Otitis media crónica
La infección crónica del oído medio (otitis media crónica) y la mastoides generalmente se desarrolla como consecuencia de otitis media aguda recurrente, aunque también puede ocurrir después de otras enfermedades o traumas. Esta condición se caracteriza por una inflamación persistente y a menudo de larga duración en el oído medio y la mastoides, que son áreas anatómicas críticas del oído.
La otitis media aguda es una infección común del oído medio, especialmente en niños, y puede ocurrir repetidamente en algunas personas. Si estas infecciones no se resuelven completamente o si se producen con frecuencia, pueden llevar a una infección crónica del oído medio y la mastoides. Esto puede ser el resultado de una persistencia de la infección bacteriana en el oído medio, incluso después de que los síntomas agudos hayan disminuido.
Además de la otitis media aguda recurrente, otras enfermedades del oído medio, como la otitis media serosa crónica (otitis media con efusión) o la otitis media adhesiva, también pueden predisponer a la infección crónica. Los traumatismos en el oído, como lesiones en el tímpano o en la mastoides, también pueden aumentar el riesgo de desarrollar una infección crónica en estas áreas.
Una característica común de la infección crónica del oído medio es la presencia de perforación o retracción de la membrana timpánica. Estos cambios en la membrana timpánica pueden facilitar la entrada de bacterias y otros patógenos en el oído medio, lo que contribuye a la persistencia de la infección.
La bacteriología de la otitis media crónica difiere de la otitis media aguda. Mientras que la otitis media aguda a menudo es causada por bacterias como Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae y Moraxella catarrhalis, la otitis media crónica puede estar asociada con organismos diferentes. Los organismos comunes involucrados en la otitis media crónica incluyen Pseudomonas aeruginosa, especies de Proteus, Staphylococcus aureus e infecciones anaeróbicas mixtas.
Hallazgos clínicos
Los hallazgos clínicos de la otitis media crónica se caracterizan principalmente por la presencia de secreción purulenta del oído, que es el rasgo distintivo de esta condición. Esta descarga puede ser continua o intermitente, con una mayor severidad durante las infecciones del tracto respiratorio superior o después de la exposición al agua. Esta secreción purulenta puede variar en cantidad y consistencia, y generalmente es indicativa de una infección bacteriana persistente en el oído medio.
El dolor no es un síntoma característico de la otitis media crónica, a menos que ocurra durante exacerbaciones agudas de la enfermedad. Durante estas exacerbaciones, la inflamación puede aumentar temporalmente, lo que puede provocar dolor en el oído. Sin embargo, en la mayoría de los casos, el dolor es menos prominente en comparación con la otitis media aguda, ya que la enfermedad crónica tiende a ser menos inflamatoria.
La pérdida de audición conductiva es otra manifestación común de la otitis media crónica. Esto ocurre como resultado de la destrucción de la membrana timpánica o de la cadena osicular, o de ambos. La membrana timpánica y los huesecillos del oído medio, como el martillo, el yunque y el estribo, forman parte del sistema de conducción del sonido en el oído medio. Cuando estos componentes se ven afectados por la infección crónica, se produce una pérdida de audición conductiva debido a la interrupción en la transmisión del sonido desde el oído externo hasta el oído interno.
La destrucción de la membrana timpánica o de la cadena osicular puede ser el resultado de la inflamación crónica y la presión generada por la acumulación de líquido y pus en el oído medio. Esta pérdida de audición conductiva puede ser leve a moderada y puede afectar la capacidad del individuo para escuchar claramente los sonidos o entender el habla.
Tratamiento
El tratamiento médico de la otitis media crónica comprende varias estrategias destinadas a controlar la infección, prevenir exacerbaciones y, en algunos casos, facilitar la cicatrización de la membrana timpánica. La otitis media crónica se caracteriza por la presencia persistente de secreción purulenta del oído, y su tratamiento implica abordar tanto los síntomas como la causa subyacente de la infección.
Una parte integral del tratamiento es la remoción regular de los desechos infectados del oído, lo que ayuda a reducir la carga bacteriana en el oído medio y previene exacerbaciones. Además, se recomienda el uso de tapones para los oídos para proteger el oído contra la exposición al agua, lo que puede desencadenar o empeorar la infección.
Durante las exacerbaciones agudas de la otitis media crónica, se pueden recetar gotas tópicas de antibióticos para controlar la infección localizada. Los antibióticos comúnmente utilizados incluyen ofloxacino al 0.3% o ciprofloxacino con dexametasona. Estas gotas se aplican directamente en el oído y son efectivas para combatir la infección.
En casos de infección crónica persistente, se puede recetar un curso de antibióticos por vía oral. El ciprofloxacino oral, que es efectivo contra bacterias como Pseudomonas aeruginosa, puede ayudar a secar un oído que presenta descargas crónicas. La dosis típica es de 500 mg dos veces al día durante 1 a 6 semanas, según la gravedad de la infección.
En situaciones en las que la perforación de la membrana timpánica es persistente o existe daño en los huesecillos del oído medio, la cirugía puede ser necesaria. La cirugía para la otitis media crónica generalmente se centra en la reparación de la membrana timpánica y la reconstrucción de la cadena ossicular. La reconstrucción exitosa de la membrana timpánica puede lograrse con tejido autólogo, como la fascia temporal, en aproximadamente el 90% de los casos. Esta cirugía puede mejorar la audición conductiva y prevenir futuras exacerbaciones de la infección.
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