Tratamiento del carcinoma de células escamosas de la piel

Tratamiento del carcinoma de células escamosas de la piel
Tratamiento del carcinoma de células escamosas de la piel

El tratamiento del carcinoma de células escamosas (CCE) in situ y el CCE invasivo varía según el estadio y las características individuales del tumor. El CCE in situ, que se encuentra confinado a la epidermis, puede tratarse de manera efectiva con agentes tópicos como el imiquimod o el 5-fluorouracilo, ambos administrados en dosis similares a las utilizadas para el carcinoma basocelular superficial. Estos agentes actúan mediante la inducción de una respuesta inmune local y la inhibición de la proliferación celular, lo que conduce a la eliminación del tejido afectado.

Además de los tratamientos tópicos, el curetaje y la electrofulguración son opciones viables para el tratamiento del CCE in situ. Este método implica el raspado del tumor seguido de la destrucción térmica del tejido residual mediante electrocauterización. Sin embargo, es importante considerar la ubicación y el tamaño del tumor, así como las preferencias del paciente, al elegir el método de tratamiento más adecuado.

En el caso del CCE invasivo, donde las células cancerosas penetran la membrana basal y pueden extenderse a tejidos circundantes, el enfoque terapéutico principal es la extirpación quirúrgica completa del tumor. La excisión convencional y la cirugía micrográfica de Mohs son los procedimientos más comunes utilizados para este fin. La cirugía micrográfica de Mohs, en particular, se considera el estándar de oro para el tratamiento del CCE, especialmente en lesiones de alto riesgo y casos complejos.

La elección del tratamiento depende de varios factores, incluida la ubicación y el tamaño del tumor, la presencia de características de alto riesgo (como invasión perineural o perivascular), la condición inmunológica del paciente y la posibilidad de recurrencia. En lesiones de alto riesgo, como aquellas que afectan áreas críticas como los labios, las sienes o las orejas, la cirugía micrográfica de Mohs se prefiere debido a su alta tasa de curación y preservación del tejido circundante.

El seguimiento del paciente después del tratamiento es crucial para detectar cualquier recurrencia temprana o metástasis. Se recomienda un seguimiento más frecuente y exhaustivo para el CCE en comparación con el carcinoma basocelular, con evaluaciones clínicas y posiblemente estudios de imagen cada 3 meses durante el primer año, seguidos de evaluaciones semestrales o anuales después de eso. Se presta especial atención a la exploración de los ganglios linfáticos para detectar signos de metástasis regional.

 

 

 

 

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