¿Qué es el trastorno por déficit de atención?

El trastorno por déficit de atención (TDA) o trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno neurobiológico que afecta principalmente a niños, aunque también puede afectar a adultos. Se caracteriza por la dificultad para concentrarse y prestar atención, así como por la hiperactividad e impulsividad.
Las personas con TDAH pueden tener dificultades para concentrarse en tareas que requieren atención sostenida, como las tareas escolares o laborales. También pueden tener dificultades para mantener la atención en conversaciones o actividades sociales. La hiperactividad puede manifestarse como inquietud, movimientos constantes o hablar en exceso. La impulsividad puede manifestarse como dificultades para esperar el turno, tomar decisiones precipitadas o actuar sin pensar en las consecuencias.
El TDAH es un trastorno complejo que puede estar influenciado por factores genéticos, ambientales y de desarrollo cerebral. Aunque se desconoce la causa exacta del TDAH, se ha demostrado que hay una disminución en la actividad de ciertas áreas del cerebro que regulan la atención y el comportamiento, así como una disminución en la disponibilidad de ciertos neurotransmisores como la dopamina y la noradrenalina.
Manifestaciones clínicas
Las manifestaciones del trastorno por déficit de atención (TDA) o trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) pueden variar de una persona a otra, pero generalmente se caracterizan por tres síntomas principales: falta de atención, hiperactividad e impulsividad.
La falta de atención se manifiesta como dificultad para prestar atención a los detalles, dificultad para mantener la concentración en tareas o actividades que no son de interés, dificultad para seguir instrucciones o finalizar tareas, dificultad para organizar actividades y cosas, pérdida frecuente de objetos y distracción fácil por estímulos irrelevantes.
La hiperactividad se manifiesta como inquietud motora, dificultad para permanecer sentado, moverse constantemente, hablar en exceso, correr o saltar en situaciones inapropiadas y actuar como si estuviera impulsado por un motor.
La impulsividad se manifiesta como dificultad para esperar el turno, tomar decisiones precipitadas, interrumpir o hablar antes de que otros terminen de hablar, y actuar sin pensar en las consecuencias.
Estos síntomas pueden tener un impacto negativo en el desempeño escolar, laboral y social, y pueden afectar la autoestima y la calidad de vida de las personas afectadas. Además, el TDAH puede estar asociado con otros problemas de salud mental, como la ansiedad y la depresión.
Es importante tener en cuenta que no todas las personas con TDAH presentan los mismos síntomas o la misma intensidad de síntomas. Algunas personas pueden tener más problemas de atención, mientras que otras pueden tener más problemas de hiperactividad e impulsividad. También es posible que los síntomas cambien con el tiempo o se presenten de manera diferente en diferentes situaciones o contextos.
Exámenes complementarios
El diagnóstico del TDAH se realiza mediante la evaluación clínica por un profesional de la salud mental, quien tomará en cuenta la historia clínica y los síntomas del paciente. No existe una prueba única para el TDAH, y es importante descartar otras condiciones médicas o psiquiátricas que puedan estar causando los síntomas.
- Escalas de evaluación de TDAH: son cuestionarios que evalúan los síntomas del TDAH en diferentes contextos, como en el hogar, la escuela o el trabajo. Estas escalas son útiles para identificar la presencia y la gravedad de los síntomas y para evaluar la respuesta al tratamiento.
- Evaluación psicológica: esta evaluación puede incluir pruebas neuropsicológicas que miden las funciones cognitivas, como la atención, la memoria, la velocidad de procesamiento y la impulsividad.
- Evaluación médica: se pueden realizar exámenes médicos para descartar otras condiciones que puedan estar causando los síntomas, como problemas de tiroides, epilepsia o trastornos del sueño.
- Evaluación de los antecedentes familiares: el TDAH tiende a tener un componente hereditario, por lo que la evaluación de los antecedentes familiares puede ser útil en el diagnóstico.
Tratamiento
El tratamiento del TDAH puede incluir terapia conductual, terapia cognitivo-conductual, medicamentos estimulantes como el metilfenidato o la anfetamina, y en algunos casos, medicamentos no estimulantes como la clonidina o la guanfacina. La terapia conductual y cognitivo-conductual pueden ayudar a mejorar las habilidades sociales y de afrontamiento, mientras que los medicamentos pueden ayudar a mejorar la atención, la concentración y la impulsividad.