Medicación preoperatoria en pacientes con síndromes coronarios agudos

Medicación preoperatoria en pacientes con síndromes coronarios agudos
Medicación preoperatoria en pacientes con síndromes coronarios agudos

Los pacientes con síndromes coronarios agudos requieren un manejo inmediato de su enfermedad cardíaca antes de cualquier evaluación preoperatoria debido a la alta probabilidad de complicaciones cardiovasculares durante el período perioperatorio. La razón principal es que estas condiciones, como el infarto de miocardio agudo o la angina inestable, representan un riesgo significativo para la salud del paciente durante y después de la cirugía.

La estabilidad cardiovascular es crucial para el éxito de cualquier procedimiento quirúrgico, ya que el estrés físico y fisiológico asociado con la cirugía puede desencadenar eventos cardiovasculares graves, como la isquemia miocárdica, arritmias y fallo cardíaco. Por lo tanto, optimizar la función cardíaca y reducir el riesgo de eventos adversos cardíacos es fundamental para mejorar los resultados perioperatorios y la supervivencia del paciente.

 

Medicamentos antianginosos

En cuanto a los medicamentos antianginosos, como los beta-bloqueantes, bloqueadores de los canales de calcio y nitratos, se ha demostrado que tienen beneficios en la reducción del riesgo de infarto de miocardio no mortal cuando se inician antes de cirugías no cardíacas importantes. Sin embargo, su uso debe ser cuidadosamente considerado, especialmente en pacientes con alto riesgo de complicaciones cardíacas, debido a la posibilidad de efectos secundarios adversos, como bradicardia excesiva o hipotensión.

Es importante iniciar estos medicamentos con anticipación suficiente para permitir la titulación gradual de la dosis y alcanzar el efecto terapéutico deseado sin comprometer la estabilidad hemodinámica del paciente. Además, se debe evitar iniciar los beta-bloqueantes el mismo día de la cirugía para minimizar el riesgo de complicaciones intraoperatorias.

Las dosis iniciales recomendadas para los beta-bloqueantes varían según el agente utilizado, y es fundamental mantener un control estrecho de la frecuencia cardíaca y la presión arterial durante el período perioperatorio. Además, se recomienda continuar los beta-bloqueantes durante al menos 3-7 días después de la cirugía para garantizar una transición segura hacia la estabilidad cardiovascular postoperatoria.

 

Estatinas

Las estatinas, como inhibidores de la enzima HMGCoA reductasa, tienen una función crucial en la prevención del infarto de miocardio en pacientes sometidos a cirugía no cardíaca. Esta afirmación se basa en una serie de mecanismos fisiopatológicos y evidencia clínica que respaldan su efectividad en la reducción del riesgo cardiovascular.

En primer lugar, las estatinas son conocidas por sus propiedades hipolipemiantes, es decir, reducen los niveles de colesterol en sangre, especialmente el colesterol LDL (“colesterol malo”). La reducción del colesterol LDL se asocia directamente con una disminución del riesgo de enfermedad cardiovascular, incluido el infarto de miocardio. Por lo tanto, al administrar estatinas a pacientes en el período perioperatorio, se pueden prevenir eventos cardiovasculares adversos al mantener los niveles de colesterol bajo control.

Además de su efecto hipolipemiante, las estatinas también poseen propiedades antiinflamatorias y estabilizadoras de la placa aterosclerótica. La inflamación y la inestabilidad de las placas son factores críticos en el desarrollo de eventos cardiovasculares agudos, como el infarto de miocardio. Al reducir la inflamación y promover la estabilidad de las placas, las estatinas pueden disminuir aún más el riesgo de complicaciones cardiovasculares durante el período perioperatorio.

La recomendación de iniciar al menos una dosis moderada de estatina en todos los pacientes sometidos a cirugía vascular y aquellos considerados de alto riesgo de complicaciones cardíacas se basa en múltiples estudios clínicos y guías de práctica clínica. Estos estudios han demostrado consistentemente que la terapia con estatinas antes de la cirugía no cardíaca reduce significativamente la incidencia de eventos cardiovasculares adversos, como infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y muerte cardiovascular.

Es importante destacar que el beneficio de las estatinas en la prevención del infarto de miocardio es independiente de los niveles de lípidos en sangre. Incluso en pacientes con niveles de colesterol dentro del rango normal, las estatinas han demostrado ser eficaces en la reducción del riesgo cardiovascular. Por lo tanto, se recomienda su uso en todos los pacientes en riesgo, independientemente de sus perfiles lipídicos.

En cuanto a la continuidad de la terapia con estatinas durante el período perioperatorio, se debe mantener para garantizar una protección cardiovascular continua y evitar la interrupción abrupta, lo que podría aumentar el riesgo de eventos cardiovasculares agudos.

Ácido acetilsalicílico

La aspirina, o ácido acetilsalicílico, es un medicamento ampliamente utilizado en la prevención primaria y secundaria de eventos cardiovasculares, como infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares, debido a sus propiedades antiplaquetarias y antiinflamatorias. Sin embargo, su papel en el contexto de la cirugía no cardíaca es objeto de debate y estudio continuo.

En pacientes sin stents coronarios, es decir, aquellos que no han sido sometidos a procedimientos de revascularización coronaria con colocación de endoprótesis coronarias, la recomendación de iniciar terapia con aspirina antes de la cirugía no cardíaca es cuestionable. Esto se debe a que varios estudios clínicos han demostrado que la iniciación de la terapia con aspirina en este grupo de pacientes no proporciona un beneficio significativo en la reducción del riesgo cardiovascular durante el período perioperatorio.

En cambio, la terapia con aspirina puede aumentar el riesgo de sangrado, que es una complicación potencialmente grave durante y después de la cirugía. El efecto antiplaquetario de la aspirina puede interferir con la hemostasia normal y aumentar el riesgo de hemorragia intraoperatoria y postoperatoria, lo que podría tener consecuencias clínicas adversas.

Es importante destacar que suspender la terapia profiláctica a largo plazo con aspirina en pacientes sin stents coronarios no parece aumentar el riesgo cardiovascular durante el período perioperatorio. Esto sugiere que la discontinuación temporal de la aspirina para procedimientos quirúrgicos no cardíacos no representa un aumento significativo del riesgo de eventos cardiovasculares adversos en este grupo de pacientes.

 

 

 

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