El mantenimiento adecuado de los líquidos y electrolitos en un paciente es esencial para garantizar el equilibrio hídrico y la función fisiológica normal. En el caso de un adulto promedio que pesa 70 kg, los líquidos y electrolitos parenterales de mantenimiento diarios deben incluir, al menos, 2 litros de agua, administrados en forma de una solución salina al 0,45% con 20 mEq/L de cloruro de potasio. Esta solución es particularmente importante porque proporciona el volumen necesario de agua y electrolitos esenciales, como el sodio y el potasio, que se pierden de manera continua en las funciones corporales. El agua es crucial para mantener la homeostasis celular y facilitar las reacciones bioquímicas dentro del organismo, mientras que el cloruro de potasio es fundamental para mantener el equilibrio ácido-base y el funcionamiento adecuado del sistema nervioso y muscular.
Los pacientes que experimentan hipoglucemia, cetosis por inanición o cetoacidosis y que están siendo tratados con insulina pueden tener necesidades adicionales de energía debido a los trastornos metabólicos que padecen. En estos casos, es posible que sea necesario administrar soluciones intravenosas que contengan dextrosa al 5%. La dextrosa es un monosacárido que se convierte rápidamente en glucosa en el cuerpo, proporcionando energía inmediata, lo cual es fundamental para corregir la hipoglucemia o para suplir las demandas energéticas en situaciones de cetosis o cetoacidosis.
En lo que respecta a las pérdidas de líquidos gastrointestinales, es importante considerar las pautas específicas para cada tipo de secreción o pérdida. El sudor, las secreciones gástricas, el jugo pancreático, la bilis y las pérdidas asociadas con la diarrea tienen diferentes composiciones y, por lo tanto, requieren pautas de reposición diferenciadas. Estas pautas tienen como objetivo restaurar no solo el volumen perdido, sino también los electrolitos esenciales que se pierden en cada tipo de secreción. La reposición adecuada es esencial para evitar complicaciones como el desequilibrio electrolítico y la deshidratación, que pueden poner en riesgo la vida del paciente.
Fluido/Secreción | Na+ (mEq/L) | K+ (mEq/L) | Cl– (mEq/L) | HCO3– (mEq/L) | Solución salina al 0.9% (mL) | Solución salina al 0.45% (mL) | D5W (mL) | KCl (mEq/L) | NaHCO3 al 7.5% (45 mEq HCO3–/amp) |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Sudor | 30–50 | 5 | 30–50 | – | 500 | 500 | 5 | – | |
Secreciones gástricas | 20 | 10 | 10 | – | 300 | 700 | 20 | – | |
Jugo pancreático | 130 | 5 | 35 | 115 | 400 | 600 | 5 | 2 ampollas | |
Bilis | 145 | 5 | 100 | 25 | 600 | 400 | 5 | 0.5 ampolla | |
Diarrea | 140 | 15 | 110–115 | 40–45 | – | – | – | – | – |
Una de las maneras más efectivas de evaluar el balance hídrico en un paciente es mediante el seguimiento del peso corporal. La pérdida o ganancia de peso es la mejor indicación del estado de hidratación, ya que refleja de manera precisa el exceso o déficit de agua en el cuerpo. En situaciones en las que los pacientes presentan fiebre, se debe tener en cuenta la pérdida de agua insensible, que se refiere a la evaporación de agua a través de la piel y las vías respiratorias, la cual aumenta significativamente en presencia de fiebre. La pérdida de agua insensible es directamente proporcional a la elevación de la temperatura corporal; por cada grado Celsius por encima de los 37°C, se pierde entre 100 y 150 mL de agua adicionales al día.
Cuando los pacientes requieren mantenimiento de líquidos y electrolitos a través de infusión parenteral, es fundamental administrar la ración diaria total de manera continua durante 24 horas. Este enfoque permite una utilización más eficiente de los líquidos y electrolitos, evitando fluctuaciones en los niveles plasmáticos que podrían alterar la homeostasis. De ser necesario, si los líquidos intravenosos son la única fuente de agua, electrolitos y calorías durante más de una semana, se puede indicar la nutrición parenteral total, que contiene aminoácidos, lípidos, metales traza y vitaminas. Esta modalidad de tratamiento asegura que el paciente reciba todos los nutrientes necesarios para mantener las funciones metabólicas esenciales mientras se administra el soporte hídrico y electrolítico.
En cuanto a la resucitación líquida, las soluciones cristaloides balanceadas, como el lactato de Ringer, han sido preferidas debido a que ofrecen una composición más cercana a la del plasma sanguíneo, lo que las convierte en una opción más segura en términos de prevención de la acidosis metabólica. Además, estas soluciones presentan ventajas al evitar los efectos negativos que pueden causar las soluciones salinas normales, como la reducción de la tasa de filtración glomerular, que puede empeorar la función renal en pacientes críticos. No obstante, los estudios sobre la superioridad de una solución sobre otra siguen siendo contradictorios, lo que sugiere que no hay una única opción definitiva para todos los casos. Este panorama ha impulsado un cambio hacia un paradigma más conservador en cuanto a la administración de líquidos, en el que se prioriza el uso de vasopresores más tempranamente para mejorar la perfusión tisular sin recurrir a una infusión excesiva de líquidos.
Es importante destacar que la resucitación excesiva de líquidos y el mantenimiento inadecuado de líquidos y electrolitos representan complicaciones importantes en pacientes hospitalizados, especialmente aquellos que se encuentran en condiciones de enfermedad crítica o insuficiencia renal aguda. Estas complicaciones se han asociado con peores resultados clínicos, como la prolongación de la ventilación mecánica, la dependencia de diálisis y un mayor tiempo de hospitalización. En última instancia, una gestión adecuada y controlada de los líquidos y electrolitos es fundamental para evitar la aparición de estas complicaciones y mejorar los resultados a largo plazo para los pacientes en cuidados intensivos.

Fuente y lecturas recomendadas:
- Semier MW et al; SMART Investigators and the Pragmatic Critical Care Research Group. Balanced crystalloids versus saline in critically ill adults. N Engl J Med. 2018;378:829. [PMID: 29485925]
- Vincent JL. Fluid management in the critically ill. Kidney Int. 2019;96:52. [PMID: 30926137]
- Yoo MS et al. Association of positive fluid balance at discharge after sepsis management with 30-day readmission. JAMA Netw Open. 2021;4:e216105. [PMID: 34086036]
- Zampieri FG et al. Effect of intravenous fluid treatment with a balanced solution vs 0.9% saline solution on mortality in critically ill patients: the BaSICS randomized clinical trial. JAMA. 2021;326:818. [PMID: 34375394]