Hemorragia anorrectal en la proctitis por radiación

Hemorragia anorrectal en la proctitis por radiación
Hemorragia anorrectal en la proctitis por radiación

La proctitis inducida por radiación es una condición médica que puede surgir después de la aplicación de radioterapia en la zona pélvica, comúnmente utilizada en el tratamiento de cánceres en esa área, como el cáncer de próstata, el cáncer de recto o el cáncer de cérvix. Esta afección se caracteriza por una inflamación crónica y daño en la mucosa del recto y el ano, y uno de sus síntomas más comunes es la hemorragia anorrectal. Lo intrigante de este fenómeno es que la hemorragia puede aparecer meses o incluso años después de la radiación, y esto se debe a una serie de procesos subyacentes.

La radioterapia, mientras persigue el objetivo de eliminar las células cancerosas y controlar la expansión del tumor, no discrimina entre células cancerosas y células normales en la región irradiada. En este caso, las células del revestimiento del recto y el ano también resultan dañadas. Además, los vasos sanguíneos que nutren esta área no escapan de la influencia de la radiación.

Este proceso conlleva una inflamación crónica que puede afectar la capacidad de los vasos sanguíneos para funcionar adecuadamente. Las células endoteliales que recubren los vasos sanguíneos son dañadas por la radiación, lo que puede llevar a la formación de lesiones y ulceraciones.

Con el paso del tiempo, esta inflamación crónica y el daño tisular pueden dar lugar a la formación de tejido cicatricial o fibrosis. Esto puede hacer que los vasos sanguíneos se vuelvan más frágiles y susceptibles a la rotura, aumentando así el riesgo de hemorragia. Además, la fibrosis puede estrechar el lumen del recto, lo que dificulta la evacuación de las heces y aumenta la presión en la región anorrectal durante la defecación, lo que, a su vez, contribuye al sangrado.

Las lesiones ulcerosas también pueden desarrollarse en la mucosa del recto y el ano debido a la radiación. Estas úlceras son propensas a sangrar, lo que resulta en la hemorragia anorrectal característica de la proctitis inducida por radiación.

Es fundamental comprender que los efectos secundarios de la radioterapia pueden no manifestarse de inmediato, sino que pueden surgir meses o años después del tratamiento, lo que puede sorprender al paciente. Esto se debe a la acumulación gradual de daño en los tejidos afectados.

En conclusión, la proctitis inducida por radiación causa hemorragia anorrectal debido a la lesión y la inflamación crónica en el recto y el ano, que afectan la integridad de los vasos sanguíneos en esa región. La formación de tejido cicatricial y úlceras contribuye a la fragilidad vascular y al sangrado persistente. Este fenómeno destaca la importancia del seguimiento médico continuo después del tratamiento de radiación para evaluar y tratar cualquier complicación que pueda surgir en el futuro.

 

 

 

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