El tratamiento de la insuficiencia cardíaca se centra en varios objetivos fundamentales: aliviar los síntomas, mejorar el estado funcional del paciente y prevenir tanto la muerte como las hospitalizaciones. Esta estrategia se fundamenta en la naturaleza compleja de la insuficiencia cardíaca, que puede presentar múltiples manifestaciones clínicas y afectar significativamente la calidad de vida de los pacientes.
La insuficiencia cardíaca es una condición en la que el corazón es incapaz de bombear suficiente sangre para satisfacer las necesidades del cuerpo. Esta disfunción puede ser causada por diversas patologías, como enfermedad coronaria, hipertensión arterial o miocardiopatías. Dependiendo de la fracción de eyección ventricular izquierda, que mide la eficiencia con la que el corazón expulsa la sangre, se clasifican los tipos de insuficiencia cardíaca. En este contexto, se reconoce que la mayoría de los beneficios clínicos de las terapias disponibles están principalmente asociados con pacientes que presentan insuficiencia cardíaca con fracción de eyección reducida, es decir, aquellos que tienen una fracción de eyección del ventrículo izquierdo del 40 por ciento o menos. Este grupo de pacientes se beneficia especialmente de tratamientos como los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, los antagonistas de los receptores de angiotensina, los beta-bloqueadores y los antagonistas de la aldosterona, que han demostrado reducir tanto la mortalidad como la tasa de hospitalización.
Por otro lado, los pacientes con insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada presentan un desafío clínico distinto. A pesar de que este grupo puede experimentar síntomas similares, la fisiopatología subyacente y las opciones de tratamiento son diferentes. En este sentido, los inhibidores del cotransportador sodio-glucosa tipo 2, que han emergido como una clase de medicamentos prometedora, han mostrado evidencia de que pueden reducir las hospitalizaciones en este grupo específico de pacientes. Esto marca una excepción notable a la tendencia general, ya que estos fármacos no solo son efectivos en la insuficiencia cardíaca con fracción de eyección reducida, sino que también han demostrado beneficios en la fracción de eyección preservada, lo que representa un avance significativo en el manejo de esta condición.
El mecanismo de acción de los inhibidores de SGLT-2 implica la reducción de la reabsorción de glucosa en los riñones, lo que lleva a una eliminación de sodio y agua, resultando en un efecto diurético que puede aliviar la congestión en los pacientes con insuficiencia cardíaca. Este efecto, combinado con beneficios metabólicos y cardioprotectores, ha llevado a que estos fármacos se conviertan en una opción terapéutica importante en el arsenal del tratamiento de la insuficiencia cardíaca.
El tratamiento de la insuficiencia cardíaca con fracción de eyección ventricular izquierda reducida se basa en un enfoque terapéutico integral que combina varios tipos de medicamentos. Esta estrategia tiene como objetivo fundamental reducir la mortalidad y las hospitalizaciones, y se estima que, cuando se utilizan inhibidores del receptor de angiotensina-neprilisina, beta-bloqueadores, antagonistas del receptor mineralocorticoide y medicamentos inhibidores del cotransportador sodio-glucosa tipo 2 en dosis adecuadas, se puede lograr una reducción de la mortalidad de más del 70 por ciento.
Los inhibidores del receptor de angiotensina-neprilisina, como el sacubitrilo/valsartán, actúan de manera dual. Por un lado, bloquean la acción de la angiotensina II, una hormona que provoca vasoconstricción y retención de líquidos, y por otro lado, inhiben la neprilisina, lo que aumenta la disponibilidad de péptidos natriuréticos que favorecen la vasodilatación y la eliminación de sodio. Este mecanismo ha demostrado reducir tanto la mortalidad como las hospitalizaciones en pacientes con insuficiencia cardíaca, lo que lo convierte en una opción fundamental en el tratamiento.
Los beta-bloqueadores, por su parte, son esenciales para disminuir la frecuencia cardíaca y la carga de trabajo del corazón. Al reducir la contractilidad, ayudan a prevenir la remodelación cardíaca adversa y a mejorar la fracción de eyección. Su eficacia en la reducción de la mortalidad ha sido bien documentada, convirtiéndolos en un pilar del tratamiento.
Los antagonistas del receptor mineralocorticoide, como la espironolactona y la eplerenona, juegan un papel crucial al bloquear los efectos de la aldosterona. Esta hormona promueve la retención de sodio y agua, así como la fibrosis miocárdica, y su inhibición contribuye a la mejora de los síntomas y a la reducción de la progresión de la enfermedad. La evidencia sugiere que su uso también se asocia con una mejor supervivencia en este grupo de pacientes.
Los inhibidores del cotransportador sodio-glucosa tipo 2 han emergido como una opción terapéutica prometedora, mostrando beneficios no solo en el control de la glucosa en sangre, sino también en la reducción de hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca. Estos medicamentos promueven la excreción de sodio y agua, ayudando así a aliviar la congestión y mejorando el estado general del paciente.
La meta de alcanzar una reducción de la mortalidad en más del 70 por ciento en pacientes con insuficiencia cardíaca es de suma importancia, no solo por la mejora en la calidad de vida, sino también por el impacto significativo que esta condición tiene en los sistemas de salud. La insuficiencia cardíaca representa una de las principales causas de morbilidad y mortalidad a nivel mundial, por lo que lograr este objetivo se considera crucial en la práctica cardiológica.
Además, ha habido un reconocimiento creciente de que los pacientes con fracción de eyección ligeramente reducida, es decir, aquellos con una fracción de eyección entre el 41 y el 49 por ciento, también pueden beneficiarse de tratamientos que antes se limitaban a aquellos con fracción de eyección significativamente reducida. El uso de antagonistas del receptor mineralocorticoide y del inhibidor del receptor de angiotensina-neprilisina puede ofrecer ventajas en este grupo, mejorando sus síntomas y potencialmente reduciendo el riesgo de progresión hacia formas más severas de la enfermedad.
El tratamiento de la insuficiencia cardíaca con fracción de eyección ventricular izquierda preservada se enfrenta a desafíos distintos en comparación con la insuficiencia cardíaca con fracción de eyección reducida. En este contexto, el enfoque terapéutico se centra principalmente en mejorar los síntomas del paciente y en gestionar las comorbilidades asociadas, ya que la fisiopatología de la insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada es diferente y, a menudo, más compleja.
La insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada se caracteriza por la incapacidad del corazón para relajarse adecuadamente durante la diástole, lo que provoca un aumento de la presión en las aurículas y, en última instancia, congestión en la circulación pulmonar y sistémica. A pesar de que la fracción de eyección se mantiene dentro de límites normales, los síntomas de disnea, fatiga y limitación funcional son comunes y pueden ser severos. Por lo tanto, el alivio de estos síntomas se convierte en una prioridad terapéutica.
Además, los pacientes con insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada a menudo presentan múltiples comorbilidades, como hipertensión, diabetes, obesidad y enfermedad renal crónica. Estas condiciones no solo complican el manejo de la insuficiencia cardíaca, sino que también pueden influir negativamente en el pronóstico y en la calidad de vida del paciente. Por esta razón, un enfoque integral que contemple la identificación y el tratamiento de estas comorbilidades es esencial. Esto puede incluir la optimización del control de la presión arterial, el manejo de la diabetes y la implementación de estrategias para promover la pérdida de peso y la mejora de la función renal.
El uso de medicamentos en este contexto debe ser cuidadosamente ajustado. Lograr dosis objetivo, o las dosis máximamente toleradas hasta alcanzar el objetivo, es crucial para maximizar los beneficios de los tratamientos disponibles. Los ensayos clínicos han demostrado que una titulación adecuada de los fármacos puede resultar en una mejora significativa de los síntomas y la calidad de vida, así como en una reducción de las hospitalizaciones y complicaciones asociadas.
Por ejemplo, en el caso de los antagonistas del receptor mineralocorticoide y los inhibidores del receptor de angiotensina-neprilisina, la eficacia de estos tratamientos se ve estrechamente relacionada con la capacidad de alcanzar las dosis óptimas. La falta de titulación adecuada puede limitar el efecto beneficioso de estos fármacos, lo que resalta la importancia de un seguimiento y ajuste regular de la terapia.
Además, la variabilidad en la respuesta a los tratamientos puede ser influenciada por factores individuales, como la genética, la presencia de otras condiciones médicas y el estado funcional del paciente. Por lo tanto, un enfoque personalizado que contemple estas variables es fundamental para optimizar los resultados terapéuticos.
Medicamentos utilizados
El tratamiento farmacológico de la insuficiencia cardíaca se basa en una combinación de medicamentos que tienen como objetivo mejorar la función cardíaca, reducir la mortalidad y mejorar la calidad de vida del paciente.
Inhibidores de la Enzima Convertidora de Angiotensina (IECA)
Los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, como el captopril, enalapril, lisinopril, ramipril y trandolapril, son fundamentales en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca. Estos medicamentos actúan bloqueando la conversión de angiotensina I a angiotensina II, una hormona que provoca vasoconstricción y retención de sodio. Al inhibir esta conversión, los IECA reducen la presión arterial, disminuyen la carga sobre el corazón y mejoran el flujo sanguíneo.
- Dosis iniciales:
- Captopril: 6.25 mg tres veces al día.
- Enalapril: 2.5 mg dos veces al día.
- Lisinopril: 2.5–5.0 mg una vez al día.
- Ramipril: 2.5 mg una vez al día.
- Trandolapril: 0.5 mg una vez al día.
- Dosis objetivo:
- Captopril: 50 mg tres veces al día.
- Enalapril: 10–20 mg dos veces al día.
- Lisinopril: 20–35 mg una vez al día.
- Ramipril: 10 mg una vez al día.
- Trandolapril: 4 mg una vez al día.
Beta-Bloqueadores
Los beta-bloqueadores, como el bisoprolol, carvedilol, metoprolol succinato y nebivolol, son esenciales en el manejo de la insuficiencia cardíaca. Estos medicamentos reducen la frecuencia cardíaca y la demanda de oxígeno del corazón al bloquear los receptores adrenérgicos. También han demostrado mejorar la fracción de eyección y reducir la mortalidad en pacientes con insuficiencia cardíaca.
- Dosis iniciales:
- Bisoprolol: 1.25 mg una vez al día.
- Carvedilol: 3.125 mg dos veces al día.
- Metoprolol succinato: 12.5–25 mg una vez al día.
- Nebivolol: 1.25 mg una vez al día.
- Dosis objetivo:
- Bisoprolol: 10 mg una vez al día.
- Carvedilol: 25 mg dos veces al día.
- Metoprolol succinato: 200 mg una vez al día.
- Nebivolol: 10 mg una vez al día.
Antagonistas de los Receptores de Angiotensina (ARA)
Los antagonistas de los receptores de angiotensina, como candesartán, losartán y valsartán, son otra clase importante en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca. Al bloquear los receptores de angiotensina II, estos medicamentos reducen la vasoconstricción y la secreción de aldosterona, lo que conduce a una disminución de la presión arterial y a una mejora en la función cardíaca.
- Dosis iniciales:
- Candesartán: 4 mg una vez al día.
- Losartán: 25 mg una vez al día.
- Valsartán: 40 mg dos veces al día.
- Dosis objetivo:
- Candesartán: 32 mg una vez al día.
- Losartán: 100 mg una vez al día.
- Valsartán: 160 mg dos veces al día.
Antagonistas de la Aldosterona
Los antagonistas de la aldosterona, como eplerenona y espironolactona, son cruciales para el manejo de la insuficiencia cardíaca, especialmente en pacientes con fracción de eyección reducida. Estos medicamentos previenen la retención de líquidos y la fibrosis cardíaca, lo que contribuye a mejorar la función cardíaca y reducir la mortalidad.
- Dosis iniciales:
- Eplerenona: 25 mg una vez al día.
- Espironolactona: 12.5 mg una vez al día.
- Dosis objetivo:
- Eplerenona: 50 mg una vez al día.
- Espironolactona: 25 mg una vez al día.
Inhibidor del Receptor de Angiotensina y Neprilisina (ARNI)
El sacubitrilo/valsartán es un fármaco que combina un inhibidor del receptor de angiotensina con un inhibidor de la neprilisina. Este enfoque dual mejora la vasodilatación y reduce la presión arterial, mientras que también ayuda a reducir la carga de sodio y líquidos. Se ha demostrado que este medicamento mejora significativamente los resultados clínicos en pacientes con insuficiencia cardíaca.
- Dosis iniciales: 49/51 mg dos veces al día.
- Dosis objetivo: 200 mg una vez al día.
Bloqueador de Canales de If
La ivabradina es un medicamento que reduce la frecuencia cardíaca sin afectar la contractilidad del corazón, lo que es especialmente útil en pacientes que no pueden tolerar beta-bloqueadores. Este medicamento actúa sobre los canales de If en el nodo sinoauricular.
- Dosis iniciales: 5 mg dos veces al día.
- Dosis objetivo: 7.5 mg dos veces al día.
Inhibidores de SGLT-2
Los inhibidores del cotransportador sodio-glucosa tipo 2, como dapagliflozina y empagliflozina, han demostrado beneficios en pacientes con insuficiencia cardíaca, independientemente de la diabetes. Estos medicamentos reducen la hospitalización y mejoran los resultados cardiovasculares al promover la eliminación de sodio y agua.
- Dosis iniciales:
- Dapagliflozina: 10 mg una vez al día.
- Empagliflozina: 10 mg una vez al día.
- Dosis objetivo:
- Dapagliflozina: 10 mg una vez al día.
- Empagliflozina: 10 mg una vez al día.

Fuente y lecturas recomendadas:
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- Heidenreich PA, et al. 2022 AHA/ACC/HFSA Guideline for the Management of Heart Failure: executive summary: a report of the American College of Cardiology/American Heart Association Joint Committee on Clinical Practice Guidelines. J Am Coll Cardiol. 2022;79:1757. [PMID: 35379504]
- Kosiborod MN, et al; STEP-HFpEF Trial Committees and Investigators. Semaglutide in patients with heart failure with preserved ejection fraction and obesity. N Engl J Med. 2023;389:1069. [PMID: 37622681]
- McDonagh TA, et al. 2021 ESC Guidelines for the diagnosis and treatment of acute and chronic heart failure: developed by the Task Force for the diagnosis and treatment of acute and chronic heart failure of the European Society of Cardiology (ESC). With the special contribution of the Heart Failure Association (HFA) of the ESC. Eur J Heart Fail. 2022;24:4. [PMID: 35083827]
- Packer M, et al. Cardiovascular and renal outcomes with empagliflozin in heart failure. N Engl J Med. 2020;383:1413. [PMID: 32865377]
- Solomon SD, et al; DELIVER Trial Committees and Investigators. Dapagliflozin in heart failure with mildly reduced or preserved ejection fraction. N Engl J Med. 2022;387:1089. [PMID: 36027570]
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Originally posted on 6 de octubre de 2024 @ 9:03 AM