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Las lesiones de la tiña crural se limitan a la ingle y al pliegue glúteo.
El prurito puede ser muy intenso o un exantema asintomático.
Las lesiones tienen márgenes precisos, centros claros y periferias activas, escamosas, que se diseminan.
Puede encontrarse pústulas foliculares.
El área afectada puede quedar hiperpigmentada una vez que sana.
El diagnóstico se confirma con preparaciones de hidróxido de potasio se demuestran hifas con el microscopio.
El microorganismo puede cultivarse.
La tiña debe diferenciarse de otras enfermedades como: candidiasis, dermatitis seborreica, intertrigo, psoriasis de pliegues corporales (“psoriasis inversa”) y eritrasma.
El tratamiento preventivo puede usarse nitrato de miconazol para controlar la tiña incluyen en pacientes con transpiración excesiva u oclusión de la piel.
El tratamiento tópico puede realizarse con crema de terbinafina una vez al día, durante siete días.
El tratamiento sistémico se implementa con itraconazol, 200 mg/día, o de terbinafina, a razón de 250 mg diarios vía oral.
La tiña crural responde con rapidez al tratamiento tópico o sistémico, pero son frecuentes las recurrencias.
Tiña de manos y pies
La tiña de los pies es una dermatosis aguda o crónica muy frecuente causada principalmente por especies de Trichophyton.
Los síntomas de presentación son prurito, ardor o picazón. Si hay dolor indica una infección secundaria con celulitis.
La tiña interdigital del pie es la causa más habitual de celulitis de la pierna en individuos sanos.
En la planta de los pies y el talón puede manifestarse como una descamación no inflamatoria crónica, en ocasiones con engrosamiento y agrietamiento.
La tiña del pie a menudo aparece como una descamación o agrietamiento de los espacios interdigitales de los pies, a menudo con maceración.
Pueden aparecer vesículas, o exfoliación generalizada de la piel de las plantas o afectación de las uñas con cambio de coloración, engrosamiento y desmoronamiento de la placa ungueal.
Puede tener una distribución en “mocasín”, afectando las partes laterales de los pies.
La preparación de hidróxido de potasio (KOH) demuestran hongos aunque no siempre suele ser positiva.
Puede cultivarse bacterias de las lesiones maceradas.
El diagnóstico diferencial se realiza con entidades como:
El factor esencial de la prevención es la higiene personal. Deben utilizarse sandalias con los dedos descubiertos. Es esencial el secado cuidadoso entre los dedos de los pies después del baño. Uso de calcetines de material absorbente no sintéticos y cambiarlos frecuentemente.
El tratamiento si hay maceración es con baños de solución de subacetato de aluminio durante 20 min dos veces al día.
Las cremas y las soluciones antimicóticas de amplio espectro (que contienen imidazoles o ciclopirox) ayudan a combatir difteroides y otros microorganismos grampositivos que aparecen en casos de maceración.
Una alilamina tópica (terbinafina o butenafina), una vez al día por una semana en caso de que los imidazoles no sean efectivos.
En lesiones secas y descamativas se administra antimicóticos tópicos. La loción o crema de urea al 10 a 20% puede aumentar la eficacia de los tratamientos tópicos en la tiña gruesa (“mocasín”) de las plantas de los pies.
El tratamiento sistémico se usa para casos resistentes con itraconazol a 200 mg al día durante dos semanas o 400 mg/día durante una semana o terbinafina a razón de 250 mg todos los días por dos a cuatro semanas.
La recurrencia de la tiña de pies y manos es muy frecuente.
El uso de polvos que contienen fármacos antimicóticos o el empleo prolongado de cremas antimicóticas evita la recurrencia de la tiña del pie.
