La erisipela es una infección cutánea aguda

La erisipela es una infección cutánea aguda
La erisipela es una infección cutánea aguda

La erisipela es una infección cutánea aguda que se caracteriza por la inflamación de la dermis y la epidermis, provocando enrojecimiento, calor localizado, hinchazón y dolor. Se considera una forma superficial de celulitis debido a que afecta las capas más externas de la piel, en contraste con la celulitis profunda, que se extiende a los tejidos subcutáneos y más profundos.

La causa principal de la erisipela son los estreptococos beta-hemolíticos del grupo A, especialmente Streptococcus pyogenes. Estos microorganismos son bacterias grampositivas que producen una serie de enzimas y toxinas que contribuyen a la inflamación y la degradación de los tejidos. El hecho de que sean “beta-hemolíticos” significa que pueden causar la lisis de los glóbulos rojos en el medio de cultivo, lo que se puede observar como una zona de hemólisis en agar sangre.

La piel es la principal barrera de defensa del cuerpo contra las infecciones, pero puede ser vulnerada por cortes, abrasiones u otras lesiones menores, lo que facilita la entrada de bacterias como los estreptococos. Una vez dentro, estas bacterias liberan toxinas y enzimas que desencadenan una respuesta inflamatoria del sistema inmunológico, lo que resulta en los síntomas característicos de la erisipela.

La predisposición a la erisipela puede estar relacionada con varios factores, como la edad avanzada, la obesidad, la mala circulación, la diabetes, la insuficiencia venosa, la linfadenectomía (extirpación de ganglios linfáticos) previa, así como con enfermedades que comprometen el sistema inmunológico. Además, las condiciones que provocan la acumulación de líquido en las extremidades, como la insuficiencia cardíaca congestiva o la insuficiencia linfática, también pueden aumentar el riesgo de desarrollar erisipela.

 

Manifestaciones clínicas

Los síntomas de la erisipela incluyen dolor, malestar general, escalofríos y fiebre moderada. Inicialmente, aparece una mancha roja brillante en la piel, la cual luego se extiende para formar una placa tensa, claramente delimitada, brillante, lisa y caliente. El borde afilado de la lesión avanza notablemente en días o incluso horas. La lesión presenta un borde elevado y puede hundirse ligeramente con la presión del dedo. Ocasionalmente, pueden desarrollarse vesículas o ampollas en la superficie. Por lo general, la lesión no se vuelve pustulosa o gangrenosa y sana sin dejar cicatriz.

Las rupturas en la piel a menudo proporcionan un portal de entrada para el organismo causante, que generalmente son estreptococos beta-hemolíticos del grupo A. En la cara, la erisipela comienza cerca de una fisura en el ángulo de la nariz. En la extremidad inferior, la tiña pedis con fisuras interdigitales es un portal de entrada común.

Estos síntomas y características clínicas son el resultado de la infección bacteriana y la consiguiente respuesta inflamatoria del cuerpo. El dolor y la sensibilidad localizados se deben a la irritación de los nervios y los vasos sanguíneos, mientras que la fiebre y los escalofríos son signos de la respuesta del sistema inmunológico a la infección. La aparición de la placa roja brillante y su rápida propagación están asociadas con la proliferación bacteriana y la liberación de toxinas que provocan la inflamación y la vasodilatación.

 

Hallazgos de laboratorio

La leucocitosis es la condición en la cual hay un aumento en el número de leucocitos, o glóbulos blancos, en la sangre periférica. En el caso de la erisipela y otras infecciones bacterianas agudas, la leucocitosis es casi invariablemente presente, lo que significa que es una característica común y típica de esta condición.

La presencia de leucocitosis se debe a la respuesta del sistema inmunológico del cuerpo ante la infección bacteriana. Cuando los estreptococos beta-hemolíticos del grupo A invaden los tejidos cutáneos, desencadenan una respuesta inflamatoria que incluye la liberación de citoquinas y otras moléculas señalizadoras. Estas señales activan la médula ósea para que produzca más leucocitos, especialmente neutrófilos, que son un tipo de glóbulo blanco especializado en combatir infecciones bacterianas.

El aumento en el número de leucocitos circulantes en la sangre es parte de la respuesta defensiva del cuerpo para combatir la infección. Los neutrófilos migran hacia el sitio de la infección, donde fagocitan (engullen) y destruyen a los microorganismos invasores. Este proceso es parte de la respuesta inflamatoria aguda y se refleja en la leucocitosis observable en los análisis de sangre.

La realización de cultivos de sangre es una práctica común en el diagnóstico de la erisipela y otras infecciones bacterianas graves. Estos cultivos pueden revelar la presencia de bacterias en la sangre, lo que confirma la naturaleza bacteriana de la infección y puede guiar el tratamiento antibiótico adecuado.

 

Diagnóstico diferencial

El erisipeloide es una infección bacteriana benigna causada por Erysipelothrix rhusiopathiae, una bacteria que comúnmente se encuentra en el suelo, el agua y en animales como cerdos, aves y peces. Esta infección se caracteriza por producir celulitis en la piel de los dedos o el dorso de las manos, especialmente en pescadores y manipuladores de carne.

La bacteria Erysipelothrix rhusiopathiae entra al cuerpo a través de pequeñas lesiones en la piel, como cortes, rasguños o abrasiones, que son comunes en personas que trabajan con pescado o carne. Una vez dentro del cuerpo, la bacteria provoca una reacción inflamatoria en la piel, lo que resulta en la celulitis característica del erisipeloid.

A pesar de ser una infección bacteriana, el erisipeloid generalmente se considera benigno, lo que significa que tiende a tener un curso clínico leve y a no provocar complicaciones graves. Sin embargo, puede causar molestias significativas, como dolor, enrojecimiento, hinchazón y calor en el área afectada. En algunos casos, la infección puede extenderse a los tejidos circundantes y provocar linfangitis o linfadenitis, aunque estas complicaciones son poco frecuentes.

Los individuos con mayor riesgo de contraer erisipeloid incluyen aquellos que están expuestos a ambientes donde la bacteria es más prevalente, como pescadores, trabajadores de mataderos, carniceros y veterinarios. Además, las personas con lesiones en la piel y un sistema inmunológico comprometido pueden ser más susceptibles a la infección.

El diagnóstico del erisipeloide se basa en la presentación clínica característica y puede confirmarse mediante cultivo bacteriano de muestras obtenidas de la lesión. El tratamiento habitual incluye antibióticos, generalmente penicilina o eritromicina, que son efectivos para combatir la bacteria responsable.

 

Complicaciones

A menos que la erisipela sea tratada de manera oportuna, existe el riesgo de que la infección bacteriana se disemine por el cuerpo, lo que puede resultar en complicaciones graves e incluso la muerte, especialmente en adultos mayores.

La erisipela es una infección cutánea aguda causada principalmente por bacterias del grupo A de estreptococos, como Streptococcus pyogenes. Esta infección provoca una respuesta inflamatoria localizada en la piel, caracterizada por enrojecimiento, calor, hinchazón y dolor en el área afectada. Sin embargo, si no se trata adecuadamente, las bacterias pueden diseminarse desde el sitio inicial de la infección a través del torrente sanguíneo, lo que se conoce como bacteriemia.

La bacteriemia puede llevar a la diseminación de la infección a otros órganos y tejidos del cuerpo, lo que aumenta significativamente el riesgo de complicaciones graves, como la septicemia o la fascitis necrosante. La septicemia es una respuesta inflamatoria generalizada del cuerpo a la presencia de bacterias en la sangre, que puede provocar shock séptico y fallo de múltiples órganos. La fascitis necrosante es una infección bacteriana profunda que afecta los tejidos blandos y puede provocar la muerte del tejido, lo que requiere una intervención quirúrgica urgente y, en casos graves, puede resultar en la amputación de extremidades o incluso la muerte.

Los adultos mayores tienen un mayor riesgo de complicaciones graves debido a la erisipela debido a varios factores. Con el envejecimiento, el sistema inmunológico puede volverse menos eficiente en la lucha contra las infecciones, lo que aumenta la susceptibilidad a la bacteriemia y la septicemia. Además, las comorbilidades médicas, como la diabetes, la insuficiencia cardíaca o la insuficiencia renal, pueden aumentar aún más el riesgo de complicaciones graves.

 

Tratamiento

La elección del tratamiento depende de varios factores, incluyendo la gravedad de la infección, la presencia de condiciones médicas subyacentes y la tolerancia del paciente a ciertos medicamentos.

En casos graves de erisipela o cuando hay preocupación por una rápida progresión de la infección, los antibióticos administrados por vía intravenosa son considerados como el tratamiento inicial. Estos antibióticos son efectivos contra los estreptococos del grupo A y los estafilococos, las bacterias más comúnmente implicadas en la erisipela. Los antibióticos intravenosos permiten una rápida absorción del fármaco en el torrente sanguíneo, lo que puede ser crucial en situaciones donde se necesita una acción terapéutica rápida.

Sin embargo, en muchos casos de erisipela de leve a moderada, el tratamiento ambulatorio con antibióticos orales ha demostrado ser igualmente efectivo. Esto ofrece la ventaja de evitar la necesidad de hospitalización y la administración intravenosa de medicamentos, lo que puede ser más conveniente y menos costoso para el paciente. Además, el tratamiento ambulatorio puede ayudar a reducir el riesgo de complicaciones asociadas con la hospitalización, como la exposición a otras infecciones nosocomiales.

Los regímenes de tratamiento oral para la erisipela suelen incluir un curso de 7 días con antibióticos como penicilina VK, dicloxacilina o una cefalosporina de primera generación. Estos antibióticos son efectivos contra los estreptococos y estafilococos implicados en la infección. En pacientes alérgicos a la penicilina, la clindamicina es una opción alternativa que puede ser utilizada por vía oral durante 7 a 14 días.

Es importante seguir el régimen de tratamiento prescrito por el médico y completar todo el curso de antibióticos, incluso si los síntomas de la erisipela mejoran antes de completar el tratamiento. Esto ayuda a prevenir la recurrencia de la infección y reduce el riesgo de desarrollo de resistencia bacteriana. Además, es importante monitorizar la respuesta al tratamiento y buscar atención médica si los síntomas empeoran o no mejoran con el tiempo.

 

Pronóstico

El pronóstico de la erisipela, una vez que se ha iniciado un tratamiento adecuado, es generalmente positivo, con una mejoría rápida de los síntomas esperada en la mayoría de los casos. Esto se debe a la eficacia de los antibióticos en el control de la infección bacteriana y la capacidad del sistema inmunológico para combatir la enfermedad una vez que se ha proporcionado el tratamiento adecuado.

Los antibióticos administrados para tratar la erisipela son efectivos para eliminar las bacterias causantes de la infección, generalmente estreptococos beta-hemolíticos del grupo A y, en algunos casos, estafilococos. Al reducir la carga bacteriana en el cuerpo, los antibióticos ayudan a controlar la propagación de la infección y permiten que el sistema inmunológico se enfoque en la eliminación de las bacterias restantes.

La mejoría de los síntomas, como el enrojecimiento, la hinchazón, el dolor y la fiebre, generalmente se observa dentro de los primeros días del tratamiento. El paciente puede notar una disminución en el tamaño y la extensión de la lesión, así como una reducción en la intensidad de los síntomas locales. Esta rápida mejoría es un signo alentador de que el tratamiento está funcionando y que la infección está siendo controlada con éxito.

Sin embargo, a pesar de la mejoría inicial con el tratamiento, existe un riesgo de recurrencia de la erisipela, especialmente en ciertos grupos de pacientes. Uno de los factores de riesgo más importantes para la recurrencia es la presencia de linfedema, que es una acumulación de líquido linfático en los tejidos, generalmente debido a una obstrucción o daño en el sistema linfático. El linfedema puede crear un ambiente propicio para el crecimiento bacteriano y dificultar la eficacia de los tratamientos antibióticos.

El linfedema puede estar presente como una condición preexistente o puede desarrollarse como resultado de la erisipela aguda. En cualquier caso, su presencia aumenta el riesgo de que la infección vuelva a ocurrir en el futuro. Por lo tanto, es importante que los pacientes con erisipela y linfedema reciban un manejo adecuado de esta condición, que puede incluir medidas para controlar la hinchazón, como el uso de prendas de compresión, fisioterapia y terapia de drenaje linfático.

 

 

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