¿Qué son las pérdidas insensibles de agua?

¿Qué son las pérdidas insensibles de agua?
¿Qué son las pérdidas insensibles de agua?

Parte de las pérdidas de agua en el cuerpo humano no puede regularse de manera precisa debido a procesos como la evaporación de las vías aéreas y la difusión a través de la piel. Estas pérdidas se conocen como pérdida insensible de agua, ya que ocurren de manera continua y no somos conscientes de ellas, a pesar de que se produzcan en todos los seres humanos vivos.

La evaporación de las vías aéreas se refiere a la pérdida de agua que ocurre durante la respiración. Cada vez que inhalamos, el aire que ingresa a nuestros pulmones se humidifica mediante el contacto con las membranas mucosas y los conductos respiratorios. A medida que exhalamos, parte de esta humedad se pierde, lo que conduce a la evaporación de agua en forma de vapor. Este proceso de evaporación es inevitable y ocurre de manera constante a medida que respiramos, incluso cuando no estamos conscientes de ello.

Por otro lado, la difusión a través de la piel también contribuye a la pérdida insensible de agua. La piel es el órgano más grande del cuerpo y actúa como una barrera protectora. Sin embargo, a través de la piel, especialmente a través de pequeños poros y aberturas como los conductos de las glándulas sudoríparas, ocurre una pérdida gradual de agua en forma de vapor. Esta pérdida se ve influenciada por factores como la temperatura ambiente, la humedad relativa, la actividad física y el grado de exposición al sol.

La pérdida insensible de agua a través de la piel es independiente de la sudoración y está presente incluso en personas que nacen sin glándulas sudoríparas; la pérdida media de agua por difusión a través de la piel es de unos 300-400 ml/día.

Esta pérdida la minimiza la capa cornificada llena de colesterol de la piel, que constituye una barrera contra la pérdida excesiva por difusión. Cuando la capa cornificada se pierde, como ocurre en las quemaduras extensas, la intensidad de la evaporación puede aumentar hasta 10 veces, hasta unos 3-5 l/día. Por esta razón, las personas con quemaduras deben recibir grandes cantidades de líquido, habitualmente por vía intravenosa, para equilibrar su pérdida.

La pérdida insensible de agua a través de la vía aérea se estima entre 300 y 400 ml por día. Durante el proceso de respiración, el aire que entra en la vía aérea se satura de humedad hasta alcanzar una presión de agua de aproximadamente 47 mmHg antes de ser espirado. Debido a que la presión de vapor del aire inspirado generalmente es menor a 47 mmHg, el agua se pierde continuamente a través de los pulmones durante la respiración.

En climas fríos, la presión de vapor atmosférico disminuye significativamente, casi a cero. Esto significa que el aire inspirado en climas fríos contiene menos humedad, lo que provoca una mayor pérdida pulmonar de agua a medida que la temperatura desciende. Esta mayor pérdida de agua en climas fríos puede explicar la sensación de sequedad en las vías aéreas durante esta época.

Cuando inhalamos aire frío y seco, este se calienta y se humidifica a medida que pasa por las vías respiratorias superiores, que están revestidas de membranas mucosas. Las membranas mucosas producen moco y secretan líquido para humedecer el aire y atrapar partículas y microorganismos antes de que lleguen a los pulmones. Sin embargo, a pesar de este mecanismo de humidificación, parte de la humedad se pierde durante la espiración, lo que puede causar una sensación de sequedad y molestias en las vías aéreas.

En conjunto, la evaporación de las vías aéreas y la difusión a través de la piel son responsables de aproximadamente 700 ml de pérdida de agua al día en condiciones normales. Estas pérdidas son difíciles de regular de manera precisa porque ocurren de manera continua y constante, y no podemos controlarlas conscientemente. A diferencia de la ingesta de líquidos, que podemos regular a través de la sed y la elección de nuestras bebidas, la pérdida insensible de agua es un proceso fisiológico inherente que ocurre de manera natural en todos los seres humanos.

Es importante tener en cuenta estas pérdidas insensibles de agua al evaluar las necesidades de hidratación del cuerpo. Para mantener un equilibrio hídrico adecuado, es esencial no solo considerar la ingesta de líquidos, sino también tener en cuenta estas pérdidas insensibles y asegurarse de compensarlas para prevenir la deshidratación y mantener una hidratación óptima.

 

 

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