¿Qué pasa cuando se reduce la capacidad de bombeo cardíaco?

Cuando la capacidad de bombeo del corazón se ve comprometida, ya sea por disfunción cardiaca o por alguna otra razón, puede desencadenar una serie de efectos fisiológicos adversos. Para entender por qué esto sucede, es necesario examinar cómo funciona el corazón y cómo se relaciona con la circulación sanguínea en el cuerpo.

El corazón es un órgano muscular que actúa como una bomba, impulsando la sangre a través del sistema circulatorio para suministrar oxígeno y nutrientes a los tejidos del cuerpo y eliminar los productos de desecho metabólico. Para lograr esto, el corazón se contrae y se relaja en un ciclo continuo, lo que se conoce como el ciclo cardíaco.

Durante la contracción, o sístole, el ventrículo izquierdo bombea sangre oxigenada hacia la arteria aorta, que distribuye esta sangre a todo el cuerpo. Simultáneamente, el ventrículo derecho bombea sangre desoxigenada hacia la arteria pulmonar, que lleva la sangre a los pulmones para oxigenarse. Luego, durante la relajación, o diástole, los ventrículos se llenan de sangre nuevamente para comenzar el ciclo.

Cuando la capacidad de bombeo del corazón se ve comprometida, ya sea por debilidad en la contracción muscular, aumento de la resistencia vascular periférica o alteraciones en las válvulas cardíacas, se produce una serie de consecuencias. Una de las principales es la reducción del gasto cardíaco, es decir, la cantidad de sangre que el corazón puede bombear en un minuto. Esto puede llevar a una disminución del flujo sanguíneo hacia los tejidos periféricos, lo que resulta en fatiga y debilidad generalizada debido a la falta de suministro adecuado de oxígeno y nutrientes.

Además, cuando el corazón no puede bombear la sangre de manera eficiente, parte de esta sangre puede retroceder, aumentando la presión intravascular retrógrada en los ventrículos. Este aumento de presión se refleja en las venas y capilares que alimentan al corazón, lo que puede llevar a una acumulación de líquido en los tejidos, manifestada como edema periférico en las extremidades o congestión pulmonar.

El edema periférico se produce cuando el líquido se filtra desde los capilares sanguíneos hacia los tejidos circundantes, generalmente en las piernas y los tobillos, causando hinchazón. Por otro lado, la congestión pulmonar se produce cuando el líquido se acumula en los pulmones, lo que dificulta la respiración y puede provocar disnea (dificultad para respirar), tos y sensación de opresión en el pecho.

Homo medicus

Anatomía del hígado

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