Sonda nasoentérica y percutánea para el acceso a la alimentación enteral.

Sonda nasoentérica y percutánea para el acceso a la alimentación enteral.
Sonda nasoentérica y percutánea para el acceso a la alimentación enteral.

Las técnicas de acceso para el apoyo nutricional entérico disponibles y el acceso entérico para la alimentación intestinal son diversas, unas de las mas comunes utilizadas son las sondas nasoentéricas.

La alimentación nasoentérica debe reservarse para individuos con estado mental intacto y con reflejos laríngeos protectores, a fin de reducir los riesgos de broncoaspiración.

La alimentación nasoyeyunal se asocia con menos complicaciones pulmonares, lo que incluye el riesgo de neumonía, pero el acceso distal al píloro requiere mayor esfuerzo.

La alimentación en el intestino delgado es mas segura para aquellos pacientes con alto riesgo para intolerancia a la nutrición entérica como alto residuo gástrico.

La introducción a ciegas de sondas nasogástricas para alimentación se acompaña del riesgo de colocación inapropiada, y la introducción de aire con auscultación es un método impreciso para asegurar la posición apropiada. La confirmación radiográfica para verificar la posición de la sonda de alimentación nasogástrica.

La colocación exitosa de sondas de alimentación depende en gran medida del operador para garantizar el éxito se utilizan otras técnicas como la colocación guiada por fluoroscopia en sitios distales al píloro que tiene una alta tasa de éxito.

La colocación guiada por endoscopia en sitios distales al píloro tiene tasas de éxito elevadas, hacer avanzar la sonda más allá de la segunda porción del duodeno utilizando un gastroduodenoscopio estándar tiene mayor dificultad.

La alimentación en el intestino delgado es más fiable para el suministro de nutrientes que la alimentación nasogástrica. El riesgo de neumonía por broncoaspiración es menor en comparación con la alimentación nasogástrica.

Las desventajas del uso de sondas nasoentéricas son obstrucción, doblamiento y colocación inadvertida o retiro de la sonda, además de complicaciones nasofaríngeas.

Si la alimentación nasoentérica será necesaria por más de 30 días,
debe cambiarse a un acceso percutáneo como Gastrostomía endoscópica percutánea.

La indicación más común para gastrostomía endoscópica percutánea incluye alteración del mecanismo de deglución, obstrucción orofaríngea o esofágica y traumatismo facial mayor. Se utiliza para pacientes debilitados que requieren de administración de complementos calóricos, hidratación o dosificación frecuente de fármacos. Las contraindicaciones relativas incluyen ascitis, coagulopatía, várices gástricas, neoplasia gástrica y la falta de un sitio abdominal adecuado. Las sondas son de calibre 18F a 28F pueden utilizarse por 12 a 24 meses.

Otras opciones son la radiología intervencionista con un procedimiento percutáneo bajo guía fluoroscópica, o la colocación de una sonda de gastrostomía por medios quirúrgicos, en particular con métodos de mínima invasión.

Las complicaciones de las gastrostomías endoscópicas percutáneas son infección de la herida, fascitis necrosante, peritonitis, broncoaspiración, fugas, desalojo de la sonda, perforación intestinal, fisuras entéricas, hemorragia y neumonía por broncoaspiración.

 

 

 

 

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