Cáncer de la mama masculina

Cáncer de la mama masculina
Cáncer de la mama masculina

El cáncer de mama en los hombres es una enfermedad rara debido a diversas razones biológicas y genéticas que hacen que la incidencia de esta patología sea significativamente menor en comparación con las mujeres. A pesar de que el cáncer de mama se considera una afección típicamente femenina, los hombres también poseen tejido mamario, aunque en menor cantidad y con una estructura menos desarrollada. Esta diferencia anatómica es uno de los factores que contribuye a la baja prevalencia de esta enfermedad en hombres, representando solo alrededor del 1% de todos los diagnósticos de cáncer de mama.

La incidencia del cáncer de mama masculino está vinculada principalmente a factores hormonales y genéticos. En términos de edad, la aparición del cáncer de mama en los hombres ocurre principalmente en edades avanzadas, con una media aproximada de 70 años. Esta cifra sugiere que los cambios hormonales asociados con el envejecimiento, particularmente aquellos relacionados con el descenso de los niveles de testosterona, podrían tener un papel relevante en el desarrollo de la enfermedad. Los hombres con una historia previa de cáncer de próstata parecen presentar una mayor incidencia de cáncer de mama, lo cual puede estar relacionado con el tratamiento hormonal que se utiliza en el cáncer de próstata, como la terapia de privación de testosterona, que puede alterar el equilibrio hormonal y aumentar el riesgo de desarrollar cáncer en el tejido mamario masculino.

A nivel molecular, las influencias hormonales, especialmente los niveles elevados de estrógenos o el desequilibrio hormonal entre estrógenos y andrógenos, son factores clave en el desarrollo del cáncer de mama en los hombres. Aunque los hombres producen cantidades mucho menores de estrógeno en comparación con las mujeres, un exceso de esta hormona puede promover el crecimiento anormal de las células mamarias y aumentar la probabilidad de que se desarrolle un tumor maligno. Además, las mutaciones genéticas también juegan un papel importante en la predisposición al cáncer de mama masculino. En particular, las mutaciones en el gen BRCA2, que es conocido por su asociación con un mayor riesgo de cáncer de mama en mujeres, también son comunes en los hombres que desarrollan esta enfermedad. La presencia de mutaciones en genes como BRCA2 aumenta significativamente el riesgo de cáncer de mama, lo que sugiere que los mecanismos hereditarios desempeñan un papel crucial en la patogénesis del cáncer de mama masculino.

El riesgo genético también implica un componente familiar importante. Los hombres con antecedentes de cáncer de mama en su familia, particularmente en familiares de primer grado como madres, hermanas o hijas, se consideran de alto riesgo para desarrollar la enfermedad. Este hecho subraya la necesidad de tener en cuenta la historia familiar al evaluar el riesgo de cáncer de mama en hombres. La evaluación de estos factores de riesgo, junto con el asesoramiento genético, es esencial para una gestión adecuada de los hombres diagnosticados con cáncer de mama o aquellos que presentan un riesgo elevado debido a sus antecedentes familiares o la presencia de mutaciones genéticas.

En este sentido, el asesoramiento genético se convierte en una herramienta clave para los hombres con cáncer de mama, particularmente aquellos con antecedentes de cáncer de próstata. Este tipo de asesoramiento permite identificar mutaciones genéticas como BRCA2 y proporciona información valiosa sobre el riesgo hereditario de cáncer de mama y otros tipos de cáncer. El asesoramiento genético también ayuda a los pacientes y sus familias a comprender las implicaciones de las mutaciones genéticas, los métodos de detección precoz y las opciones de prevención, lo cual es fundamental para una estrategia integral de manejo del cáncer.

Manifestaciones clínicas

El cáncer de mama masculino se presenta con diversos síntomas, siendo uno de los más comunes la aparición de un bulto indoloro en la región mamaria. Este bulto, que suele ser duro, mal definido y localizado generalmente debajo del pezón o la areola, es el principal motivo de consulta en los hombres afectados. Aunque la presencia de un bulto puede ser alarmante, no siempre es doloroso, lo que puede dificultar su detección precoz por parte del paciente. En algunos casos, este bulto puede ir acompañado de otros síntomas, como secreción del pezón, retracción, erosión o ulceración de la piel del área mamaria, lo que aumenta la preocupación sobre la posibilidad de que se trate de un carcinoma mamario. Es importante señalar que, aunque estos síntomas pueden ser sugestivos de cáncer de mama, también pueden estar relacionados con otras afecciones benignas o menos graves.

Una manifestación menos frecuente del cáncer de mama en los hombres es la secreción del pezón, un hallazgo que se presenta en aproximadamente el 10% de los casos. Aunque es menos común en comparación con el bulto, la secreción del pezón en los hombres es un signo clínico significativo que debe ser evaluado con particular atención. La secreción, cuando se observa, puede estar relacionada con el desarrollo de un carcinoma mamario, y se estima que en casi el 75% de los casos de cáncer de mama masculino, la secreción del pezón está asociada con un tumor maligno. Este signo se convierte en un hallazgo ominoso, que indica la necesidad de una evaluación más profunda para descartar o confirmar la presencia de cáncer.

Además de la secreción, otro signo que puede acompañar al bulto mamario es la retracción o ulceración de la piel del pezón o la areola. Estos cambios en la piel pueden ser indicativos de un proceso maligno que afecta las estructuras más profundas de la glándula mamaria y que ha comenzado a comprometer los tejidos circundantes. La retracción de la piel ocurre cuando el tumor en el seno tira de los tejidos circundantes, causando una deformidad visible en el pezón o en la areola.

La ginecomastia, que es el agrandamiento benigno del tejido mamario, también es una condición que puede anteceder o incluso acompañar al cáncer de mama en los hombres. Esta condición es relativamente frecuente en los hombres, especialmente en aquellos que experimentan cambios hormonales debido a la edad o el tratamiento de otras afecciones, como el cáncer de próstata. Aunque la ginecomastia en sí misma no es cancerosa, su presencia puede ser un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer de mama. De hecho, los hombres que padecen ginecomastia tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer en comparación con aquellos que no presentan este agrandamiento mamario, aunque la mayoría de los casos de ginecomastia no se relacionan con neoplasias malignas.

En el proceso diagnóstico del cáncer de mama masculino, se debe realizar una evaluación exhaustiva para diferenciar entre diversas condiciones que pueden presentar síntomas similares. Uno de los diagnósticos diferenciales más importantes a considerar es la ginecomastia, que puede causar un agrandamiento del tejido mamario sin que exista un proceso maligno. Además, el cáncer metastásico proveniente de otros sitios, como la próstata, también debe ser considerado. Los tumores de próstata pueden diseminarse a través del sistema linfático o sanguíneo y llegar a las glándulas mamarias, lo que puede presentar síntomas similares a los del cáncer primario de mama.

En cuanto a la evaluación de la masa mamaria en los hombres, se debe tener en cuenta que los tumores benignos en las glándulas mamarias masculinas son poco frecuentes. La mayoría de los bultos que se encuentran en el examen físico deben ser evaluados de manera exhaustiva, y en todos los casos de masas mamarias definidas, se debe realizar una biopsia. La biopsia es una herramienta crucial para obtener una muestra de tejido y determinar la naturaleza del bulto, diferenciando entre lesiones benignas, como los fibroadenomas, y lesiones malignas, como los carcinomas. Esta evaluación es esencial para establecer un diagnóstico adecuado y decidir el tratamiento adecuado para el paciente.

La estadificación del cáncer de mama en hombres sigue los mismos criterios que en las mujeres, lo que implica la evaluación de la extensión del tumor, la afectación de los ganglios linfáticos y la presencia de metástasis en otras partes del cuerpo. Esta información es fundamental para determinar el pronóstico del paciente y las opciones terapéuticas disponibles.

Tratamiento

El tratamiento del cáncer de mama en los hombres sigue muchos de los mismos principios y enfoques terapéuticos utilizados en las mujeres, aunque hay ciertas consideraciones específicas debido a las diferencias biológicas y epidemiológicas entre ambos sexos. En el caso de los pacientes masculinos que son operables, el tratamiento quirúrgico consiste en una mastectomía radical modificada, que implica la extirpación de la glándula mamaria junto con los ganglios linfáticos regionales. Esta técnica se utiliza en los hombres seleccionados para la cirugía, quienes deben ser evaluados con los mismos criterios que se aplican en las mujeres, en términos de características del tumor, estadio de la enfermedad y salud general del paciente. La mastectomía radical modificada ha demostrado ser un enfoque efectivo para el tratamiento del cáncer de mama en hombres, dado que permite la eliminación de la masa tumoral y la prevención de su diseminación a través de los ganglios linfáticos.

Sin embargo, la terapia conservadora de la mama, que incluye la resección parcial del tejido mamario y la radioterapia adyuvante, sigue siendo poco utilizada en hombres. Esto se debe a que la pequeña cantidad de tejido mamario en los hombres y la complejidad de realizar un seguimiento adecuado del tratamiento conservador complican su aplicación. Además, la mayoría de los casos de cáncer de mama masculino se presentan en etapas más avanzadas, lo que limita las opciones de tratamiento conservador. En estos casos, la mastectomía sigue siendo el tratamiento más adecuado.

En cuanto a la radioterapia, esta se utiliza como el primer paso en el tratamiento de las metástasis localizadas que afectan a la piel, los ganglios linfáticos o el esqueleto, especialmente cuando estas metástasis están causando síntomas. La radioterapia tiene un papel crucial en el control local del cáncer y en la reducción de los síntomas derivados de la diseminación del tumor. La irradiación ayuda a aliviar el dolor y a disminuir el tamaño de las lesiones metastásicas, lo que mejora la calidad de vida de los pacientes.

Un aspecto esencial en el manejo del cáncer de mama masculino es la evaluación de los receptores hormonales y la sobreexpresión de HER2. El examen de los receptores hormonales es fundamental, ya que más del 95% de los hombres con cáncer de mama presentan tumores que son positivos para los receptores de estrógenos (ER). Esto implica que los tumores dependen de los estrógenos para su crecimiento, lo que convierte a la terapia endocrina en una opción clave para el tratamiento. Por otro lado, menos del 10% de los hombres con cáncer de mama presentan sobreexpresión de HER2, una proteína que impulsa el crecimiento de las células tumorales. En estos casos, los tratamientos dirigidos contra HER2 pueden ser útiles, pero son menos comunes en comparación con las mujeres.

La sobreexpresión del receptor de andrógenos también es un hallazgo común en el cáncer de mama masculino. Sin embargo, a pesar de su prevalencia, la sobreexpresión de los receptores de andrógenos no tiene un impacto significativo en las decisiones terapéuticas para la terapia sistémica, ya que su relevancia clínica en este contexto aún no está completamente establecida.

La terapia sistémica adyuvante, que incluye tratamientos como la terapia endocrina y la quimioterapia, se utiliza en los hombres con cáncer de mama de manera similar a como se emplea en las mujeres. Dado que el cáncer de mama en los hombres suele ser positivo para los receptores hormonales, muchos de estos pacientes presentan una enfermedad diagnosticada en etapas más avanzadas o diseminadas. Por lo tanto, la terapia endocrina es una parte fundamental del tratamiento, y el tamoxifeno, un modulador selectivo de los receptores de estrógenos, es el fármaco principal para el manejo del cáncer de mama avanzado en hombres. El tamoxifeno se administra generalmente a una dosis de 20 miligramos por vía oral al día y se utiliza como tratamiento inicial en la mayoría de los casos. Aunque hay pocos datos sobre el uso de inhibidores de aromatasa en hombres, estos fármacos también se emplean con frecuencia en los pacientes masculinos con cáncer de mama.

La castración, ya sea mediante cirugía (orquiectomía) o mediante la inhibición farmacológica de la producción de testosterona, ha demostrado ser una medida exitosa en el tratamiento del cáncer de mama avanzado en hombres. Este enfoque terapéutico es más eficaz que en las mujeres y puede conducir a una regresión tumoral objetiva en el 60-70% de los hombres tratados con terapia endocrina para la enfermedad metastásica, una tasa de respuesta que es aproximadamente el doble de la observada en las mujeres. Aunque la castración rara vez se utiliza debido a los efectos secundarios potenciales y las alternativas terapéuticas, sigue siendo una opción válida en casos seleccionados.

El hueso es el sitio más común de metástasis en el cáncer de mama masculino, al igual que en las mujeres. Las metástasis óseas pueden causar dolor y otros síntomas debilitantes, pero la terapia endocrina puede aliviar significativamente el dolor óseo en la mayoría de los pacientes tratados con este enfoque. En general, cuanto mayor sea el intervalo entre la mastectomía y la recurrencia del cáncer, más prolongada será la remisión después del tratamiento, lo que subraya la importancia de la detección temprana y el manejo adecuado de la enfermedad.

La quimioterapia se administra en los hombres con cáncer de mama de acuerdo con las mismas indicaciones y esquemas de dosificación que en las mujeres, especialmente en aquellos con enfermedad metastásica o que requieren tratamiento adyuvante. En estos casos, la quimioterapia puede ser una herramienta valiosa para reducir la carga tumoral y mejorar el pronóstico del paciente. Sin embargo, debido a que la mayoría de los hombres con cáncer de mama tienen tumores hormonodependientes, la terapia endocrina sigue siendo la estrategia principal en el tratamiento del cáncer de mama masculino.

Pronóstico

La supervivencia relativa en los hombres con cáncer de mama se ha observado que es similar a la de las mujeres cuando se compara por estadios de la enfermedad, a pesar de las diferencias en la biología del cáncer entre ambos sexos. Esta similitud en la supervivencia puede explicarse por el hecho de que el cáncer de mama masculino y femenino comparten muchos aspectos comunes en cuanto a su patogénesis, como la dependencia de los estrógenos en la mayoría de los casos, lo que permite que los tratamientos utilizados en las mujeres, como la terapia endocrina, sean igualmente efectivos en los hombres. Además, la clasificación del cáncer de mama en función de su estadio (localización, tamaño y afectación de los ganglios linfáticos) sigue los mismos criterios tanto para hombres como para mujeres, lo que facilita la comparación de las tasas de supervivencia entre ambos sexos.

En cuanto a los ganglios linfáticos, un factor fundamental en la supervivencia del cáncer de mama, los pacientes con ganglios linfáticos positivos tienen un pronóstico menos favorable que aquellos con ganglios linfáticos negativos. Para los hombres con cáncer de mama que presentan enfermedad con ganglios linfáticos positivos, la supervivencia relativa a 5 años es aproximadamente del 69%. Este porcentaje refleja el impacto de la diseminación del cáncer a los ganglios linfáticos, lo que indica que el tumor ha comenzado a propagarse más allá de su ubicación original. La afectación de los ganglios linfáticos implica una mayor probabilidad de que el cáncer se disemine a otras partes del cuerpo, lo que reduce la probabilidad de curación y aumenta la necesidad de tratamientos adicionales, como la quimioterapia o la radioterapia.

Por otro lado, los pacientes con cáncer de mama masculino que tienen ganglios linfáticos negativos presentan una supervivencia relativa a 5 años significativamente mejor, alrededor del 88%. Esta diferencia en la tasa de supervivencia se debe a que la ausencia de afectación de los ganglios linfáticos indica que el cáncer está más limitado a la mama y que la probabilidad de diseminación a otras partes del cuerpo es menor. Los ganglios linfáticos negativos suelen estar asociados con una enfermedad en estadios más tempranos, lo que facilita un tratamiento más efectivo y una mayor tasa de curación a largo plazo. Por esta razón, la detección temprana del cáncer de mama y la evaluación de los ganglios linfáticos son factores clave para mejorar el pronóstico y la supervivencia de los pacientes.

Sin embargo, para aquellos pacientes cuyo cáncer progresa a pesar del tratamiento, la situación cambia considerablemente. El cáncer de mama avanzado o metastásico, que ha mostrado resistencia al tratamiento inicial, plantea un desafío significativo en términos de manejo. En estos casos, los esfuerzos en el cuidado paliativo se vuelven esenciales para mejorar la calidad de vida de los pacientes. El objetivo del cuidado paliativo no es curar la enfermedad, sino aliviar los síntomas y mejorar el bienestar general del paciente, especialmente cuando las opciones terapéuticas ya no son capaces de controlar la progresión del cáncer de manera efectiva. Esto puede incluir el manejo del dolor, la atención emocional y psicológica, el apoyo nutricional y la ayuda con los síntomas físicos debilitantes, como la fatiga o las dificultades respiratorias.

El cuidado paliativo también involucra un enfoque integral que tiene en cuenta las necesidades sociales y familiares del paciente. En el contexto del cáncer de mama masculino, este tipo de atención es aún más relevante debido a la naturaleza relativamente rara de la enfermedad y al hecho de que los hombres con cáncer de mama pueden enfrentar desafíos emocionales y psicológicos adicionales debido a la percepción social del cáncer de mama como una enfermedad predominantemente femenina. Es fundamental que los equipos médicos trabajen en estrecha colaboración con los pacientes y sus familias para asegurar que los cuidados paliativos sean adecuados y personalizados, garantizando que el paciente pueda vivir de la mejor manera posible durante el tiempo que le quede.

Tarjeta de repaso: 🌀CÁNCER DE MAMA EN HOMBRES

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Fuente y lecturas recomendadas:
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