Manejo preoperatorio de pacientes con insuficiencia cardiaca

Manejo preoperatorio de pacientes con insuficiencia cardiaca
Manejo preoperatorio de pacientes con insuficiencia cardiaca

La insuficiencia cardíaca (IC) y la disfunción del ventrículo izquierdo (VI) son condiciones cardiacas crónicas que representan un desafío significativo en el manejo clínico debido a su prevalencia, morbimortalidad y complejidad fisiopatológica. La IC se caracteriza por una disminución en la capacidad del corazón para bombear sangre de manera eficiente para satisfacer las demandas metabólicas del cuerpo, lo que puede resultar en síntomas como disnea, fatiga, edema periférico y congestión pulmonar. La disfunción del VI, en particular, se refiere a una alteración en la capacidad de contracción del ventrículo izquierdo, lo que puede llevar a una reducción en la fracción de eyección (FE) y una disminución en la capacidad de expulsión de sangre del corazón.

La cirugía electiva en pacientes con IC y disfunción del VI presenta desafíos únicos debido al riesgo aumentado de complicaciones perioperatorias, como insuficiencia cardíaca descompensada, arritmias, eventos tromboembólicos y muerte cardiovascular. Es crucial reconocer y manejar adecuadamente la IC descompensada antes de proceder con la cirugía electiva, ya que la descompensación puede manifestarse con signos clínicos como presión venosa yugular elevada, tercer sonido cardíaco audible (galope) o evidencia de edema pulmonar. Estos signos indican un aumento en la congestión venosa y la presión en las cavidades cardíacas, lo que puede predisponer a complicaciones graves durante el procedimiento quirúrgico.

En pacientes con IC compensada, es fundamental evaluar el riesgo individual de complicaciones cardíacas perioperatorias. Se ha observado que el riesgo es similar entre pacientes con miocardiopatía isquémica o no isquémica, lo que sugiere que la etiología subyacente de la IC puede no ser un factor determinante importante en la predicción del riesgo perioperatorio. Sin embargo, se ha observado que la IC con FE reducida (ICFEr) probablemente conlleva un mayor riesgo en comparación con la IC con FE preservada (ICFEp). Esto se debe a que la ICFEr generalmente se asocia con una disfunción sistólica más grave y una capacidad de reserva disminuida en comparación con la ICFEp, lo que puede predisponer a una tolerancia reducida al estrés perioperatorio y un mayor riesgo de complicaciones cardiacas.

Las directrices médicas recomiendan la realización de ecocardiografía preoperatoria para evaluar la función del ventrículo izquierdo (VI) en ciertos grupos de pacientes por varias razones fundamentales. En pacientes sin insuficiencia cardíaca conocida pero con disnea inexplicada, la evaluación ecocardiográfica puede revelar anomalías estructurales o funcionales del corazón, como disfunción ventricular, valvulopatías u otras alteraciones que pueden contribuir a los síntomas de disnea. La disfunción del VI es una causa común de disnea y puede estar presente incluso en ausencia de síntomas evidentes de insuficiencia cardíaca. Por lo tanto, la ecocardiografía preoperatoria puede identificar estas condiciones subyacentes y permitir un manejo perioperatorio adecuado.

En pacientes con insuficiencia cardíaca conocida y deterioro clínico, la ecocardiografía preoperatoria es esencial para evaluar la gravedad de la disfunción ventricular y guiar el manejo perioperatorio. La insuficiencia cardíaca descompensada puede presentarse con exacerbaciones agudas de los síntomas, como disnea, fatiga o edema, y la evaluación ecocardiográfica puede ayudar a determinar si existe un empeoramiento significativo en la función del VI que requiere intervención médica antes de la cirugía.

En cuanto al manejo de medicamentos como diuréticos y digoxina en pacientes preoperatorios, es crucial evaluar los niveles séricos de electrolitos y digoxina para identificar posibles anomalías que puedan aumentar el riesgo de arritmias perioperatorias. Los desequilibrios electrolíticos, como la hipopotasemia o la hipomagnesemia, pueden predisponer a la aparición de arritmias cardíacas, mientras que niveles elevados de digoxina pueden aumentar el riesgo de toxicidad digital y complicaciones cardíacas. Por lo tanto, la monitorización de estos niveles antes de la cirugía es fundamental para optimizar la seguridad del paciente durante el procedimiento quirúrgico.

Además, es importante tener en cuenta el equilibrio adecuado de diuréticos en pacientes con insuficiencia cardíaca para evitar la depleción excesiva de volumen, lo que puede aumentar el riesgo de hipotensión intraoperatoria y otras complicaciones. Los médicos deben ser cautelosos al ajustar las dosis de diuréticos para garantizar un equilibrio óptimo entre el control de la congestión y la preservación del volumen intravascular durante el perioperatorio.

Finalmente, la comunicación efectiva entre el equipo médico, incluidos el cirujano y el anestesiólogo, es esencial para garantizar un manejo perioperatorio óptimo en pacientes con disfunción del VI. La información sobre la presencia y gravedad de la disfunción ventricular permite tomar decisiones informadas sobre el manejo de líquidos perioperatorios, la selección de agentes anestésicos y la monitorización intraoperatoria. Esto puede ayudar a prevenir complicaciones relacionadas con la insuficiencia cardíaca y optimizar los resultados quirúrgicos en estos pacientes.

 

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