¿Qué es el estómago?
El estómago es un órgano crucial en el sistema digestivo humano y desempeña varias funciones esenciales en el proceso de digestión, nutrición y regulación hormonal. Es una estructura en forma de bolsa ubicada entre el esófago y el intestino delgado, y su principal función es recibir, almacenar, descomponer y mezclar los alimentos para facilitar su digestión y absorción.
Una de las funciones clave del estómago es almacenar el alimento que se ingiere. Puede expandirse para acomodar grandes cantidades de comida y, de esta manera, permite que los alimentos se almacenen temporalmente en él antes de pasar al intestino delgado. Esta capacidad de almacenamiento es especialmente importante en situaciones en las que la ingesta de alimentos excede la capacidad inmediata del intestino para procesarlos.
El estómago también desempeña un papel fundamental en la digestión química de los alimentos. Produce jugo gástrico, que contiene ácido clorhídrico y enzimas como la pepsina, necesarios para descomponer los alimentos y facilitar su absorción posterior en el intestino delgado. El ácido clorhídrico ayuda a desnaturalizar las proteínas y activa la pepsina, que a su vez descompone las proteínas en fragmentos más pequeños llamados péptidos. Además, el estómago también secreta moco que recubre su revestimiento interno y protege las células del estómago del daño causado por el ácido y las enzimas digestivas.
La absorción de nutrientes en el estómago es limitada en comparación con el intestino delgado, pero aún tiene lugar para ciertos compuestos como el alcohol y algunos medicamentos. A medida que el alimento se mezcla y se descompone en el estómago, se forma una mezcla semi-líquida llamada quimo. Este quimo luego se libera gradualmente en el intestino delgado para su posterior digestión y absorción de nutrientes.
Además de sus funciones digestivas, el estómago también tiene una función endocrina importante. Dentro de la pared del estómago se encuentran células especializadas que producen hormonas, como la gastrina, la grelina y la somatostatina. Estas hormonas desempeñan un papel clave en la regulación del apetito, la liberación de enzimas digestivas y el control del flujo sanguíneo en el tracto digestivo. La gastrina estimula la secreción de ácido clorhídrico y pepsina, mientras que la grelina es conocida como la “hormona del hambre” debido a su papel en la estimulación del apetito. La somatostatina, por otro lado, tiene efectos inhibitorios en la secreción de ácido gástrico y puede regular la motilidad del estómago.
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