Porfiria Intermitente aguda

Porfiria Intermitente aguda
Porfiria Intermitente aguda

Aunque existen varios tipos diferentes de porfirias, la que tiene las consecuencias más graves y que suele presentarse en la edad adulta es la porfiria intermitente aguda, que se hereda como rasgo autosómico dominante, aunque es aún asintomática en la mayoría de los portadores de una mutación en HMBS.

La HMBS es una enzima involucrada en la síntesis del ácido porfobilinógeno (PBG), que es un precursor en la síntesis de la hemo. Las mutaciones en el gen que codifica la HMBS pueden afectar la actividad enzimática de esta proteína, lo que puede llevar a la acumulación de PBG en el cuerpo.

Se han descrito más de 150 mutaciones en el gen HMBS que pueden dar lugar a la porfiria intermitente aguda. Algunas mutaciones afectan la expresión de la enzima, mientras que otras alteran la actividad enzimática o la estabilidad de la proteína. Las mutaciones pueden ser heredadas de forma autosómica dominante, lo que significa que una copia del gen mutado es suficiente para provocar la enfermedad, o pueden ocurrir de novo, lo que significa que aparecen de forma espontánea y no se heredan de los padres.

La enfermedad clínica se presenta en mujeres. Los síntomas inician en el segundo o tercer decenios de la vida, pero pueden hacerlo hasta después de la menopausia en casos raros.

El trastorno se debe a que la deficiencia parcial de actividad de la hidroximetilbilano sintasa, que lleva a mayor excreción de ácido aminolevulínico y porfobilinógeno urinario.

El diagnóstico puede ser difícil si no se piensa en él de forma específica. El dolor abdominal característico es efecto de anomalías de la inervación autónoma intestinal. A diferencia de otros tipos de porfiria, no hay fotosensibilidad cutánea en la variante intermitente aguda. Los episodios son consecuencia de numerosos factores, que incluyen fármacos e infecciones intercurrentes.

Manifestaciones clínicas
  • Dolor abdominal es uno de los síntomas más comunes y se presenta como un dolor cólico, difuso o localizado en el área abdominal. Este dolor puede ser intermitente o continuo y puede estar asociado con náuseas, vómitos y diarrea. Como el origen del dolor abdominal es neurológico, no hay fiebre ni leucocitosis.
  • Náuseas y vómitos son síntomas frecuentes y suelen ser debidos al dolor abdominal intenso o al uso de ciertos medicamentos.
  • La porfiria intermitente aguda puede causar tanto estreñimiento como diarrea, dependiendo del individuo y del momento de la crisis. La diarrea suele ser acuosa y puede estar acompañada de dolor abdominal.
  • Puede verse afectada cualquier parte del sistema nervioso, con datos de neuropatía autónoma y periférica. La neuropatía periférica puede ser si- métrica o asimétrica, leve o intensa; en el último caso, genera incluso cuadriplejía con parálisis respiratoria. Otras manifestaciones del sistema nervioso central son convulsiones, alteración de la conciencia, psicosis y anomalías de los ganglios basales. En ocasiones, la hiponatremia induce o exacerba manifestaciones adicionales del sistema nervioso central.
  • La debilidad muscular es una manifestación común y puede ser leve o grave. Esta debilidad se produce debido a la toxicidad de los precursores de la porfirina en los músculos.
  • La acumulación de porfirinas en la sangre puede dar lugar a cambios en la coloración de la orina y la piel. La orina puede ser de color oscuro o marrón rojizo debido a la presencia de porfirinas, mientras que la piel puede volverse sensible a la luz y tomar un color rojizo o marrón.

 

Exámenes complementarios
  • Análisis de orina: hay acumulación de porfirinas y precursores en la orina, como el ácido porfobilinógeno (PBG) y el porfobilinógeno isómero III (Isomer III PBG). Estos compuestos se pueden medir en muestras de orina para detectar la presencia de la enfermedad.
  • Análisis de sangre: La actividad de la enzima porfobilinógeno deaminasa (PBGD) se puede medir en muestras de sangre. La actividad de esta enzima suele estar disminuida debido a mutaciones en el gen HMBS. También se pueden medir los niveles de porfirinas y precursores en la sangre. Puede haber hiponatremia intensa.
  • Pruebas genéticas: se detectan mutaciones en el gen HMBS. Las pruebas genéticas pueden detectar estas mutaciones y confirmar el diagnóstico de la enfermedad. La mayoría de las familias tiene una mutación diferente en el gen HMBS, que ocasiona porfiria intermitente aguda. Las mutaciones se pueden detectar en 90% de los pacientes y emplearse para establecer el diagnóstico presintomático y prenatal.

 

Tratamiento

El tratamiento de la Porfiria intermitente aguda tiene como objetivo controlar los síntomas agudos de la enfermedad, prevenir las complicaciones y reducir la frecuencia y gravedad de los episodios. El tratamiento debe ser individualizado según las necesidades y características de cada paciente.

Los episodios agudos ponen en peligro la vida y es necesario un diagnóstico expedito, eliminación del agente causal (cuando es posible) y tratamiento con analgésicos, solución glucosada y hematina intravenosas.

Evitación de factores desencadenantes: se recomienda evitar el consumo de alcohol, tabaco, ciertos medicamentos y otros factores desencadenantes que puedan provocar episodios agudos de la enfermedad.

En algunos pacientes con Porfiria intermitente aguda, el tratamiento con una dieta rica en carbohidratos puede reducir el número de episodios agudos de la enfermedad. Esto se debe a que el metabolismo de los carbohidratos estimula la producción de glucosa en el hígado, lo que a su vez aumenta la actividad de la enzima porfobilinógeno deaminasa y disminuye la acumulación de precursores de porfirina, como el ácido porfobilinógeno.

La hematina tiene un color marrón oscuro y es insoluble en agua. En medicina, se utiliza la hematina en forma de cloruro de hematina para tratar algunos tipos de porfirias, una enfermedad hereditaria en la que se produce una acumulación de precursores de porfirina en el organismo. La hematina actúa inhibiendo la síntesis de precursores de porfirina en el hígado, lo que ayuda a prevenir la acumulación de estos precursores y a prevenir la aparición de síntomas agudos de la porfiria.

La hematina es una forma oxidada de la hemoglobina, una proteína presente en los glóbulos rojos que se encarga del transporte de oxígeno en la sangre. La hematina se forma a partir de la hemoglobina cuando se oxida el grupo hemo, el cual es responsable de la unión del oxígeno a la molécula de hemoglobina. La hematina actúa inhibiendo la síntesis de precursores de porfirina en el hígado, lo que ayuda a prevenir la acumulación de estos precursores y a prevenir la aparición de síntomas agudos de la porfiria. La dosis de hematina es de hasta de 4 mg/kg una o dos veces al día.

En casos de síntomas agudos se pueden utilizar ciertos medicamentos para controlarlos. Los analgésicos y antiespasmódicos pueden aliviar el dolor abdominal y los espasmos musculares. Los antihistamínicos pueden reducir las náuseas y los vómitos. También se pueden utilizar medicamentos que reduzcan la producción de precursores de porfirina en el hígado, como la cloroquina y la hidroxicloroquina.

El trasplante hepático representa una opción en personas con enfermedad mal controlada con el tratamiento médico.

 

 

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