Síndrome compartimental en pacientes quemados

El síndrome compartimental agudo es una afección grave que implica aumento de la presión en un compartimento muscular. Puede llevar a daño en nervios y músculos, al igual que problemas con el flujo sanguíneo. Cualquier inflamación en un compartimento ocasionará aumento de presión en esa área. Esta presión elevada oprime los músculos, los vasos sanguíneos y los nervios. Si esta presión es lo suficientemente alta, el flujo de sangre al compartimento se bloqueará. Esto puede ocasionar lesión permanente en los músculos y los nervios.
Las quemaduras de espesor total con escara rígida pueden crear un efecto de torniquete conforme progresa el edema, lo que ocasiona compromiso del flujo venoso y por último de la circulación arterial. El síndrome compartimental resultante es más común en quemaduras circunferenciales de las extremidades, pero también se observan los síndromes compartimentales abdominal y torácico.
Los signos de alarma del síndrome compartimental inminente pueden incluir parestesias, dolor, disminución del llenado capilar y progresión a la ausencia de pulsos distales; en sujetos intubados, el cirujano debe anticipar el síndrome compartimental y efectuar valoraciones vasculares frecuentes.
Debe sospecharse síndrome compartimental intraabdominal ante la presencia de disminución de la diuresis, elevación de las presiones del respirador en la vía respiratoria e hipotensión.
El síndrome compartimental torácico puede identificarse por la presencia de hipoventilación, aumento de la presión de las vías respiratorias e hipotensión.
Rara vez es necesario llevar a cabo escarotomías en las primeras 8 horas que le siguen a la lesión y no deben realizarse a menos que estén indicadas por las terribles secuelas estéticas. La perfusión inadecuada pese a las escarotomías realizadas de manera apropiada puede indicar la necesidad de fasciotomía.
Después de completar la reanimación inicial, y con el paciente estable desde el punto de vista hemodinámico, debe concederse atención a la ablación de la herida por quemadura. La ablación y la cobertura de la herida deben iniciarde manera ideal en los primeros días; en quemaduras grandes pueden practicarse ablaciones seriadas conforme lo permita el estado del enfermo. Puede ser necesaria la ablación de grasa o tejido aponeurótico en quemaduras profundas.