¿Qué es “commotio cordis”, el golpe de la muerte?

La commotio cordis es una fibrilación ventricular desencadenada por un traumatismo cerrado en el corazón, no atribuible al daño estructural del corazón o de las estructuras circundantes. Su etimología latina, “agitación del corazón”, describe el presunto mecanismo por el cual la distorsión significativa del miocardio crea suficiente energía mecánica para causar una despolarización inapropiada, lo que resulta en una arritmia inestable. La mayoría de los casos informados actualmente involucran a jóvenes atletas que practican deportes.

La commotio cordis se debe con mayor frecuencia a un impacto en el lado izquierdo del tórax con una pelota dura durante una actividad deportiva. La distorsión focal repentina del miocardio da como resultado fibrilación ventricular, lo que provoca un paro cardíaco repentino en un corazón estructuralmente normal. Es distinta de una lesión traumática en el corazón, como una contusión o ruptura cardíaca o lesiones torácicas penetrantes.

Commotio cordis juega un papel preocupante como una de las principales causas de muerte súbita cardíaca en atletas jóvenes. Los casos notificados siguen siendo relativamente poco frecuentes aunque se reconoce cada vez más.

Los niños parecen tener el mayor riesgo de commotio cordis. La edad media reportada en el registro es de 15 años, y se han reportado muy pocos casos por encima de los 20 años. Esto puede ser el resultado de una combinación de una pared torácica más delgada en comparación con un adulto y una mayor probabilidad de participar en actividades en las que es probable que se golpeen en el pecho. Las diferencias anatómicas en el grosor de la pared torácica también pueden influir.

Cuando el contacto ocurre directamente sobre el corazón en el tórax anterior, la energía del impacto debe ser suficiente para provocar la despolarización ventricular, estimada en unos 50 julios. A velocidades más altas (con más energía), es más probable que se produzca un daño estructural resultante en el corazón y/o la pared torácica en lugar de una fibrilación ventricular aislada.

La fuerza mecánica resultante del impacto precordial provoca un estiramiento en las membranas de las células miocárdicas, lo que probablemente activa los canales iónicos (acoplamiento mecánico-eléctrico). Si el número adecuado de estos canales se encuentra en un período vulnerable de repolarización, el resultado de la despolarización puede ser una fibrilación ventricular.