¿Cuáles son las causas tumorales de hipopituitarismo?
El hipopituitarismo es una afección que se produce cuando el hipotálamo, el tallo hipofisario o la hipófisis (glándula pituitaria) resultan dañados o lesionados, lo que puede llevar a una disminución o falta de producción de una o más hormonas que normalmente se producen en estas estructuras.
El hipotálamo y el tallo hipofisario son responsables de la liberación de hormonas que controlan la producción y secreción de las hormonas de la hipófisis. Si hay una lesión o daño en estas estructuras, puede haber una disminución en la producción de hormonas de la hipófisis, lo que lleva a la hipopituitarismo.
Las hormonas producidas por la hipófisis son importantes para regular muchas funciones en el cuerpo, incluyendo el crecimiento, la reproducción, la producción de leche materna, la función tiroidea, la respuesta al estrés y el equilibrio de líquidos y electrolitos en el cuerpo.
Los adenomas hipofisarios son tumores benignos que se originan en la glándula pituitaria y pueden afectar la función hormonal de la hipófisis, lo que puede llevar a hipopituitarismo. La hipopituitarismo puede ser causada por la compresión del tumor en la glándula pituitaria, lo que puede llevar a la disminución o falta de producción de hormonas.
Los adenomas hipofisarios pueden ser funcionales o no funcionales. Los adenomas funcionales son aquellos que producen hormonas en exceso, como el prolactinoma, que produce demasiada prolactina. Los adenomas no funcionales son aquellos que no producen hormonas en exceso, pero aún pueden afectar la función hormonal de la hipófisis debido a su tamaño y posición en la glándula pituitaria.
Los adenomas hipofisarios pueden ser tratados con cirugía, radioterapia o medicamentos. La cirugía es la opción de tratamiento más común y puede ser curativa en muchos casos. La radioterapia puede ser necesaria si el tumor no se puede extirpar completamente con la cirugía. Los medicamentos pueden ser utilizados para reducir la producción hormonal excesiva en los adenomas funcionales.
Además de los adenomas hipofisarios, existen otros tipos de alteraciones que pueden causar hipopituitarismo. Los granulomas, como la granulomatosis con poliangeítis (granulomatosis de Wegener), la tuberculosis, el granuloma de colesterol, y otros tipos de tumores cerebrales, como el craneofaringioma, el meningioma, el disgerminoma, el glioma, el condrosarcoma, el cordoma del conducto basilar, y los aneurismas, pueden afectar la función hormonal de la hipófisis.
La apoplejía hipofisaria es una complicación rara pero grave de los adenomas hipofisarios, que puede ocurrir cuando el suministro de sangre al tumor se ve comprometido, lo que puede llevar a la muerte del tejido del tumor y a la liberación de sustancias inflamatorias en el cerebro. Esto puede causar dolor de cabeza intenso, pérdida de la visión, y problemas hormonales.
La necrosis hipofisaria posparto, también conocida como síndrome de Sheehan, es una complicación rara pero grave que puede ocurrir después del parto. Durante el embarazo, la hipófisis se agranda y aumenta su producción hormonal para satisfacer las demandas del feto. Después del parto, la hipófisis vuelve a su tamaño normal, pero en algunas mujeres, el suministro de sangre a la hipófisis puede disminuir significativamente, lo que puede provocar la muerte del tejido hipofisario y la disminución o pérdida de la producción hormonal. Esto puede resultar en hipopituitarismo.
La tripanosomiasis africana, también conocida como enfermedad del sueño, es una enfermedad parasitaria que se transmite por la picadura de la mosca tse-tsé en África. Esta enfermedad puede afectar la función hormonal de la hipófisis y provocar hipopituitarismo.
La histiocitosis de células de Langerhans es una enfermedad rara en la que las células de Langerhans (un tipo de células inmunitarias) se acumulan en diferentes partes del cuerpo, incluida la hipófisis. Esto puede provocar una disminución en la producción hormonal de la hipófisis y causar hipopituitarismo.
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