Consecuencias de la fiebre en el metabolismo

La fiebre es un aumento temporal en la temperatura corporal. Se considera fiebre cuando la temperatura corporal medida oralmente es igual o superior a 37.5°C (99.5°F) en adultos, o cuando la temperatura rectal es igual o superior a 38°C (100.4°F). La fiebre es una parte común de muchas enfermedades y a menudo está asociada con síntomas como escalofríos, sudoración, dolor de cabeza y fatiga.

Los niveles de temperatura corporal normal varían ligeramente según el método de medición y la hora del día. En promedio, se consideran los siguientes rangos de temperatura corporal:

• Temperatura oral: 36.1°C a 37.2°C (97.0°F a 99.0°F) en condiciones normales.
• Temperatura rectal: 36.6°C a 38.0°C (97.7°F a 100.4°F) en condiciones normales.
• Temperatura timpánica (oído): 35.8°C a 38.0°C (96.4°F a 100.4°F) en condiciones normales.
• Temperatura axilar (bajo el brazo): 35.5°C a 37.5°C (95.9°F a 99.5°F) en condiciones normales.

Es importante tener en cuenta que estos rangos son aproximados y pueden variar ligeramente entre individuos y en diferentes situaciones. Además, factores como la actividad física, el estrés, el ciclo menstrual y la ingesta de alimentos pueden influir en la temperatura corporal.

Cuando la fiebre alcanza niveles críticos que amenazan la vida de una persona, el cuerpo entra en un estado de emergencia fisiológica. La fiebre, que es el aumento de la temperatura corporal por encima de lo que se considera normal, es una respuesta del sistema inmunológico a la presencia de agentes patógenos, como bacterias o virus. A medida que la temperatura corporal aumenta, se desencadenan una serie de procesos metabólicos y fisiológicos en el cuerpo para combatir la infección y restablecer el equilibrio interno.

El metabolismo es el conjunto de procesos químicos que tienen lugar en el cuerpo para mantener la vida. Incluye la producción y utilización de energía, la síntesis de proteínas, la regulación del equilibrio de líquidos y electrolitos, entre otros. Durante la fiebre, el metabolismo corporal se acelera significativamente como parte de la respuesta del cuerpo a la infección.

El aumento del metabolismo durante la fiebre tiene varias razones fisiológicas:

• Producción de calor: El cuerpo aumenta su tasa metabólica para generar calor adicional y elevar la temperatura corporal, lo que ayuda a combatir la proliferación de microorganismos patógenos. Este aumento en la producción de calor es una forma de aumentar la eficiencia de los sistemas inmunológicos, ya que muchos patógenos no pueden sobrevivir a temperaturas elevadas.
• Activación del sistema inmunitario: El metabolismo se acelera para apoyar las funciones del sistema inmunológico, que está trabajando arduamente para combatir la infección. Esto incluye la producción de células inmunitarias, como los glóbulos blancos, y la síntesis de proteínas como los anticuerpos, que ayudan a neutralizar y eliminar los agentes infecciosos.
• Aumento de la demanda energética: El cuerpo requiere más energía durante la fiebre para mantener la actividad celular y reparar los tejidos dañados. Esto se traduce en un aumento en la tasa metabólica basal y en la utilización de nutrientes, especialmente carbohidratos y grasas, para satisfacer las demandas energéticas adicionales.

Sin embargo, es importante destacar que el aumento del metabolismo durante la fiebre puede ser perjudicial si no se controla adecuadamente. Un metabolismo acelerado puede provocar un aumento en la demanda de oxígeno y nutrientes, lo que puede ejercer presión sobre el sistema cardiovascular y otros sistemas del cuerpo. Además, si la fiebre alcanza niveles extremadamente altos y no se trata adecuadamente, puede dar lugar a complicaciones graves, como daño cerebral o fallo orgánico.

Homo medicus

Anatomía del hígado

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