Daño ocular por discrasias sanguíneas
Las discrasias sanguíneas pueden tener un impacto significativo en la salud ocular, manifestándose a través de diversas condiciones que afectan la retina y la coroides. La trombocitopenia severa o la anemia grave pueden predisponer a diferentes tipos de hemorragias en estos tejidos oculares, representando un desafío clínico importante.
En situaciones como la leucemia o la endocarditis bacteriana, la trombocitopenia puede conducir a hemorragias retinianas centradas en el blanco, conocidas como manchas de Roth. Estas hemorragias son indicativas de daño vascular y pueden ser un signo importante de complicaciones sistémicas graves. La participación de la mácula en tales hemorragias puede resultar en pérdida visual permanente, subrayando la importancia de una evaluación oftalmológica detallada en pacientes con estas condiciones.
La retinopatía de células falciformes es otra entidad asociada con discrasias sanguíneas, especialmente común en la enfermedad de hemoglobina SC y otras variantes de hemoglobina S. Esta condición se caracteriza por hemorragias preretinianas o intraretinianas que pueden presentarse como «parche de salmón» o «ráfagas de sol negras», reflejando la presencia de hemorragias intraoculares. Además, la formación de nuevos vasos puede ocurrir como una respuesta compensatoria a la hipoxia retiniana.
Aunque la pérdida visual grave es generalmente infrecuente en la retinopatía de células falciformes, puede ser más común en pacientes con complicaciones como hipertensión pulmonar, que pueden agravar la isquemia retiniana y aumentar el riesgo de complicaciones visuales severas.
La fotocoagulación láser de la retina es una técnica ampliamente utilizada para el tratamiento de diversas condiciones oculares, incluyendo la proliferación de nuevos vasos sanguíneos anómalos que pueden llevar a hemorragias vítreas. Este procedimiento consiste en la aplicación de luz láser de alta energía sobre áreas específicas de la retina afectadas, con el objetivo de sellar los vasos sanguíneos anormales y prevenir futuras hemorragias.
Sin embargo, en algunos casos, la hemorragia vítrea persiste a pesar del tratamiento con láser, o puede desarrollarse un desprendimiento de tracción de la retina. El desprendimiento de tracción ocurre cuando membranas fibrovasculares o cicatrices en la superficie de la retina tiran y separan la retina de su posición normal, causando distorsión y pérdida de la visión. En tales situaciones, puede ser necesaria la intervención quirúrgica para tratar la hemorragia persistente o para liberar la tracción y reparar el desprendimiento de la retina.
La cirugía vitreorretiniana es el enfoque principal para estos casos complejos, que puede involucrar la eliminación del vítreo gelatinoso del ojo y la corrección de las anomalías estructurales retinianas. Esta técnica avanzada permite un acceso preciso y controlado a la retina, facilitando la eliminación de sangre acumulada y la reparación de cualquier daño mecánico o traccional.
Originally posted on 15 de junio de 2024 @ 1:56 AM
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