Anatomía de la vena porta hepática

Vena porta hepática
Vena porta hepática

La vena porta hepática, un componente vital del sistema circulatorio, se destaca por su papel central en la irrigación hepática y las modificaciones que experimenta la sangre en su trayecto a través del hígado. Su anatomía específica se caracteriza por actuar como un enlace entre dos redes capilares fundamentales.

La primera de estas redes capilares es periférica y visceral, siendo la vena porta hepática su representante. Esta red recoge sangre venosa proveniente de órganos abdominales como el estómago, intestinos, bazo y páncreas. La sangre, cargada con los productos de desecho y nutrientes absorbidos durante la digestión, es dirigida hacia el hígado para su procesamiento.

La segunda red capilar se encuentra en las extremidades de las ramas terminales de la vena porta hepática dentro del propio hígado. Aquí, en este intrincado entramado capilar hepático, ocurren modificaciones significativas en la sangre. El hígado actúa como una “glándula de secreción interna”, realizando funciones metabólicas esenciales que incluyen la regulación de la glucosa, la síntesis de proteínas y la desintoxicación de sustancias.

Es crucial destacar que, entre estas dos redes capilares, circula sangre venosa sin sufrir modificación. Esta circulación inalterada enfatiza el rol de la vena porta hepática como una vía de transporte directa desde la periferia visceral hacia el hígado, permitiendo que la sangre no modificada alcance el órgano para ser sometida a los procesos hepáticos especializados.

La vena porta hepática, un componente vascular de gran relevancia en el sistema circulatorio, se distingue por su notoria voluminosidad, exhibiendo un diámetro que oscila entre 15 y 20 mm en adultos. Esta dimensión considerable se atribuye directamente a la función crucial de la vena porta hepática, la cual tiene la responsabilidad de transportar sangre venosa cargada de nutrientes y productos de la digestión desde los órganos abdominales hacia el hígado para su procesamiento metabólico.

 

Origen de la vena porta hepática

El origen de la vena porta hepática se encuentra en la parte media de la cara posterior del páncreas, a nivel del cuello. Este origen no solo es anatómicamente específico, sino que también revela la complejidad de la formación de esta importante vena hepática.

La vena porta hepática se forma mediante la convergencia de dos venas principales: la vena mesentérica superior, que se extiende verticalmente, y la vena esplénica, que tiene una disposición transversal. Este punto de convergencia refleja la integración de flujos sanguíneos de dos regiones anatómicas fundamentales: los órganos del tracto digestivo y el bazo.

Sin embargo, la formación de la vena porta hepática no es estática y está sujeta a numerosas variaciones anatómicas. Estas variaciones se centran principalmente en la terminación de la vena mesentérica inferior, un componente variable en su conexión con la vena porta hepática. La vena mesentérica inferior puede terminar en la vena mesentérica superior, en la vena esplénica o incluso conectarse directamente a la vena porta hepática.

Además de la vena mesentérica inferior, la vena gástrica izquierda también puede ser una variable en la formación de la vena porta hepática, y su terminación puede variar aún más.

 

Trayecto

La vena porta hepática sigue una trayectoria oblicua hacia arriba y a la derecha. No obstante, estudios como la esplenoportografía han evidenciado que en el ser humano vivo también se encuentran venas verticales, en proyección, que son paralelas a la vena cava inferior, así como venas transversales, que son perpendiculares a la vena cava. Estas variaciones subrayan la complejidad y la adaptabilidad del sistema vascular en respuesta a las necesidades fisiológicas.

Inicialmente, la vena porta es retropancreática, es decir, se encuentra ubicada detrás del páncreas. Penetra luego en el ligamento hepatoduodenal, que constituye la porción vascular del omento menor, desempeñando un papel significativo en la anatomía relacionada con el hígado y el duodeno. En esta región, la vena porta forma parte de la raíz hepática, contribuyendo así a la conexión estructural entre el hígado y otras estructuras abdominales.

La vena porta hepática culmina su trayecto en el porta hepático, donde se divide en dos ramas, una derecha y otra izquierda. Esta bifurcación marca el punto final de su recorrido y tiene implicaciones críticas en la distribución de la sangre venosa hacia las diferentes áreas del hígado. Esta disposición anatómica asegura una adecuada irrigación del órgano y la ejecución eficiente de sus funciones metabólicas y fisiológicas.

 

Relaciones

Las relaciones de la vena porta hepática se desglosan en distintos segmentos, cada uno revelando su ubicación específica y sus interacciones con estructuras adyacentes. 

Segmento Retropancreático: En este segmento, la vena porta hepática se encuentra en el mesoduodeno, posicionada por delante del adosamiento a la derecha de la arteria mesentérica superior. Este espacio está rodeado por nodos linfáticos, específicamente el confluente retroportal pancreático común. Además, la vena se sitúa a la izquierda del conducto colédoco en su porción retropancreática. Su conexión con el duodenopáncreas la hace solidaria con estas estructuras y está contenida en la fascia retroduodenopancreática, ubicada a la derecha del plano mediano. La fascia de coalescencia actúa como separador de los planos posteriores, en particular, de la vena cava inferior y de la vena renal izquierda, que se encuentra ligeramente más abajo en la anatomía.

Segmento Radicular: En este segmento, la vena porta hepática está contenida en el ligamento hepatoduodenal y se encuentra aplicada contra su hoja posterior. Esta hoja la separa del foramen omental, ubicado detrás. La arteria hepática propia se sitúa delante de la vena hacia su borde izquierdo, y la vía biliar principal se encuentra adelante y a la derecha de su cara anterior. En el pie de la raíz, por detrás del duodeno, el conducto colédoco se separa de la vena, delimitando así el espacio triangular denominado [triángulo] interportocoledociano.

Segmento Portal [Hiliar]: En este último segmento, la bifurcación de la vena porta hepática se realiza en contacto con el porta hepático, detrás de la división arterial y de la convergencia de los conductos hepáticos. Este segmento es profundo y la vena está rodeada por un tejido denso emanado de la cápsula fibrosa perivascular, junto con la presencia de nodos linfáticos.

 

Afluentes

La vena porta hepática, desde su origen, desempeña un papel crucial en la recopilación de sangre venosa proveniente de diversas regiones abdominales, estableciendo así una red vascular compleja y funcional. Se detallan las principales contribuciones a la vena porta hepática desde su origen:

  1. Vena Gástrica Izquierda [Coronaria Estomáquica]: La vena porta hepática recibe la aportación sanguínea de la vena gástrica izquierda, también conocida como coronaria estomáquica. Esta vena puede participar directamente en su origen, contribuyendo así al flujo sanguíneo que será dirigido hacia el hígado.
  2. Vena Gástrica Derecha [Pilórica]: La vena porta hepática también recoge sangre de la vena gástrica derecha, también llamada pilórica. Esta vena, proveniente de la región pilórica del estómago, se integra en la vena porta hepática, contribuyendo con el flujo sanguíneo portal.
  3. Vena Pancreatoduodenal Superior Posterior: Otra contribución significativa proviene de la vena pancreatoduodenal superior posterior, que drena sangre de las regiones pancreáticas y duodenales superiores. Este aporte es esencial para integrar el flujo sanguíneo de estas áreas en la vena porta hepática.
  4. Vena Preplórica: La vena porta hepática también recibe sangre de la vena prepilórica, que se origina en la región preplórica del estómago. Esta contribución agrega al flujo portal que será dirigido al hígado para su procesamiento metabólico.
  5. Venas Paraumbilicales: Las venas paraumbilicales, que drenan sangre de la región alrededor del ombligo, también participan en el aporte sanguíneo a la vena porta hepática. Este flujo incluye sangre de la pared abdominal anterior y se integra en la corriente portal.
  6. Pequeñas Venas de las Vías Biliares: Además, la vena porta hepática recibe pequeñas venas provenientes de las vías biliares. Estas contribuciones, aunque de menor tamaño, son relevantes para la integración completa del flujo sanguíneo que proviene de las áreas biliares.

En conjunto, estas contribuciones diversificadas subrayan la función integral de la vena porta hepática como un conducto que recopila sangre venosa de diversas áreas abdominales. Este flujo sanguíneo rico en nutrientes y productos de la digestión es esencial para el funcionamiento metabólico del hígado y su papel en la homeostasis del organismo.

Vena porta hepática

Vena porta hepática

Terminales

La bifurcación de la vena porta hepática es asimétrica, dando lugar a una rama derecha que parece prolongar el trayecto del tronco principal de la vena porta hepática, y una rama izquierda, de menor tamaño, que se separa en ángulo recto de la rama derecha. Cada una de estas venas, junto con sus ramas de división, está acompañada por una arteria, un conducto biliar y una vaina conectiva que depende de la cápsula fibrosa del hígado. Cada conjunto forma una raíz, siendo las raíces derecha e izquierda las responsables de irrigar las dos partes distintas del hígado: el hígado derecho y el hígado izquierdo.

El hígado derecho está dividido en segmentos anterior y posterior por la fisura portal derecha, mientras que el hígado izquierdo se divide en segmentos medial y lateral por la fisura del ligamento redondo. Además, el lóbulo caudado constituye un segmento autónomo.

Cada segmento presenta territorios terminales denominados sectores hepáticos. Las venas hepáticas ubicadas en las fisuras drenan los segmentos adyacentes hacia la vena cava. El hígado derecho, situado a la derecha de la fisura portal principal y dependiente de la raíz hepática derecha, recibe irrigación de la vena porta hepática derecha, que se divide en:

  • Una rama posterior, horizontal, dirigida hacia atrás, que se divide en una rama superior y otra inferior.
  • Una rama anterior, que se dirige hacia arriba y, luego, hacia atrás, también proporcionando una rama superior e inferior.

La vena porta hepática izquierda, con un trayecto de mayor longitud que la derecha, tiene una subdivisión única con dos porciones:

  • Una porción transversa, horizontal, dirigida hacia atrás y a la izquierda.
  • Una porción umbilical, oblicua hacia abajo y adelante, a lo largo de la fisura del ligamento redondo. Esta porción termina en el receso de Rex, donde se originan una rama lateral, hacia el lóbulo izquierdo, y una rama medial, hacia la derecha, que se distribuye en el lóbulo cuadrado. Ambas ramas, medial y lateral, emiten colaterales superiores e inferiores, contribuyendo a la irrigación de los distintos territorios del hígado.

 

 

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