Evaluación hematológica preoperatoria

Evaluación hematológica preoperatoria
Evaluación hematológica preoperatoria

La evaluación hematológica preoperatoria es fundamental para abordar tres situaciones clínicas comunes: la anemia, la evaluación del riesgo de sangrado y el manejo perioperatorio de la anticoagulación a largo plazo. La anemia, definida como una disminución en la concentración de hemoglobina en sangre, es un hallazgo frecuente en pacientes prequirúrgicos y puede tener implicaciones significativas en el manejo perioperatorio y los resultados postoperatorios.

El primer objetivo de la evaluación preoperatoria en pacientes anémicos es determinar la necesidad de una evaluación diagnóstica adicional y la posible necesidad de transfusión de sangre antes de la cirugía. Es crucial identificar la causa subyacente de la anemia, ya que ciertos tipos, como la anemia por enfermedad de células falciformes, la hemólisis y la pérdida aguda de sangre, pueden tener implicaciones específicas para el manejo perioperatorio. Por ejemplo, la anemia por pérdida aguda de sangre puede requerir una reposición de volumen más agresiva y una evaluación urgente para identificar el sitio de sangrado activo.

Es importante destacar que la evaluación preoperatoria debe incluir la determinación del recuento de reticulocitos, especialmente en casos de anemia aguda, ya que un recuento elevado de reticulocitos puede indicar una respuesta medular apropiada a la anemia. Además, dado que la deficiencia de hierro es una causa común de anemia, se debe considerar la exclusión de esta condición mediante la medición de los niveles de hierro sérico, ferritina y capacidad total de unión al hierro.

En cuanto al manejo de la deficiencia de hierro en pacientes anémicos antes de la cirugía, aunque la administración de hierro intravenoso puede ser una opción en ciertos casos seleccionados, no está claro si proporciona beneficios significativos en todos los pacientes anémicos prequirúrgicos. Por lo tanto, la decisión de administrar hierro intravenoso debe basarse en una evaluación individualizada de los riesgos y beneficios, considerando la causa subyacente de la anemia y la presencia de otras comorbilidades.

La anemia preoperatoria se asocia con una mayor morbilidad y mortalidad perioperatoria debido a varios factores. La anemia reduce la capacidad del organismo para transportar oxígeno a los tejidos, lo que puede resultar en hipoxia tisular durante el período perioperatorio, especialmente en situaciones de estrés fisiológico como la cirugía. Esta hipoxia tisular puede comprometer la función de diversos órganos y sistemas, aumentando así el riesgo de complicaciones cardiovasculares, respiratorias y neurológicas durante y después de la cirugía.

Además, la anemia puede afectar negativamente la respuesta inmunitaria del paciente, lo que aumenta el riesgo de infección postoperatoria y retrasa la cicatrización de las heridas. También se ha demostrado que la anemia está asociada con un mayor riesgo de complicaciones como insuficiencia renal aguda, embolia pulmonar y eventos tromboembólicos, todos los cuales pueden aumentar la morbilidad y la mortalidad en el período perioperatorio.

A pesar de la asociación entre anemia preoperatoria y malos resultados, la evidencia sobre si elevar el nivel de hemoglobina preoperatoria a objetivos específicos mejora los resultados postoperatorios sigue siendo incierta. Esto se debe en parte a la falta de ensayos clínicos aleatorizados sólidamente diseñados que hayan investigado esta cuestión. Por lo tanto, la decisión de transfundir preoperatoriamente a un paciente anémico debe basarse en una evaluación individualizada de los riesgos y beneficios, teniendo en cuenta factores como la presencia de enfermedad cardiopulmonar, el tipo de cirugía y la probabilidad de pérdida de sangre quirúrgica.

En cuanto al riesgo de sangrado, la evaluación del riesgo se basa principalmente en una historia de sangrado dirigida y un examen físico detallado. Los pacientes con una historia confiable de no sangrado anormal y sin hallazgos de sangrado anormal en el examen físico tienen un riesgo bajo de trastornos hemorrágicos ocultos y generalmente no requieren pruebas de laboratorio adicionales. Sin embargo, en pacientes con una historia de sangrado poco confiable o incompleta, o con signos sugestivos de sangrado anormal, se debe realizar una evaluación formal de la hemostasis antes de la cirugía, que incluye pruebas de laboratorio como el tiempo de protrombina, el tiempo de tromboplastina parcial activada y el recuento de plaquetas.

Por último, en pacientes que reciben anticoagulación oral a largo plazo, la interrupción de esta terapia antes de la cirugía conlleva un riesgo de complicaciones tromboembólicas. Sin embargo, la estrategia de “anticoagulación puente”, donde se administra heparina por vía parenteral mientras se suspenden los anticoagulantes orales, no ha demostrado beneficios y puede aumentar el riesgo de sangrado. Por lo tanto, se debe evaluar cuidadosamente el riesgo individual de tromboembolismo y sangrado en cada paciente antes de decidir sobre la interrupción o continuación de la anticoagulación preoperatoria.

 

 

Homo medicus

 


 

¡Gracias por visitarnos!

 
Anatomía del hígado

Anatomía del hígado

Síguenos en X: @el_homomedicus  y @enarm_intensivo    

🟥     🟪     🟨     🟧     🟩     🟦

APRENDER CIRUGÍA

¿De cuánta utilidad te ha parecido este contenido?

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

Ya que has encontrado útil este contenido...

¡Sígueme en los medios sociales!

Avatar del usuario

Homo medicus

Conocimiento médico en evolución...

También te podría gustar...