Laringitis aguda
La causa más común de laringitis aguda son los virus respiratorios, como los rinovirus, adenovirus y virus sincitial respiratorio. Estos virus infectan las células epiteliales de la laringe, desencadenando una respuesta inflamatoria. Esta inflamación conduce a un engrosamiento de las cuerdas vocales y la mucosa circundante, lo que afecta la vibración necesaria para la producción de sonidos vocales normales. Como resultado, los individuos afectados experimentan ronquera y a menudo una voz más áspera y débil.
Manifestaciones clínicas
Los síntomas de la laringitis aguda suelen desarrollarse después de una infección respiratoria superior, como un resfriado común o una gripe, y persisten incluso después de que otros síntomas, como la congestión nasal y la tos, hayan disminuido. La ronquera es el síntoma más prominente y característico de la laringitis aguda, y puede variar en severidad desde una ligera alteración en la voz hasta una completa pérdida temporal de la misma.
El curso clínico típico de la laringitis aguda implica una duración de aproximadamente una semana, aunque este período puede variar según la gravedad de la inflamación y la respuesta del individuo al tratamiento y al reposo vocal. En la mayoría de los casos, el tratamiento se centra en el manejo de los síntomas, como el reposo vocal, la hidratación adecuada, la humidificación del aire y el alivio del dolor si es necesario. Los antibióticos generalmente no son necesarios, a menos que la causa sea bacteriana.
Tratamiento
El tratamiento de la laringitis aguda se centra en estrategias de apoyo destinadas a aliviar los síntomas y facilitar la recuperación del paciente. Entre las medidas recomendadas se incluyen el descanso vocal, la hidratación adecuada y la inhalación de aire humidificado.
El descanso vocal es crucial para permitir que las cuerdas vocales inflamadas se recuperen sin someterlas a tensiones adicionales. Se aconseja evitar actividades que puedan ejercer presión sobre la voz, como cantar o gritar, ya que el uso persistente podría conducir a complicaciones graves como hemorragia traumática de las cuerdas vocales, así como la formación de pólipos y quistes en casos más severos.
La hidratación suficiente es esencial para mantener las cuerdas vocales lubricadas y favorecer su recuperación. Beber líquidos adecuadamente ayuda a mantener la mucosa de la laringe en condiciones óptimas, facilitando el proceso de curación.
Asimismo, el uso de aire humidificado puede aliviar la irritación en la laringe y proporcionar un ambiente más cómodo para el paciente durante el período de recuperación.
Aunque la laringitis aguda se asocia comúnmente con infecciones virales, como los rinovirus y el virus sincitial respiratorio, ciertas bacterias como Moraxella catarrhalis y Haemophilus influenzae pueden aislarse con mayor frecuencia de lo esperado en el nasofaringe de los pacientes afectados. A pesar de estos hallazgos microbiológicos, los estudios metaanalíticos no han proporcionado evidencia concluyente de que los antibióticos mejoren significativamente la resolución natural de la laringitis aguda.
En algunos casos, la eritromicina ha mostrado potencial para acelerar la mejoría de la ronquera en aproximadamente una semana y de la tos en dos semanas, según mediciones subjetivas. Sin embargo, el uso de antibióticos debe ser prudente y justificado clínicamente, teniendo en cuenta los riesgos asociados con el uso indebido de estos medicamentos.
Para casos selectos, especialmente en vocalistas profesionales que requieren una recuperación rápida de la función vocal, los corticosteroides orales o intramusculares pueden considerarse. Es imperativo realizar una evaluación exhaustiva de las cuerdas vocales y la técnica vocal antes de iniciar este tipo de tratamiento, dado que las cuerdas vocales inflamadas son más susceptibles a la hemorragia y al desarrollo subsiguiente de patologías traumáticas.
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