El dengue, una enfermedad infecciosa prevalente en los países tropicales, está experimentando un rápido incremento que lo está convirtiendo en una carga global. Causado por cualquiera de los cuatro serotipos del virus del dengue, este mal se transmite al ser humano a través de las hembras del mosquito Aedes, especialmente el Aedes aegypti. La amplia gama de síntomas del dengue abarca desde fiebre leve hasta condiciones más severas como el dengue hemorrágico y el síndrome de shock.
El fenómeno de la globalización, caracterizado por la creciente interconexión mundial, ha facilitado la propagación del virus del dengue a través de actividades como el comercio, el turismo y las migraciones. Esta conectividad ha posibilitado la introducción y diseminación del virus en áreas donde anteriormente no era endémico.
El aumento de los viajes aéreos ha contribuido significativamente a la expansión geográfica del dengue. Las personas infectadas en regiones endémicas pueden transportar el virus a diversas partes del mundo, ya que desarrollan síntomas después de regresar a sus lugares de origen, convirtiéndose en agentes involuntarios de diseminación global.
La urbanización no planificada, especialmente en países tropicales en desarrollo, ha creado condiciones propicias para la reproducción del mosquito Aedes aegypti, vector del dengue. La falta de planificación adecuada ha resultado en viviendas precarias, hacinamiento y la acumulación de recipientes de agua estancada, proporcionando hábitats ideales para la cría de mosquitos.
Este panorama se ve agravado por el cambio climático, que puede alterar las condiciones climáticas y expandir los hábitats propicios para los mosquitos a nuevas áreas geográficas.
En conjunto, estos factores complejos han propiciado el aumento de la tasa de infección por dengue, extendiendo su presencia más allá de las regiones tropicales y afectando a poblaciones que antes no estaban expuestas a la enfermedad. Abordar estos desafíos a nivel global se presenta como una necesidad apremiante para mitigar la carga del dengue en la salud pública mundial.
Dengue
El dengue es una enfermedad viral transmitida por mosquitos, principalmente por el mosquito Aedes aegypti. Este virus pertenece a la familia Flaviviridae y se presenta en cuatro serotipos distintos: DEN-1, DEN-2, DEN-3 y DEN-4. La transmisión del virus ocurre cuando un mosquito infectado pica a una persona, transmitiendo el virus a través de su saliva.
Los síntomas del dengue pueden variar desde una fiebre leve hasta una forma más grave de la enfermedad, conocida como dengue grave o dengue hemorrágico. Los síntomas comunes incluyen fiebre alta, dolor de cabeza intenso, dolor en los músculos y las articulaciones, náuseas, vómitos y erupción cutánea.
La enfermedad es común en áreas tropicales y subtropicales, donde el mosquito Aedes aegypti se reproduce y prospera. La prevención del dengue se centra en el control de los mosquitos, evitando las picaduras mediante el uso de repelentes, ropa que cubra la piel y mosquiteros. También es crucial eliminar los criaderos de mosquitos alrededor de las viviendas, como recipientes de agua estancada.
En casos graves, el dengue puede ser potencialmente mortal, y se requiere atención médica inmediata. No existe un tratamiento específico para el dengue, pero el manejo de los síntomas y el apoyo médico adecuado son fundamentales para la recuperación.
Factores que aumentan de la incidencia del dengue
El resurgimiento del dengue y el dengue hemorrágico en las últimas décadas se atribuye a una combinación de factores complejos, y aunque no se comprenden completamente, algunos elementos clave han sido identificados. El fenómeno está estrechamente vinculado a los cambios demográficos y sociales que han ocurrido en las últimas cinco décadas, especialmente en los países tropicales en desarrollo.
Dos factores cruciales han contribuido significativamente a este resurgimiento:
- Crecimiento Demográfico Mundial sin Precedentes: El aumento de la población mundial ha sido notable en las últimas décadas. El crecimiento demográfico desenfrenado, en particular en regiones tropicales densamente pobladas, ha creado condiciones propicias para la propagación del dengue. Una mayor concentración de personas proporciona más oportunidades para la transmisión del virus, ya que el mosquito Aedes aegypti, vector del dengue, tiende a prosperar en áreas con alta densidad de población.
- Urbanización no Planificada y Descontrolada: La rápida urbanización, especialmente en los países tropicales en desarrollo, ha sido otro factor clave. El proceso de urbanización no planificada ha llevado a un crecimiento desordenado de las ciudades, con la creación de viviendas deficientes, hacinamiento y un deterioro de los sistemas de agua, alcantarillado y gestión de desechos. Estas condiciones proporcionan entornos ideales para la reproducción y proliferación del mosquito Aedes aegypti, ya que estos mosquitos tienden a criar en recipientes de agua estancada cercanos a las áreas urbanas.
La combinación de estos factores ha creado un escenario propicio para la transmisión del virus del dengue en entornos urbanos, donde las personas viven en estrecho contacto con los mosquitos vectores. Además, la movilidad global y el aumento de los viajes internacionales también han contribuido a la propagación rápida del virus a diferentes regiones del mundo.
La falta de un control eficaz de los mosquitos en las zonas donde el dengue es endémico constituye un tercer factor clave en el resurgimiento y la aparición de epidemias de dengue. Durante los últimos 25 años, se ha puesto énfasis en la fumigación espacial con insecticidas para eliminar mosquitos adultos, pero esta estrategia no ha resultado efectiva y, de hecho, ha tenido consecuencias perjudiciales para los esfuerzos de prevención y control.

Algunas razones por las cuales la fumigación espacial no ha sido exitosa incluyen:
- Limitaciones en la Efectividad: La fumigación espacial con insecticidas tiene limitaciones en cuanto a su alcance y eficacia. Puede ser difícil llegar a todos los lugares donde los mosquitos se reproducen y descansan, especialmente en entornos urbanos densos y complejos.
- Resistencia a Insecticidas: A lo largo del tiempo, los mosquitos han desarrollado resistencia a los insecticidas utilizados en la fumigación, lo que reduce la eficacia de esta estrategia. La resistencia a los insecticidas es un problema creciente y compromete la capacidad de controlar las poblaciones de mosquitos.
- Falsa Sensación de Seguridad: La fumigación espacial ha creado una «falsa sensación de seguridad» entre la comunidad y los funcionarios gubernamentales. La percepción errónea de que la fumigación es suficiente para prevenir la propagación del dengue puede llevar a una falta de atención en otras medidas de control más efectivas y sostenibles.
Además, la distribución geográfica y la densidad de población de Aedes aegypti, el mosquito transmisor del dengue, han aumentado, especialmente en las zonas urbanas de los trópicos. Esto se debe al incremento en el número de hábitats de larvas de mosquitos en entornos domésticos, como recipientes de plástico no biodegradable y neumáticos usados de automóviles. Estos objetos proporcionan lugares propicios para la reproducción de mosquitos y han experimentado un aumento significativo durante el período mencionado.
El aumento de los viajes aéreos ha surgido como un cuarto factor crucial en la aparición global del dengue y el dengue hemorrágico. Este fenómeno se ha convertido en un mecanismo ideal para el transporte de patógenos urbanos, incluido el virus del dengue, entre diferentes centros de población en todo el mundo. Varias razones contribuyen a la relación entre los viajes aéreos y la propagación del dengue:
- Movilidad Global: El incremento en el número de viajes aéreos ha llevado a una mayor movilidad global de personas. En 1994, por ejemplo, se estima que 40 millones de personas salieron de los Estados Unidos por vía aérea, y más del 50% de ellas viajaron a países tropicales donde el dengue es endémico. Este flujo constante de personas entre regiones con y sin presencia endémica de dengue proporciona oportunidades para la introducción y propagación del virus en nuevas áreas.
- Infecciones en Viajeros: Muchos viajeros se infectan mientras visitan zonas tropicales, pero no manifiestan los síntomas hasta después de regresar a sus lugares de origen. Este fenómeno conocido como «infección importada» contribuye a la diseminación del virus del dengue en áreas que no son endémicas, ya que los viajeros infectados actúan como portadores del virus.
- Introducción de Nuevas Cepas y Serotipos: La movilidad global garantiza la introducción repetida de nuevas cepas y serotipos del virus del dengue en zonas donde los mosquitos vectores están presentes. Esto aumenta la diversidad genética del virus y puede tener implicaciones en la gravedad de las infecciones y la capacidad de los programas de control para prevenir su propagación.
El deterioro de las infraestructuras de salud pública en muchos países en las últimas tres décadas ha sido identificado como un quinto factor que contribuye al resurgimiento de la epidemia de dengue. Varias razones respaldan esta afirmación:
- Escasez de Recursos: La falta de recursos en los sistemas de salud pública ha resultado en una escasez crítica de especialistas capacitados en la comprensión y desarrollo de programas efectivos de prevención y control de enfermedades transmitidas por vectores, como el dengue. La falta de personal capacitado y de los recursos necesarios afecta negativamente la capacidad de implementar estrategias de control eficientes y llevar a cabo campañas de concienciación en la comunidad.
- Énfasis en Métodos de Control de Alta Tecnología: Coincidiendo con la escasez de recursos, ha habido un cambio en la política de salud pública hacia una respuesta de emergencia a las epidemias, utilizando métodos de control de mosquitos de alta tecnología. Estos métodos suelen ser costosos y a menudo no sostenibles a largo plazo. El énfasis en soluciones tecnológicas avanzadas a expensas de métodos más fundamentales y sostenibles, como la reducción de las fuentes larvarias mediante la higiene ambiental, ha contribuido a un enfoque menos efectivo en la prevención a largo plazo.
- Énfasis en la Respuesta de Emergencia: La tendencia hacia la respuesta de emergencia ha llevado a la aplicación de medidas de control de mosquitos más centradas en el momento de la epidemia, en lugar de abordar las causas subyacentes y las condiciones que favorecen la reproducción de los mosquitos en un contexto más amplio.
La higiene ambiental, que incluye la reducción de las fuentes larvarias, ha demostrado ser un método eficaz para prevenir la propagación del dengue. Sin embargo, el énfasis en estrategias de control más tecnológicas y la falta de inversión en la capacitación de personal y recursos han debilitado la capacidad de los países para abordar de manera efectiva la epidemia de dengue.


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Originally posted on 1 de diciembre de 2023 @ 10:41 PM