Células madre embrionarias y las células pluripotentes inducidas
Las células madre embrionarias y las células pluripotentes inducidas (iPSC, por sus siglas en inglés) son dos tipos de células que comparten una propiedad clave: la pluripotencia. La pluripotencia se refiere a la capacidad de una célula de diferenciarse en varios tipos celulares diferentes. Aunque comparten esta característica, provienen de fuentes ligeramente diferentes.
Las células madre embrionarias se obtienen a partir de embriones en desarrollo, específicamente de la masa celular interna del blastocisto. El blastocisto es una etapa temprana del desarrollo embrionario que ocurre antes de la implantación en el útero. Las células madre embrionarias son pluripotentes, lo que significa que pueden diferenciarse en cualquier tipo de célula en el cuerpo, incluyendo células del sistema nervioso, células musculares, células sanguíneas y más.
Por otro lado, las células pluripotentes inducidas son células adultas reprogramadas para adquirir características similares a las células madre embrionarias. Este proceso implica la introducción de ciertos factores de transcripción en células adultas, lo que las convierte en células pluripotentes. Este descubrimiento, que valió el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 2012 a Shinya Yamanaka y John Gurdon, permitió superar las limitaciones éticas asociadas con el uso de células madre embrionarias, ya que las iPSC pueden generarse a partir de células adultas sin la necesidad de utilizar embriones.
La capacidad de diferenciación en células de las tres capas germinales (ectodermo, mesodermo y endodermo) es crucial porque estas capas dan origen a todos los tejidos y órganos del organismo. Esta versatilidad las convierte en herramientas valiosas para la investigación y el desarrollo de terapias regenerativas, ya que podrían ser utilizadas para reparar o reemplazar tejidos dañados o enfermos en el cuerpo humano.
Células madre embrionarias
En el desarrollo normal, las células de la masa celular interna (MCI) existen en el contexto del blastocisto durante las primeras etapas del desarrollo embrionario. Sin embargo, en el proceso natural, estas células no persisten más allá de la etapa de blastocisto, ya que su función principal es contribuir a la formación de los distintos tejidos y órganos del embrión en desarrollo.
Cuando se lleva a cabo la fecundación in vitro y se generan blastocistos no utilizados, las células de la MCI pueden ser aisladas y utilizadas para generar líneas de células madre embrionarias (CME) humanas. Esto tiene importantes implicaciones en la investigación científica y en el campo de la medicina regenerativa.
Las CME humanas generadas a partir de la MCI tienen la capacidad única de autorrenovación ilimitada en cultivo celular en estado no diferenciado. La autorrenovación significa que estas células pueden dividirse y perpetuarse en el laboratorio de manera indefinida sin perder sus propiedades. Esto proporciona una fuente sostenible de células madre embrionarias para su uso en la investigación y el desarrollo de terapias.
Además, estas células conservan la capacidad de diferenciarse en derivados celulares de las tres capas germinales: ectodermo, mesodermo y endodermo. Esto significa que pueden dar lugar a prácticamente cualquier tipo de célula en el cuerpo humano. La capacidad de diferenciarse en una amplia variedad de tipos celulares es esencial para su potencial aplicación en terapias regenerativas, donde podrían ser utilizadas para reemplazar o reparar tejidos dañados o enfermos.
Los científicos han aprovechado las lecciones aprendidas de la embriología para desarrollar métodos de diferenciación efectivos de células madre embrionarias (CME) humanas. La embriología estudia el desarrollo embrionario y proporciona información valiosa sobre cómo las células se especializan y forman los diferentes tejidos y órganos en el organismo en desarrollo. Al aplicar este conocimiento, los científicos han desarrollado estrategias para dirigir la diferenciación de CME hacia diversos tipos celulares.
La aplicación secuencial de diferentes combinaciones de factores de crecimiento es una técnica clave en este proceso. Los factores de crecimiento son moléculas que regulan la proliferación y diferenciación celular. Al exponer las CME a combinaciones específicas de estos factores en secuencia, los científicos pueden imitar y dirigir el proceso natural de diferenciación celular.
Este enfoque ha llevado al desarrollo de sistemas eficaces de diferenciación de CME humanas, permitiendo la generación de poblaciones purificadas de diferentes tipos celulares. Por ejemplo, se han logrado diferenciaciones exitosas hacia neuronas, neurogliocitos, miocardiocitos, células de endotelio vascular y de músculo liso, células β pancreáticas, hepatocitos, así como diversas células sanguíneas como plaquetas y eritrocitos. Esto significa que a partir de un grupo inicial de CME, los científicos pueden obtener poblaciones celulares especializadas que representan una amplia variedad de tejidos y funciones.
Esta capacidad para diferenciar CME en células especializadas ofrece enormes posibilidades en la investigación biomédica y la medicina regenerativa. Estas células diferenciadas pueden ser utilizadas para estudiar enfermedades, probar fármacos, y potencialmente para desarrollar terapias regenerativas que buscan reemplazar o reparar tejidos dañados. En conjunto, el uso de factores de crecimiento y el conocimiento derivado de la embriología han permitido avances significativos en la capacidad de manipular y aprovechar las propiedades únicas de las células madre embrionarias humanas.
Células pluripotentes inducidas
Una de las limitaciones significativas de la tecnología de las células madre embrionarias (CME) humanas es la imposibilidad de obtener estas células de un individuo adulto específico, lo que limita su aplicación directa en terapias personalizadas. Sin embargo, esta limitación se puede superar mediante la introducción de la técnica de células madre pluripotentes inducidas (CMPi).
La técnica de CMPi permite reprogramar células somáticas del adulto, como fibroblastos o células sanguíneas, en células madre pluripotentes. Esto se logra mediante la introducción de un conjunto de factores de transcripción relacionados con la pluripotencia, siendo uno de los ejemplos más conocidos el conjunto de factores utilizado por Shinya Yamanaka en 2006 para generar células pluripotentes inducidas (iPSC).
Al reprogramar células somáticas con estos factores, se logra revertir su estado diferenciado, convirtiéndolas en células pluripotentes con características similares a las células madre embrionarias. Este proceso ha abierto nuevas posibilidades en el campo de la medicina regenerativa, ya que las CMPi generadas de esta manera pueden diferenciarse en diversos tipos celulares utilizando protocolos de diferenciación similares a los empleados para las CME humanas.
La ventaja clave de las CMPi es que pueden derivarse directamente de células de un individuo adulto, lo que elimina la necesidad de utilizar embriones en el proceso. Esto hace que las células resultantes sean genéticamente idénticas al donante adulto, permitiendo su potencial aplicación en terapias personalizadas y evitando problemas éticos asociados con el uso de embriones.
Es crucial destacar la importancia de las células madre pluripotentes inducidas (CMPi) en relación con la posibilidad de generar estas células de manera específica para un paciente. Esta característica abre diversas oportunidades y aplicaciones que son fundamentales en el campo de la medicina y la investigación biomédica. Algunas de las razones por las cuales esta tecnología es significativa son:
- Evitar el rechazo inmunitario: Al generar CMPi a partir de células somáticas del propio paciente, se crea un suministro de células que son genéticamente idénticas al individuo. Esto reduce significativamente el riesgo de rechazo inmunitario cuando estas células se utilizan en terapias de sustitución celular, ya que el sistema inmunológico del paciente es menos propenso a reconocer las células como extrañas.
- Modelos de trastornos genéticos: Las CMPi ofrecen la posibilidad de recrear en el laboratorio células que llevan las características genéticas específicas de un paciente, incluyendo trastornos genéticos. Esto permite la creación de modelos de enfermedades para estudiar y comprender mejor los mecanismos subyacentes de condiciones específicas, lo que es crucial para el desarrollo de terapias y tratamientos más efectivos.
- Aplicación en enfermedades y pacientes específicos: La capacidad de generar CMPi específicas para un paciente permite desarrollar terapias personalizadas. Esto es particularmente relevante en el tratamiento de enfermedades complejas y variadas, donde la respuesta individual puede variar considerablemente. Las CMPi permiten diseñar enfoques terapéuticos que se adapten a las características genéticas y biológicas únicas de cada paciente.
- Optimización de terapias específicas: Al poder diferenciar las CMPi en diversos tipos celulares, se pueden optimizar terapias específicas para cada paciente. Esto es especialmente relevante en enfermedades que afectan a tejidos específicos, como trastornos cardíacos, neurológicos o metabólicos, donde la aplicación de células especializadas puede ser crucial para la eficacia del tratamiento.
- Pruebas sistemáticas de fármacos: Las CMPi proporcionan una plataforma valiosa para el descubrimiento y ensayo de fármacos. Al poder generar células que representan diferentes tipos de tejidos y órganos, se pueden realizar pruebas sistemáticas para evaluar la eficacia y seguridad de nuevos medicamentos, permitiendo un enfoque más preciso y específico en la búsqueda de tratamientos farmacológicos.
En resumen, la capacidad de generar CMPi específicas para cada paciente abre un abanico de posibilidades en la medicina personalizada, investigación de enfermedades, desarrollo de terapias y pruebas de fármacos, lo que hace que esta tecnología sea esencial para avanzar en el campo de la medicina regenerativa y la atención médica individualizada.
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