacionado con la intratabilidad de los síntomas a los tratamientos médicos, las complicaciones graves que pueden surgir y la necesidad de mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Indicaciones para la cirugía en la enfermedad de Crohn
Las principales indicaciones para la cirugía en pacientes con enfermedad de Crohn incluyen:
- Intratabilidad a la terapia médica: Aunque los medicamentos, como los corticosteroides, inmunosupresores y agentes biológicos, son efectivos en muchos pacientes, una porción significativa de pacientes no responde adecuadamente a estos tratamientos. En estos casos, la cirugía se convierte en una alternativa necesaria para controlar los síntomas y evitar complicaciones graves.
- Absceso intraabdominal: Los abscesos son acumulaciones de pus que pueden formarse en el abdomen debido a la inflamación crónica de la enfermedad. Estos abscesos pueden ser potencialmente mortales si no se drenan o tratan adecuadamente mediante cirugía.
- Sangrado masivo: La hemorragia gastrointestinal es una complicación potencialmente fatal de la enfermedad de Crohn, especialmente en aquellos que presentan lesiones en el intestino delgado o colon. Cuando el sangrado es masivo y no puede controlarse con tratamientos médicos, la cirugía se convierte en una opción esencial.
- Fístulas refractarias internas o perianales sintomáticas: Las fístulas son conexiones anormales que se forman entre diferentes partes del tracto gastrointestinal o entre el intestino y la piel. Cuando las fístulas no responden a tratamientos médicos, como los antibióticos o la terapia biológica, la cirugía puede ser necesaria para prevenir infecciones graves y mejorar la función intestinal.
- Obstrucción intestinal: En la enfermedad de Crohn, las cicatrices y el estrechamiento de las paredes intestinales pueden causar obstrucciones que bloquean el paso de los alimentos. La obstrucción intestinal crónica puede causar dolor abdominal, vómitos y malnutrición. En casos donde la obstrucción no puede resolverse con tratamiento médico, como la dilatación endoscópica, la cirugía es la única opción para restaurar la función normal del intestino.
Tratamiento quirúrgico en casos de estenosis ileal crónica
Uno de los escenarios más frecuentes en los pacientes con enfermedad de Crohn es la presencia de estenosis ileal, un estrechamiento del íleon que puede generar síntomas obstructivos crónicos, como dolor abdominal recurrente, distensión y dificultad para la evacuación. En estos casos, el tratamiento quirúrgico es preferible a la terapia médica a largo plazo, ya que la resección del segmento afectado o la realización de una esteruroplastia (procedimiento en el que se ensancha un área estenosada del intestino) permite la recuperación rápida de la función intestinal y la mejora de los síntomas. Este tipo de intervención también ayuda a reducir la dependencia de los corticosteroides, que pueden tener efectos secundarios a largo plazo.
Recurrencia de la enfermedad después de la cirugía
Aunque la cirugía puede ser efectiva en el tratamiento de las complicaciones de la enfermedad de Crohn, la recurrencia de la enfermedad es una preocupación importante. Se ha observado que hasta el 60 % de los pacientes experimentan evidencia endoscópica de recurrencia dentro de un año de la cirugía, aunque la recurrencia clínica (la manifestación de síntomas) generalmente se presenta más tarde.
La recurrencia endoscópica puede preceder a la recurrencia clínica por meses o incluso años. Esto significa que, aunque los pacientes no experimenten síntomas inmediatos, la inflamación y el daño intestinal pueden estar progresando de manera subclínica. De hecho, se estima que el 20 % de los pacientes desarrollarán una recurrencia clínica dentro de un año tras la cirugía, y hasta el 80 % lo harán en los 10 a 15 años siguientes.
Manejo postoperatorio y tratamiento de la recurrencia
Para los pacientes con un alto riesgo de recurrencia, una opción cada vez más aceptada es el uso empírico de infliximab, un fármaco biológico que bloquea el factor de necrosis tumoral (TNF), una proteína que juega un papel clave en la inflamación intestinal. Iniciar este tratamiento postoperatorio de manera preventiva puede ayudar a reducir la inflamación y prevenir la recurrencia clínica en muchos pacientes.
Por otro lado, para los pacientes con bajo riesgo de recurrencia, se recomienda una estrategia de monitoreo endoscópico. Realizar una endoscopia a los seis meses postquirúrgicos permite detectar de manera temprana la recurrencia endoscópica, lo que puede ser crucial para iniciar un tratamiento biológico en el momento adecuado y evitar complicaciones graves. La identificación precoz de la recurrencia endoscópica permite personalizar el tratamiento y mejorar los resultados a largo plazo, manteniendo al paciente en una fase de remisión prolongada.
Fuente y lecturas recomendadas:
- Goldman, L., & Schafer, A. I. (Eds.). (2020). Goldman-Cecil Medicine (26th ed.). Elsevier.
- Loscalzo, J., Fauci, A. S., Kasper, D. L., Hauser, S. L., Longo, D. L., & Jameson, J. L. (Eds.). (2022). Harrison. Principios de medicina interna (21.ª ed.). McGraw-Hill Education.
- Papadakis, M. A., McPhee, S. J., Rabow, M. W., & McQuaid, K. R. (Eds.). (2024). Diagnóstico clínico y tratamiento 2025. McGraw Hill.