¿Qué es la poliomielitis?
El virus de la poliomielitis, también conocido como poliovirus, es un enterovirus que se encuentra principalmente en los lavados faríngeos (muestras tomadas de la parte posterior de la garganta) y en las heces de las personas infectadas. La infección por poliovirus es altamente contagiosa y se transmite principalmente por vía fecal-oral, lo que significa que el virus se propaga a través de la ingestión de alimentos o agua contaminados con heces infectadas.
La alta contagiosidad del virus de la poliomielitis se debe a su capacidad para sobrevivir en el tracto gastrointestinal y su fácil propagación a través de la ruta fecal-oral. El virus puede sobrevivir en aguas contaminadas y en superficies por un período prolongado, lo que facilita su transmisión de persona a persona.
Manifestaciones clínicas
Los tipos de poliomielitis son los siguientes:
- La Poliomielitis abortiva (enfermedad benigna). Se presenta en 4 a 8% de las infecciones y se manifiesta con fiebre, cefalea, vómito, diarrea, estreñimiento y faringitis que dura dos a tres días.
- Poliomielitis no paralítica. Se observan signos de irritación meníngea y espasmo muscular sin parálisis evidente.
- Poliomielitis paralítica. Constituye 0.1% de los casos de poliomielitis. La incidencia es mayor cuando las infecciones se adquieren en etapas más avanzadas de la vida.
La parálisis en la poliomielitis paralítica puede presentarse en cualquier momento durante el periodo febril. Se pueden observar temblores, debilidad muscular, estreñimiento e íleo. La poliomielitis paralítica se divide en dos presentaciones que pueden coexistir:
poliomielitis raquídea
poliomielitis bulbar
La poliomielitis paralítica raquídea se caracteriza por afectación de los músculos inervados por nervios raquídeos.
La poliomielitis paralítica bulbar se caracteriza por debilidad de los músculos inervados por los pares craneales (en especial IX y X) y de los centros respiratorio y vasomotor. En la poliomielitis raquídea, la parálisis del hombro suele preceder a la intercostal y diafragmática, lo cual lleva a una disminución de la expansión del tórax y de la capacidad vital.
En la poliomielitis bulbar, los síntomas incluyen:
diplopía
debilidad facial
disfagia
disfonía
voz nasal
debilidad de músculos esternocleidomastoideo y trapecio
dificultad masticatoria
dificultad para deglutir o expulsar saliva
regurgitación
El aspecto de la poliomielitis bulbar más peligroso para la vida es la parálisis respiratoria.
Exámenes complementarios
El diagnóstico de poliomielitis puede realizarse con pruebas de PCR en líquido de lavados faringeos, en heces o en líquido cefalorraquídeo.
El líquido cefalorraquídeo en la poliomielitis contiene:
cifras normales o incremento leve en la presión y proteínas
no hay disminución de la concentración de glucosa
leucocitos <500 células/µl, principalmente linfocitos, después de las primeras 24 horas.
Diagnóstico diferencial
La poliomielitis no paralítica es similar a otras modalidades de meningitis por enterovirus; la diferenciación se hace por serología.
La polineuritis inflamatoria aguda (síndrome de Guillain-Barré), la encefalitis japonesa B, la encefalitis del Nilo Occidental y la parálisis por mordedura de garrapata pueden simular poliomielitis.
Complicaciones
Complicaciones en la poliomielitis incluyen las siguintes entidades:
infección del aparato urinario
atelectasia
neumonía
miocarditis
íleo paralítico
dilatación gástrica
La insuficiencia respiratoria en pacientes con poliomielitis puede ser por:
parálisis de los músculos respiratorios
obstrucción de vías respiratorias por afectación de los núcleos de pares craneales
lesiones del centro respiratorio
Tratamiento
En la fase aguda de la poliomielitis paralítica el reposo estricto en cama durante los primeros días de la enfermedad disminuye la tasa de parálisis.
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