Causas de dolor torácico

Causas de dolor torácico
Causas de dolor torácico
Causas frecuentes
  • Las causas del dolor torácico pueden ser enfermedad cardiovascular, pulmonar, pleural o musculoesquelética; alteraciones esofágicas u otros trastornos gastrointestinales; herpes zóster; o bien a estados de ansiedad.
  • Las causas de dolor torácico que ponen en riesgo la vida pueden ser síndrome coronario agudo, pericarditis, disección aórtica, angina vasoespástica, embolia pulmonar, neumonía y perforación esofágica.
  • La anemia drepanocítica puede ocasionar un síndrome torácico agudo caracterizado por dolor retroesternal, fiebre y tos.
  • El dolor torácico prolongado podría manifestar un infarto del miocardio, aunque la tercera parte de los pacientes con infarto agudo del miocardio no refiere dolor torácico.
  • El dolor isquémico puede desencadenar o exacerbar con el esfuerzo, temperatura fría, comidas, estrés o combinaciones de estos factores y casi siempre se alivia con el reposo.
  • La hipertrofia de cualquiera de los ventrículos o la enfermedad valvular estenótica también pueden inducir dolor torácico menos característico.
  • La pericarditis produce dolor más intenso en posición de decúbito dorsal que en posición erecta y puede aumentar con la respiración, la tos o la deglución.
  • El dolor pleurítico no es isquémico y el dolor a la palpación indica origen musculoesquelético.
  • La disección aórtica induce dolor desgarrador de inicio súbito que a menudo se irradia a la espalda.

 

Exámenes complementarios

Los datos de la exploración física, que incluye exploración cardiopulmonar, proporcionan indicios importantes sobre la causa subyacente del dolor torácico, deben complementarse con los signos vitales y la oximetría de pulsos. Al señalar el paciente el sitio del dolor con un dedo aumenta la probabilidad de un origen no isquémico.

El electrocardiograma se incluye en la valoración inicial de la mayoría de los pacientes con dolor torácico agudo, con el propósito de descartar el síndrome coronario agudo. También aporta indicios de otros diagnósticos posibles, como pericarditis y embolia pulmonar.

La radiografía torácica puede ser útil en la valoración del dolor torácico cuando éste se acompaña de tos o disnea. Puede evidenciar datos de neumomediastino o derrame pleural de inicio reciente que son congruentes con la perforación esofágica.

La tomografía computarizada helicoidal la tomografía computarizada helicoidal es el estudio preferido para la valoración de posible disección aórtica y perforación esofágica.

La angiografía por tomografía computarizada es el método diagnóstico preferido para la embolia pulmonar, con sensibilidad cercana a 90 a 95% y especificidad de 95% para la detección de embolia pulmonar.

 

 

 

 

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