Proteínas plasmáticas
Las proteínas plasmáticas, que comprenden principalmente albúmina, globulinas y fibrinógeno, son componentes esenciales del plasma sanguíneo con funciones críticas para el funcionamiento del sistema circulatorio y la homeostasis del cuerpo humano. A continuación, se explicará en detalle por qué estas tres clases de proteínas son las más prominentes en el plasma sanguíneo y cuáles son sus funciones clave.
- Albúmina:
- Transporte de Sustancias: La albúmina es la proteína más abundante en el plasma, representando aproximadamente el 60 % de todas las proteínas plasmáticas. Su principal función es actuar como transportadora de diversas sustancias en la sangre. Puede unirse y transportar hormonas, vitaminas, minerales, ácidos grasos y otros solutos a través del torrente sanguíneo. Esto es fundamental para el suministro de nutrientes a las células y la eliminación de productos de desecho.
- Mantenimiento de la Presión Oncótica: La albúmina también contribuye a mantener la presión oncótica en el sistema vascular. Esto es esencial para evitar que el agua se filtre en los tejidos y cause edema, ya que la albúmina ejerce una fuerza osmótica que retiene el agua en los vasos sanguíneos.
- Globulinas:
- Defensa Inmunológica: Las globulinas son un grupo de proteínas que incluye anticuerpos y otras proteínas relacionadas con el sistema inmunológico. Son esenciales para la respuesta inmunitaria del cuerpo contra infecciones y patógenos. Los anticuerpos, en particular, son proteínas de globulinas que se unen a antígenos y ayudan a eliminarlos del cuerpo.
- Transporte de Sustancias: Algunas globulinas, como las lipoproteínas, se utilizan para transportar lípidos, como el colesterol, en el plasma. Estos lípidos son fundamentales para la estructura celular y el metabolismo.
- Fibrinógeno:
- Coagulación Sanguínea: El fibrinógeno es una proteína clave en la coagulación sanguínea. Cuando se produce una lesión o una herida en los vasos sanguíneos, el fibrinógeno se convierte en fibrina bajo la acción de la trombina. La fibrina forma una red que atrapa las células sanguíneas, formando un coágulo que detiene el sangrado y permite la reparación de los tejidos dañados.
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