Los principales tipos de gastritis no erosiva son los causados por infección por Helicobacter pylori, los que se vinculan con anemia perniciosa y gastritis linfocítica.
Gastritis por Helicobacter pylori
Helicobacter pylori es un bacilo espiral gramnegativo que reside debajo de la capa de mucosa gástrica adyacente a las células epiteliales gástricas. H. pylori no es invasor, sin embargo, causa inflamación de la mucosa gástrica con polimorfonucleares y linfocitos.
H. pylori se transmite de persona a persona, en especial durante la lactancia y la niñez; sin embargo, se desconoce la forma de transmisión.
La infección aguda con H. pylori puede causar una enfermedad clínica temporal caracterizada por náusea y dolor abdominal que puede durar varios días y se acompaña de gastritis histológica aguda con polimorfonucleares.
Casi todas las personas infectadas con H. pylori padecen una gastritis leve y difusa que no modifica la secreción de ácido. Cerca de 15% de las personas infectadas con H. pylori muestra inflamación que predomina en el antro gástrico, pero no abarca el cuerpo gástrico; tienden a secretar más gastrina, producir más ácido y tener mayor riesgo de padecer úlceras pépticas, en especial duodenales.
Algunos pacientes infectados con H. pylori tiene inflamación predominante en el cuerpo gástrico que con el tiempo provoca destrucción de las glándulas secretoras de ácido con la resultante atrofia de la mucosa, reducción de la secreción de ácido y metaplasia intestinal, con un riesgo alto de sufrir úlceras gástricas y cáncer gástrico.
El tratamiento prolongado con inhibidores de la bomba de protones puede potenciar el desarrollo de gastritis atrófica relacionada con H. pylori.
La gastritis crónica por H. pylori pocas veces conduce al desarrollo de úlceras duodenales o gástricas, cáncer gástrico y linfoma gástrico de linfocitos B de baja malignidad.
Helicobacter pylori se puede erradicar con antibióticos en más de 85% de los pacientes, lo que permite resolver la gastritis crónica. La erradicación de H. pylori disminuye el riesgo de cáncer gástrico en sujetos con enfermedad ulcerosa péptica.