¿Qué causa el impétigo?

¿Qué causa el impétigo?
¿Qué causa el impétigo?

El impétigo es una infección cutánea de naturaleza contagiosa y autoinoculable que afecta la epidermis, la capa externa de la piel. Esta patología se caracteriza por la presencia de lesiones cutáneas que se manifiestan inicialmente como pequeñas vesículas que contienen líquido seroso o purulento, las cuales pueden romperse y formar costras amarillentas. La etiología del impétigo se atribuye principalmente a la acción de bacterias del género Staphylococcus y Streptococcus, siendo las especies más comunes el Staphylococcus aureus y el Streptococcus pyogenes.

La alta contagiosidad del impétigo se debe a diversos factores, entre los que se incluyen la capacidad de las bacterias causantes para adherirse y colonizar la piel, así como su habilidad para evadir los mecanismos de defensa del sistema inmunológico del huésped. Estos microorganismos poseen una serie de factores de virulencia, como enzimas proteolíticas y toxinas, que les permiten adherirse a las células epiteliales, penetrar en los tejidos subyacentes y causar daño tisular.

La transmisión del impétigo ocurre principalmente por contacto directo con las lesiones infectadas o con objetos contaminados por las secreciones purulentas de los pacientes infectados. Además, las bacterias pueden sobrevivir en el medio ambiente por períodos variables, lo que aumenta el riesgo de transmisión indirecta a través de objetos inanimados, como toallas, ropa o superficies de uso común.

La autoinoculación es otro mecanismo importante de propagación del impétigo. Este fenómeno se refiere a la transferencia de bacterias de una lesión a otra parte del cuerpo del paciente, lo que puede ocurrir fácilmente debido a la manipulación de las lesiones por parte del propio individuo. Por ejemplo, el rascado de una lesión puede provocar la diseminación de las bacterias a áreas adyacentes de la piel, facilitando así la propagación de la infección.

Factores de riesgo adicionales que contribuyen a la propagación del impétigo incluyen la falta de higiene personal, la convivencia en entornos superpoblados, la presencia de heridas cutáneas previas, la dermatitis u otras afecciones de la piel que comprometan la barrera cutánea, y la participación en actividades que impliquen contacto físico cercano, como deportes de contacto.

Es importante destacar que la resistencia bacteriana a los antibióticos es un problema emergente en el tratamiento del impétigo, lo que dificulta el control de la infección y aumenta el riesgo de recurrencia. Por lo tanto, es crucial implementar medidas de prevención y control de infecciones, así como estrategias de tratamiento adecuadas, para minimizar la propagación de esta enfermedad cutánea altamente contagiosa.

 

Staphylococcus aureus

Staphylococcus aureus, una bacteria grampositiva del género Staphylococcus, exhibe características microbiológicas distintivas que lo hacen tanto un componente común de la microbiota cutánea como un patógeno oportunista asociado con una variedad de infecciones en humanos y animales. Desde una perspectiva morfológica y estructural, S. aureus se presenta como un microorganismo esférico, cocáceo, dispuesto en agrupaciones irregulares que recuerdan la forma de racimos de uvas cuando se observa bajo el microscopio óptico. La pared celular de S. aureus está compuesta principalmente de peptidoglicano, conferiéndole resistencia a la lisis osmótica, y algunas cepas pueden producir una cápsula de polisacáridos que contribuye a su virulencia al protegerlo de la fagocitosis por células del sistema inmunológico. Aunque generalmente carece de flagelos, algunas cepas pueden ser móviles en medios líquidos.

En cuanto a sus características de crecimiento, S. aureus es una bacteria mesófila que prospera en un amplio rango de temperaturas y pH, y exhibe una tolerancia tanto a condiciones aerobias como anaerobias, lo que le permite adaptarse a diversos entornos. En medios de cultivo estándar, como el agar nutritivo o el agar sangre, forma colonias con pigmentación que varía de dorado a amarillo, lo que puede facilitar su identificación en el laboratorio.

Los factores de virulencia de S. aureus son fundamentales para su capacidad de causar enfermedad. Produce una variedad de toxinas, incluidas las enterotoxinas estafilocócicas responsables de la intoxicación alimentaria, así como la toxina alfa, que provoca daño a los glóbulos rojos y leucocitos, y la toxina Panton-Valentine, asociada con infecciones cutáneas graves. Además, secreta enzimas como la coagulasa, la catalasa y la estafilocinasa, que contribuyen a su capacidad para colonizar tejidos y evadir la respuesta inmunitaria del huésped.

La resistencia antibiótica es otro aspecto notable de S. aureus. Esta bacteria tiene una notable capacidad para desarrollar resistencia a múltiples clases de antibióticos, lo que incluye los betalactámicos, macrólidos, fluoroquinolonas y glucopéptidos, lo que complica significativamente el tratamiento de las infecciones causadas por este microorganismo.

 

 

Streptococcus pyogenes

Streptococcus pyogenes, un miembro prominente del género Streptococcus, exhibe una serie de características microbiológicas que lo distinguen como un patógeno humano significativo. Morfológicamente, se presenta como cocos grampositivos dispuestos en cadenas o pares, siendo estas estructuras observables bajo el microscopio óptico. Su pared celular, compuesta principalmente de peptidoglicano, brinda rigidez y protección a la célula bacteriana. Algunas cepas pueden producir una cápsula de polisacáridos, proporcionándoles resistencia a la fagocitosis y aumentando su virulencia. Aunque generalmente no posee flagelos, puede exhibir movilidad en medios líquidos mediante la rotación de su célula.

En cuanto a sus características de crecimiento, S. pyogenes es una bacteria mesófila que prospera en condiciones de temperatura cercanas a los 37°C y un pH neutro a ligeramente alcalino. Es una bacteria facultativamente anaerobia, lo que le permite crecer tanto en presencia como en ausencia de oxígeno. En medios de cultivo estándar, como el agar sangre, forma colonias de aspecto opaco y de color blanco a grisáceo.

S. pyogenes es conocido por sus numerosos factores de virulencia, incluyendo la producción de toxinas como la estreptolisina O y S, que provocan la lisis de glóbulos rojos y la inhibición de la fagocitosis, respectivamente. Otras toxinas, como la toxina pirogénica estreptocócica (SPE), contribuyen a la respuesta inflamatoria en infecciones por S. pyogenes. Además, produce enzimas como la estreptoquinasa y la hialuronidasa, que facilitan la diseminación y la invasión tisular, respectivamente. Las proteínas de superficie le permiten adherirse a células epiteliales y colonizar tejidos, favoreciendo su establecimiento en el huésped.

En términos de resistencia antibiótica, aunque generalmente es susceptible a muchos antibióticos, se han reportado casos de resistencia, lo que puede complicar el tratamiento de las infecciones por esta bacteria.

 

 

 

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