A fin de preservar estos derechos y obligaciones entre médicos y pacientes, las instituciones deben organizar de manera adecuada sus recursos sin dejar a un lado el objetivo de humanizar la atención como prioridad antes que la productividad.
Las medicina institucional ha convertido el tiempo en una unidad de proceso, gerencia y administración de la propia salud, donde tanto los recursos humanos como los usuarios son dominados a través de la administración de tiempo y se ha convertido en una medida de productividad.
Todo interactuar entre profesionales de la salud y pacientes es muy importante para el proceso de salud-enfermedad donde, la consulta médica sigue siendo el pilar para el establecimiento de relación entre el médico y el paciente donde se brinda además de un diagnóstico y plan de tratamiento un apoyo que reduce la ansiedad e incertidumbre. El tiempo optimo de consulta debe ser evaluado para garantizar que se establezca esta relación entre el profesional y el paciente a fin de lograr los objetivos mínimos de esta interacción y reducir la la tensión, la ansiedad e incertidumbre que puede llegar a producir en ambos actores cuando el tiempo es insuficiente.
La consulta médica debe cumplir un protocolo aunque con variaciones, se mantiene respetado en la esencia durante en el cual el médico debe:
- De inicio establecer una relación basada en la confianza.
- Conocer al paciente, adquirir datos que lo orienten hacia un diagnóstico.
- Solicitar o revisar estudios que confirmen o descarten sus sospechas.
- Establecer un diagnóstico ya sea presuntivo o definitivo.
- Determinar un plan de seguimiento o tratamiento
- Informar al paciente y aclarar dudas.
- Expedir recetas e indicaciones verbales y escritas.
- Registrarlo todo en el formato establecido que cumpla con las exigencias médico-legales. (Expediente clínico)
Puesto que una consulta optima debe tener todos estos componentes además de algunas variantes dependiendo la especialidad o la finalidad de la interacción, el tiempo parece insuficiente en los servicios de salud que privilegian la cantidad sobre la calidad ocasionando insatisfacción en los usuarios y en los médicos.
Una de las principales quejas por parte de los pacientes es la de un tiempo de espera demasiado largo y un tiempo de consulta demasiado corto. Los profesionistas se quejan del mismo tiempo insuficiente para atención, de agendas rígidas y sobrecarga de trabajo de mala calidad que puede afectar desde su propio prestigio hasta problemas legales.
Idealmente, el contacto con el paciente en cada consulta es una oportunidad para mantener o mejorar la salud mental y física del o los individuos, así como promover el bienestar y modificar estilos de vida. Estos procesos cognitivos, conductuales, de promoción y educación necesitan un tiempo que lo permita. El tiempo de consulta más largo mejora la comunicación, permite reconocer problemas psicosociales y puede promover la salud disminuyendo el estrés entre médico y paciente.
Aunque no es posible al 100% determinar el tiempo óptimo ya que otro factor que lo impide es que cada paciente es diferente con problemas y necesidades especiales, además de las habilidades de cada médico que también tienen una amplia variación, se suman a los recursos de cada institución así como las gestiones administrativas por lo que la estandarización , dista mucho de ser ideal. La OMS ha recomendado 20 minutos como mínimo para realizar una consulta médica.
El tiempo necesario para cubrir las necesidades de pacientes y médicos deberá establecerse de manera cuidadosa a fin de no vulnerar en primer lugar los derechos de ninguna de las partes y en segundo lugar que se cumpla los objetivos de la misma ya sea el mantenimiento o recuperación de la salud, o simplemente aliviar el sufrimiento de un ser humano que busca en el médico la ayuda para recuperar la paz.
