¿Qué causa el alcohol en el hígado?

¿Qué causa el alcohol en el hígado?
¿Qué causa el alcohol en el hígado?

El consumo crónico y excesivo de bebidas alcohólicas es una de las principales causas de daño hepático en todo el mundo. El alcohol es tóxico para las células hepáticas (hepatocitos) y su metabolismo puede producir productos tóxicos que desencadenan una serie de respuestas inflamatorias y de estrés oxidativo en el hígado. Estas respuestas dañinas pueden dar lugar a diferentes tipos de hepatopatía crónica, incluyendo la hepatopatía alcohólica, hepatitis alcohólica y cirrosis alcohólica.

Hepatopatía alcohólica: La hepatopatía alcohólica es un término general que abarca los efectos nocivos del alcohol en el hígado, que pueden manifestarse en diferentes etapas. En las etapas iniciales, el consumo excesivo de alcohol puede causar una acumulación de grasa en el hígado, lo que se conoce como hígado graso alcohólico o esteatosis hepática. Esta condición es reversible si se detiene el consumo de alcohol.

Sin embargo, si el consumo de alcohol persiste, la hepatopatía puede progresar hacia una forma más grave llamada hepatitis alcohólica. La hepatitis alcohólica se caracteriza por la inflamación aguda del hígado, que puede presentarse con síntomas como dolor abdominal, ictericia (coloración amarilla de la piel y los ojos), fatiga y fiebre. La hepatitis alcohólica puede ser reversible si se trata adecuadamente y si se abandona el consumo de alcohol.

Cirrosis alcohólica: La cirrosis alcohólica es una complicación grave y avanzada de la hepatopatía alcohólica. A medida que el daño hepático persiste y progresa, el tejido cicatricial se acumula en el hígado, lo que altera su estructura normal y afecta gravemente la función hepática. La cirrosis alcohólica es una condición irreversible y puede llevar a la insuficiencia hepática.

El proceso de formación de cicatrices y la aparición de nódulos regenerativos en la cirrosis alcohólica son consecuencia directa del daño crónico y persistente que el alcohol inflige sobre las células hepáticas.

Contribución del alcohol a otras hepatopatías: Además de causar hepatopatías específicas, el consumo excesivo de alcohol también puede contribuir al daño hepático en pacientes con otras condiciones hepáticas preexistentes, como la hepatitis C, hemocromatosis y la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD) o enfermedad del hígado graso relacionado con la obesidad (EHGNA).

En el caso de la hepatitis C, el alcohol puede aumentar la progresión de la enfermedad y aumentar el riesgo de desarrollar cirrosis. En la hemocromatosis, una enfermedad caracterizada por una acumulación excesiva de hierro en el hígado y otros órganos, el consumo de alcohol puede agravar la lesión hepática y acelerar la progresión hacia la cirrosis.

En el contexto del NAFLD o EHGNA, que es una acumulación de grasa en el hígado debido a factores metabólicos y relacionados con la obesidad, el alcohol puede ser un factor adicional que contribuye al daño hepático y promueve la progresión a la esteatohepatitis no alcohólica (NASH) y cirrosis.

El consumo crónico de alcohol puede producir fibrosis hepática, que es el resultado del proceso de cicatrización del hígado en respuesta al daño continuo causado por el alcohol. Es importante destacar que la fibrosis hepática en la cirrosis alcohólica puede desarrollarse sin que haya inflamación o necrosis concomitantes, lo que significa que el daño puede estar presente incluso sin una respuesta inflamatoria aguda.

La fibrosis puede presentarse en diferentes patrones, dependiendo de su distribución en el hígado:

  • Fibrosis centrolobulillar: Este tipo de fibrosis se caracteriza por una distribución centrada en los lobulillos hepáticos, que son las unidades estructurales básicas del hígado. La fibrosis centrolobulillar afecta principalmente la zona central de los lobulillos hepáticos y puede estar asociada con la muerte de células hepáticas en esta región. Aunque la inflamación no sea evidente, la fibrosis centrolobulillar puede tener un impacto significativo en la función hepática debido a la destrucción progresiva de la estructura normal del hígado.
  • Fibrosis pericelular: En este tipo de fibrosis, la cicatrización se concentra alrededor de las células hepáticas, específicamente en las áreas donde se encuentran las células estrelladas hepáticas, que son células importantes en el proceso de cicatrización del hígado. La fibrosis pericelular puede contribuir al aislamiento y daño de las células hepáticas, lo que altera su función y promueve la formación de tejido cicatricial.
  • Fibrosis periportal: En este patrón de fibrosis, las áreas alrededor de los espacios porta, que son estructuras que contienen vasos sanguíneos y biliares, están principalmente afectadas. La fibrosis periportal puede comprometer el flujo sanguíneo y biliar hacia y desde el hígado, lo que afecta la función hepática y contribuye a la formación de tejido cicatricial.

Con el tiempo, la progresión de la fibrosis puede llevar a la formación de nódulos regenerativos en el hígado. Estos nódulos son agrupaciones de células hepáticas regenerativas que intentan compensar la pérdida de función causada por el tejido cicatricial. En la cirrosis alcohólica, los nódulos suelen tener un diámetro pequeño, generalmente menor de 3 mm, lo que da lugar a una forma de cirrosis conocida como cirrosis micronodular. Sin embargo, al suspender el consumo de alcohol, es posible que se formen nódulos de mayor tamaño, lo que da origen a una cirrosis mixta con nódulos pequeños (micronodulares) y nódulos más grandes (macronodulares).

El daño hepático continuo y la progresión de la fibrosis pueden llevar finalmente a una cirrosis avanzada, que es una etapa irreversible y caracterizada por la pérdida de la arquitectura hepática normal y la formación de nódulos hepáticos que reemplazan los hepatocitos funcionales. En esta etapa, la función hepática está gravemente comprometida, lo que puede llevar a complicaciones graves y potencialmente mortales, como ascitis, encefalopatía hepática y hemorragia por várices esofagogástricas. Por lo tanto, es esencial reconocer y abordar el consumo de alcohol y proporcionar una atención médica adecuada para prevenir o retrasar la progresión de la fibrosis y la cirrosis alcohólica. La detección temprana y la intervención oportuna pueden marcar una diferencia significativa en el pronóstico y la calidad de vida de los pacientes con enfermedad hepática relacionada con el alcohol.

 

 

 

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Anatomía del hígado

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