¿Qué son las uniones oclusivas?
Las uniones oclusivas, también conocidas como uniones herméticas o estrechas, son estructuras especializadas que se encuentran en las células epiteliales y cumplen una función crucial en la formación de barreras entre tejidos y órganos. Estas uniones sellan las células epiteliales adyacentes entre sí, creando una barrera continua que limita el movimiento de sustancias a través del espacio intercelular.
La principal función de las uniones oclusivas es regular el paso selectivo de moléculas y iones a través del espacio paracelular, que es el espacio que se encuentra entre las células. A diferencia del transporte a través de las células (transcelular), donde las moléculas y los iones atraviesan la membrana celular, el transporte paracelular implica el movimiento de estas sustancias entre las células, a lo largo de la superficie lateral de las células epiteliales.
El sellado hermético de las células epiteliales adyacentes se logra gracias a la formación de una estructura compleja en la región apical de las células, donde se encuentran las uniones oclusivas. Estas uniones consisten en una serie de proteínas especializadas que se organizan en un entramado a modo de malla entre las células adyacentes.
La proteína clave en la formación de las uniones oclusivas es la ocludina, que se encuentra en la región apical de las células. La ocludina interactúa con otras proteínas, como la claudina y la proteína de anclaje zonula occludens (ZO), para formar una estructura de unión estrecha y resistente entre las células. Estas proteínas se unen entre sí formando complejos de proteínas que se ensamblan en la membrana celular, creando una barrera física que impide el paso de moléculas y iones.
Cuando se observan las uniones oclusivas por microscopía electrónica de fractura en congelación, se puede apreciar su disposición en forma de malla. Esto se debe a que las proteínas que componen las uniones oclusivas se organizan en una estructura reticular compleja, que se extiende a lo largo de la superficie lateral de las células epiteliales adyacentes. Esta disposición en forma de malla confiere una alta resistencia mecánica a las uniones oclusivas, asegurando su integridad y estanqueidad.
Gracias a la formación de estas uniones oclusivas, las células epiteliales pueden crear una barrera contínua y selectiva que limita el paso de sustancias a través del espacio paracelular. Esto es esencial para mantener la homeostasis y la integridad de los tejidos y órganos. Por ejemplo, en el sistema gastrointestinal, las uniones oclusivas en el epitelio intestinal ayudan a regular la absorción selectiva de nutrientes y evitan la entrada de patógenos y toxinas al torrente sanguíneo.
Además de formar una barrera selectivamente permeable que sella el espacio entre las células (es decir, el espacio paracelular), esta zona también representa el límite que separa los dominios de la membrana apical y basolateral y ayuda a mantener la polaridad celular. En cualquier caso, estas uniones son estructuras dinámicas que pueden modificarse para facilitar la cicatrización epitelial y la migración de células inflamatorias a través de las superficies mucosas con revestimiento epitelial.
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