Función de la grelina en la inflamación sistémica

Función de la grelina en la inflamación sistémica
Función de la grelina en la inflamación sistémica

La grelina es conocida como la “hormona del hambre” debido a su papel fundamental en la regulación del apetito y la ingesta de alimentos. Esta hormona es producida principalmente en el estómago y se libera en el torrente sanguíneo en respuesta al vaciamiento gástrico y a la anticipación de la ingesta de alimentos. Una de las razones por las que la grelina es un ligando natural para el receptor secretagogo de GH 1a (GHS-R1a) es porque ambos están estrechamente relacionados en términos de su función y distribución en el cuerpo.

El receptor secretagogo de GH 1a, o GHS-R1a, es un receptor acoplado a proteínas G que se expresa en varios tejidos y órganos, incluido el sistema nervioso central, el sistema gastrointestinal y las células inmunitarias. Su principal función conocida es actuar como receptor para la grelina, aunque también puede unirse a otros ligandos y desencadenar una variedad de respuestas fisiológicas.

Cuando la grelina se une al GHS-R1a, desencadena una serie de eventos intracelulares que conducen a la activación de la vía de señalización del receptor, que incluye la activación de la proteína Gq/11 y la fosforilación de la tirosina de la vía de señalización de la insulina. Esto finalmente resulta en la liberación de hormona del crecimiento (GH) desde la glándula pituitaria, así como en la regulación del apetito y la ingesta de alimentos a nivel central.

La expresión del GHS-R1a en diversos tejidos, incluidas las células inmunitarias como los linfocitos T y B y los neutrófilos, sugiere que este receptor puede desempeñar un papel más amplio en la regulación del sistema inmunológico, además de su función en la regulación del apetito. Se ha demostrado que la grelina y el GHS-R1a tienen efectos sobre la función inmune, como la modulación de la proliferación y la actividad de los linfocitos, la liberación de citocinas y la migración de células inmunitarias. Esto sugiere una interconexión entre los sistemas neuroendocrino e inmunológico, donde la grelina y su receptor pueden desempeñar un papel en la comunicación entre estos sistemas para regular tanto el apetito como la respuesta inmunitaria.

 

Acciones

La grelina desempeña un papel multifacético en la fisiología humana. Además de su función bien establecida en la regulación del apetito, la grelina también ha sido implicada en la secreción de hormona de crecimiento (GH), la homeostasis de la glucosa, el metabolismo de los lípidos y la función inmunitaria.

La grelina ejerce su acción sobre la secreción de GH principalmente a través de la unión al receptor secretagogo de GH 1a (GHS-R1a), que se expresa en las células somatotrópicas de la glándula pituitaria. Esta unión estimula la liberación de GH, que a su vez tiene efectos en la promoción del crecimiento celular, la síntesis proteica y la movilización de los depósitos de grasa para su uso como energía.

En cuanto a la homeostasis de la glucosa, la grelina puede influir en los niveles de glucosa en sangre mediante varios mecanismos. Por un lado, la grelina puede aumentar la liberación de glucosa en el torrente sanguíneo al promover la gluconeogénesis en el hígado. Por otro lado, también puede disminuir la sensibilidad a la insulina y aumentar la liberación de glucagón, lo que contribuye a elevar los niveles de glucosa en sangre. Sin embargo, la interacción precisa de la grelina con estos procesos y su impacto neto en la homeostasis de la glucosa aún no están completamente claros y requieren más investigación.

En cuanto al metabolismo de los lípidos, se ha demostrado que la grelina puede aumentar la lipólisis, la descomposición de los lípidos almacenados en el tejido adiposo, lo que resulta en un aumento de los ácidos grasos circulantes en sangre. Además, la grelina puede tener efectos en el metabolismo de los lípidos a nivel hepático y muscular, aunque se necesita una comprensión más detallada de estos procesos.

La función inmunitaria también se ve influenciada por la grelina, ya que se han identificado receptores de grelina en varias células del sistema inmunológico. La grelina puede afectar la proliferación y la actividad de los linfocitos T y B, los macrófagos y los neutrófilos, así como la liberación de citocinas y otros mediadores inflamatorios. Esto sugiere un papel potencial de la grelina en la modulación de la respuesta inmunitaria ante infecciones y enfermedades inflamatorias.

Función de la grelina en la inflamación sistémica

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Además, se ha observado que los pacientes con enfermedades graves, como la septicemia, tienen concentraciones elevadas de grelina en comparación con individuos sanos, independientemente de la presencia de marcadores inflamatorios. Sorprendentemente, estas concentraciones elevadas de grelina se han asociado con un mejor pronóstico de supervivencia en la unidad de cuidados intensivos en pacientes con septicemia, lo que sugiere un posible papel protector de la grelina en condiciones críticas.

 

 

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