Factores de Riesgo Modificables para cáncer en estadounidenses

El cáncer es la segunda causa más común de muerte en los Estados Unidos, reflejando su impacto significativo en la salud pública del país. En el año 2022, se diagnosticaron aproximadamente 1,918,030 casos nuevos de cáncer, lo que subraya la alta prevalencia de esta enfermedad. Trágicamente, 609,360 personas fallecieron a causa de diversos tipos de cáncer durante ese mismo año.
A pesar de estas cifras alarmantes, es relevante notar que las tasas de mortalidad por cáncer han mostrado una tendencia a la baja en las últimas décadas. En 1991, la tasa general de mortalidad por cáncer era de 215 muertes por cada 100,000 habitantes. Sin embargo, en el período comprendido entre 2016 y 2020, esta tasa había disminuido a 149.4 muertes por cada 100,000 habitantes. Esta reducción representa una disminución del 31% en la tasa general de mortalidad por cáncer, lo que indica un avance significativo en la lucha contra esta enfermedad.
Este descenso en la mortalidad por cáncer se observa en los cuatro tipos de cáncer más comunes: próstata, mama, pulmón y colon. La disminución de las tasas de mortalidad en estos tipos de cáncer refleja el éxito de las estrategias implementadas en términos de prevención, detección temprana y tratamiento. Las mejoras en las técnicas de detección, el desarrollo de tratamientos más eficaces y las campañas de concienciación han contribuido a este progreso.
Como resultado de estas intervenciones y avances, el número de sobrevivientes de cáncer ha aumentado notablemente. En 2022, se estimaba que había 18.1 millones de personas vivas que habían sido diagnosticadas con cáncer en algún momento de sus vidas, lo que equivale aproximadamente al 5.4% de la población total de los Estados Unidos. Este incremento en el número de sobrevivientes refleja no solo la reducción en la mortalidad, sino también el avance en la capacidad de los tratamientos para prolongar y mejorar la calidad de vida de los pacientes con cáncer.
Factores de Riesgo Modificables
El consumo de tabaco se erige como la causa prevenible más significativa de mortalidad por cáncer, representando una amenaza de salud pública de gran magnitud. Se estima que al menos el 30% de todas las muertes por cáncer en los Estados Unidos están directamente relacionadas con el uso de tabaco. Esta estadística subraya la considerable influencia que el tabaquismo tiene en la incidencia de cáncer y en la mortalidad asociada.
En el año 2014, se calculó que aproximadamente 167,133 muertes por cáncer en los Estados Unidos podían ser atribuidas directamente al consumo de tabaco. Esta cifra refleja el impacto profundo del tabaco en la salud y cómo sus efectos nocivos se traducen en un número significativo de muertes por cáncer.
La relación entre el tabaco y el cáncer está respaldada por una amplia gama de evidencia científica, que demuestra que el consumo de tabaco está vinculado a al menos 12 tipos diferentes de cáncer. Esta asociación abarca varios tipos de cáncer, lo que pone de manifiesto la extensa carcinogenicidad del tabaco.
El vínculo más notable y documentado es el de entre el tabaquismo y el cáncer de pulmón. Este tipo de cáncer tiene una fuerte correlación con el consumo de tabaco, y se estima que el 81% de las muertes por cáncer de pulmón se deben directamente al tabaquismo. Esta elevada proporción resalta cómo el tabaco es un factor de riesgo predominante y específico para este tipo de cáncer, poniendo de manifiesto la necesidad de estrategias efectivas de prevención y cesación del tabaco para reducir la incidencia y la mortalidad asociadas con el cáncer de pulmón.
La Encuesta Nacional de Entrevistas de Salud de 2019 revela que la prevalencia del tabaquismo entre los adultos estadounidenses de 18 años o más es del 14%. Esta cifra refleja una disminución significativa en comparación con las tasas históricas de tabaquismo. En 1955, la tasa de tabaquismo alcanzaba un máximo del 57% entre los hombres, mientras que en 1965, el 34% de las mujeres eran fumadoras. Esta reducción en la prevalencia del tabaquismo muestra el impacto positivo de las campañas de prevención y las políticas de salud pública dirigidas a disminuir el consumo de tabaco.
A pesar de esta disminución, los cigarrillos siguen siendo la forma más común de tabaco utilizada en los Estados Unidos. No obstante, ha habido un aumento en el uso de otras formas de tabaco, como los productos no cigarro y los cigarrillos electrónicos. Los cigarrillos electrónicos, que se promocionan a menudo como una alternativa más segura al tabaco tradicional, no están exentos de riesgos. El aerosol que emiten estos dispositivos puede contener una variedad de sustancias nocivas, incluyendo nicotina, metales pesados, compuestos orgánicos volátiles y sustancias carcinógenas.
Una preocupación particular es el uso de compuestos aromatizantes en los cigarrillos electrónicos, que están diseñados para hacer que el producto sea más atractivo, especialmente para los jóvenes. Este atractivo puede aumentar el riesgo de que los adolescentes y jóvenes se inicien en el consumo de tabaco. De hecho, el porcentaje de estudiantes de secundaria en los Estados Unidos que usan cigarrillos electrónicos experimentó un aumento notable: mientras que en 2011 solo el 1.5% de los estudiantes de secundaria usaban estos dispositivos, para 2018 la cifra había subido al 21%. Este aumento sugiere una creciente popularidad de los cigarrillos electrónicos entre los jóvenes, lo que plantea preocupaciones sobre su potencial para servir como una puerta de entrada al consumo de cigarrillos tradicionales y otros productos de tabaco.
La cesación del tabaco, enfocada en el individuo, debe iniciar con el asesoramiento proporcionado por un profesional de la salud. Este tipo de orientación puede incluir consejos simples y directos, los cuales han demostrado ser efectivos para lograr tasas de cesación que varían entre el 10% y el 20%. Además del asesoramiento básico, existen estrategias más avanzadas que pueden aumentar las posibilidades de éxito en el abandono del tabaco. Estas estrategias comprenden un asesoramiento más intensivo, así como el uso de terapia de reemplazo de nicotina, que puede presentarse en forma de parches, chicles, pastillas o inhaladores. También se pueden emplear medicamentos recetados, como el bupropión o la vareniclina, que han mostrado eficacia en la ayuda para dejar de fumar.
Para aquellos que aún no han comenzado a usar tabaco, los factores de riesgo modificables más relevantes para prevenir el cáncer incluyen aspectos relacionados con la nutrición y la actividad física. Las recomendaciones clave para reducir el riesgo de cáncer son: (1) evitar el consumo de tabaco en todas sus formas; (2) mantenerse físicamente activo a través de ejercicio regular; (3) mantener un peso corporal saludable; (4) seguir una dieta equilibrada que incluya una abundancia de frutas, verduras y granos enteros; (5) reducir la ingesta de grasas dietéticas saturadas y trans; (6) limitar el consumo de alcohol; y (7) evitar la exposición excesiva al sol, que puede aumentar el riesgo de cáncer de piel.
Otro factor de riesgo modificable para el cáncer es la exposición a la radiación proveniente de estudios radiográficos. Un estudio realizado en 2009 destacó que el uso de tomografías computarizadas (CT) en los algoritmos diagnósticos expone a los individuos a dosis significativas de radiación. Esta exposición puede incrementar el riesgo de desarrollar cáncer a lo largo de la vida. Para abordar este problema, se han tomado medidas importantes, como la estandarización de las dosis de radiación en las tomografías y la limitación del número de pruebas realizadas, con el objetivo de minimizar el riesgo asociado a la radiación.
Fuente y lecturas recomendadas
- American Cancer Society. Cancer Facts & Figures 2023. https://www.cancer.org/research/cancer-facts-statistics/all-cancer-facts-figures/2023-cancer-facts-figures.html
- Centers for Disease Control and Prevention (CDC). Smoking & Tobacco Use: About Electronic Cigarettes (E-Cigarettes). https://www.cdc.gov/tobacco/basic_information/e-cigarettes/about-e-cigarettes.html
- Klein WMP, et al. Alcohol and cancer risk: clinical and research implications. JAMA. 2020;323:23. [PMID: 31834355]
- Office of Disease Prevention and Health Promotion. Healthy People 2030. Tobacco use objectives: reduce current tobacco use in adults TU01. https://health.gov/healthypeople/objectives-and-data/browse-objectives/tobacco-use/reduce-current-tobacco-use-adults-tu-01