La osmolalidad estimula la secreción de vasopresina
La secreción de vasopresina (AVP), conocida también como hormona antidiurética (ADH), está estrechamente regulada por el nivel de osmolalidad en la sangre. La osmolalidad se refiere a la concentración de solutos en el plasma sanguíneo. Cuando esta concentración supera un umbral de aproximadamente 285 mOsm/kg, la secreción de AVP se inicia y comienza una relación lineal entre la osmolalidad y la cantidad de AVP circulante.
Este proceso comienza con la presencia de osmorreceptores en el hipotálamo, que son células sensibles a los cambios en la osmolalidad sanguínea. Cuando la osmolalidad en la sangre aumenta, indicando una mayor concentración de solutos, estos osmorreceptores se activan. En particular, una vez que la osmolalidad supera el umbral de alrededor de 285 mOsm/kg, se desencadena una respuesta.
Los osmorreceptores envían señales a las neuronas magnocelulares en el hipotálamo, que son las células responsables de la producción y liberación de AVP. La activación de estas neuronas conduce a la liberación de AVP en el torrente sanguíneo.
A partir de ese punto, se establece una relación lineal entre la osmolalidad y la cantidad de AVP circulante. Cuanto mayor sea la osmolalidad, mayor será la liberación de AVP. La AVP actúa sobre los riñones, estimulando la reabsorción de agua en los túbulos renales. Esto resulta en una disminución de la cantidad de agua excretada en la orina y una mayor concentración de la misma.
La relación lineal entre la osmolalidad y la cantidad de AVP circulante es crucial para permitir al organismo responder de manera precisa a los cambios en la concentración de solutos en la sangre. Esto garantiza que, en situaciones de deshidratación o aumento de la concentración de solutos, se conserve el agua en el cuerpo y se reduzca la pérdida de líquidos a través de la orina.
✳️ La secreción de AVP se encuentra finamente regulada por los osmorreceptores, y su liberación se activa cuando la osmolalidad sanguínea supera un umbral crítico de aproximadamente 285 mOsm/kg. La relación lineal entre la osmolalidad y la cantidad de AVP circulante permite una respuesta precisa a los cambios en la concentración de solutos, lo que resulta en una eficaz conservación de agua y en la regulación del equilibrio hídrico en el organismo.
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