Acción de la hormona de crecimiento en la lesión

Acción de la hormona de crecimiento en la lesión
Acción de la hormona de crecimiento en la lesión

La hormona del crecimiento (GH), también conocida como somatotropina, es una hormona peptídica producida y secretada principalmente por las células somatotrópicas de la glándula pituitaria anterior, una glándula endocrina ubicada en la base del cerebro. La GH tiene una amplia gama de efectos en el cuerpo humano, que van desde la regulación del crecimiento y el desarrollo hasta la modulación del metabolismo y la función inmunitaria.

En cuanto a su papel en el metabolismo, la GH tiene efectos moduladores en varios tejidos y órganos. En el hígado, estimula la producción de somatomedinas, especialmente el factor de crecimiento similar a la insulina tipo 1 (IGF-1), que a su vez promueve el crecimiento celular, la síntesis proteica y la utilización de grasas como fuente de energía. Además, la GH puede aumentar la lipólisis en el tejido adiposo, lo que resulta en la liberación de ácidos grasos libres en la circulación y su uso como combustible por parte de otros tejidos.

La GH también puede tener efectos en el metabolismo de los carbohidratos, aunque estos efectos son menos prominentes que los efectos sobre los lípidos y las proteínas. La GH puede aumentar la producción de glucosa en el hígado a través de la gluconeogénesis, pero también puede disminuir la captación de glucosa en los tejidos periféricos, lo que contribuye a mantener los niveles de glucosa en sangre durante períodos prolongados de ayuno o estrés.

En cuanto a la inmunomodulación, se ha demostrado que la GH tiene efectos tanto estimulantes como supresores en el sistema inmunológico. Por un lado, la GH puede aumentar la proliferación y la actividad de diversas células del sistema inmunitario, incluidos los linfocitos T y B, los macrófagos y los neutrófilos. También puede aumentar la producción de citocinas proinflamatorias y la respuesta inflamatoria. Por otro lado, la GH también puede tener efectos antiinflamatorios y suprimir la actividad del sistema inmunológico en ciertos contextos, como durante la resolución de la inflamación o la recuperación de una lesión.

La secreción de GH está regulada por varios mecanismos, incluida la hormona liberadora de hormona de crecimiento (GHRH) y la somatostatina. La GHRH estimula la liberación de GH de las células somatotrópicas, mientras que la somatostatina actúa como un inhibidor de la liberación de GH. Estos mecanismos de retroalimentación aseguran una regulación precisa de la secreción de GH en respuesta a las demandas fisiológicas del cuerpo.

 

Acciones

La hormona del crecimiento (GH), una proteína peptídica producida principalmente por las células somatotrópicas de la glándula pituitaria anterior, ejerce una influencia significativa en varios aspectos del metabolismo y la fisiología del cuerpo humano. Su acción se manifiesta a través de interacciones directas con los receptores de hormona del crecimiento y la producción de factor de crecimiento similar a la insulina tipo 1 (IGF-1) en el hígado, lo que desencadena una serie de efectos fisiológicos.

La GH favorece la síntesis de proteínas al aumentar la actividad ribosomal en las células, promoviendo así la traducción de ARNm en proteínas. Este proceso, junto con una mayor captación de aminoácidos por las células, contribuye al crecimiento y la reparación muscular, entre otros procesos anabólicos.

En cuanto a la resistencia a la insulina, la GH puede inducir este fenómeno al disminuir la captación de glucosa en los tejidos periféricos, como el tejido adiposo y el músculo esquelético, mientras aumenta la producción de glucosa en el hígado a través de la gluconeogénesis. Si bien este efecto puede ser beneficioso durante períodos de ayuno prolongado o estrés, también puede contribuir a la disfunción metabólica en ciertas condiciones, como la obesidad o la diabetes.

Además, la GH facilita la movilización de las reservas de grasa al estimular la lipólisis en el tejido adiposo, liberando ácidos grasos que pueden ser utilizados como fuente de energía por otros tejidos, como el músculo esquelético y el hígado. Esta capacidad de la GH para movilizar las reservas de grasa proporciona una fuente adicional de energía durante períodos de demanda metabólica aumentada, como durante el ayuno o el ejercicio prolongado.

Por último, la acción de la GH se ve amplificada por la producción de IGF-1 en el hígado en respuesta a la estimulación por GH. El IGF-1, a su vez, ejerce una serie de efectos anabólicos similares a los de la insulina en varios tejidos del cuerpo, incluida la mejora de la tasa metabólica, la promoción de la cicatrización de heridas y la reducción de la pérdida de proteínas después de lesiones o traumatismos.

Acción de la hormona de crecimiento en la lesión

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Factor de crecimiento similar a la insulina

El factor de crecimiento similar a la insulina-1 (IGF-1) es una molécula crucial en la regulación del crecimiento, desarrollo y metabolismo en el cuerpo humano. La mayoría de la IGF-1 circula en el plasma en forma de complejos unidos a proteínas transportadoras, principalmente a una de las seis proteínas transportadoras de factor de crecimiento similar a la insulina (IGFBP). Se estima que menos del 5% de la IGF-1 circula en forma libre en el plasma, mientras que el resto se une a IGFBP, con IGFBP-3 siendo la principal.

La unión de la IGF-1 a IGFBP tiene varias implicaciones fisiológicas importantes. Por un lado, esta unión prolonga la vida media de la IGF-1 en la circulación, protegiéndola de la degradación enzimática y regulando su biodisponibilidad en los tejidos periféricos. Por otro lado, la unión a IGFBP también modula la interacción de la IGF-1 con sus receptores celulares y, por lo tanto, su capacidad para desencadenar respuestas biológicas.

En cuanto a los efectos de la IGF-1 en los diferentes tejidos del cuerpo, sus acciones son variadas y dependen del contexto fisiológico y del tipo de tejido:

  • En el hígado, la IGF-1 estimula la síntesis de proteínas y la gluconeogénesis. Esto se traduce en un aumento de la producción de proteínas en el hígado, que son importantes para diversas funciones metabólicas y estructurales, así como en la síntesis de glucosa a partir de sustratos no glucogénicos, lo que contribuye a mantener la homeostasis de la glucosa en la sangre.
  • En el tejido adiposo, la IGF-1 incrementa la captación de glucosa y la utilización de los lípidos. Esto puede conducir a una mayor oxidación de los ácidos grasos almacenados en el tejido adiposo, lo que proporciona una fuente de energía adicional durante períodos de demanda metabólica aumentada.
  • En el músculo estriado, la IGF-1 media la captación de glucosa y la síntesis de proteínas. Esto resulta en un aumento de la captación de glucosa por parte de las células musculares, lo que proporciona energía para el metabolismo celular, así como en una mayor síntesis de proteínas musculares, lo que contribuye al crecimiento y la reparación muscular.

 

Efectos en el sistema inmunológico

La hormona del crecimiento (GH), reconocida por su función primordial en el crecimiento y el metabolismo celular, también ejerce un impacto significativo en el sistema inmunológico. Además de sus efectos metabólicos, se ha observado que la GH aumenta la actividad fagocítica de los inmunocitos y promueve la proliferación de linfocitos T, dos componentes esenciales de la respuesta inmunitaria.

La actividad fagocítica, una función crucial de los macrófagos y neutrófilos, implica la capacidad de estas células para engullir y destruir patógenos y otras partículas extrañas. Se ha demostrado que la GH potencia esta actividad al incrementar la producción de superóxido lisosómico, un radical libre altamente reactivo que participa en la destrucción de patógenos intracelulares. Este aumento en la producción de superóxido lisosómico mejora la capacidad de los inmunocitos para eliminar invasores patógenos, fortaleciendo así la defensa inmunológica del cuerpo.

Por otro lado, la proliferación de linfocitos T, células cruciales en la respuesta inmunitaria adaptativa, también se ve influenciada por la GH. Los linfocitos T desempeñan un papel central en la identificación y eliminación de células infectadas por patógenos, así como en la regulación de la respuesta inmunitaria. Se ha observado que la GH promueve la proliferación de estas células, lo que contribuye a una respuesta inmunitaria más vigorosa ante la presencia de patógenos y otros desafíos para la salud.

En conjunto, estos hallazgos subrayan la interacción compleja entre el sistema endocrino y el sistema inmunológico, destacando el papel multifacético de la GH en la regulación de la salud y la respuesta inmunitaria del organismo. La comprensión de estos mecanismos puede abrir nuevas vías para el desarrollo de terapias dirigidas a fortalecer la respuesta inmunitaria en condiciones patológicas y mejorar la salud general del individuo.

 

Lesiones graves

Después de lesiones graves, como quemaduras extensas, traumatismos severos o cirugías mayores, el organismo entra en un estado catabólico caracterizado por un incremento en la degradación de tejidos y una disminución en la síntesis de proteínas. Este estado fisiológico adverso ha sido asociado con una supresión del eje hormonal compuesto por la hormona del crecimiento (GH), el factor de crecimiento similar a la insulina (IGF) y la proteína transportadora de IGF (IGFBP), lo cual tiene consecuencias significativas para la recuperación y el pronóstico del paciente.

La disminución en las concentraciones circulantes de IGF durante el estado catabólico se ha observado en varios estudios clínicos. Esta reducción puede ser atribuida a múltiples factores, incluyendo la alteración en la respuesta hormonal inducida por el estrés metabólico y la inflamación sistémica que acompaña a las lesiones graves. Además, la disminución en la producción hepática de IGF en respuesta a los niveles reducidos de GH circulante contribuye a esta disminución en las concentraciones de IGF.

La disminución en las concentraciones de IGF está estrechamente relacionada con la supresión del eje GH-IGF-IGFBP. En condiciones normales, la GH estimula la producción de IGF en el hígado y otros tejidos, y el IGF ejerce importantes efectos metabólicos y anabólicos. Sin embargo, durante el estado catabólico, la producción de GH puede verse comprometida debido al estrés y la inflamación, lo que resulta en una reducción en los niveles circulantes de IGF y, por ende, en la actividad del eje GH-IGF-IGFBP.

Esta supresión del eje hormonal tiene implicaciones significativas para el metabolismo y la recuperación del paciente después de lesiones graves. El IGF desempeña un papel crucial en la promoción del crecimiento y la reparación tisular, así como en la regulación metabólica. La disminución en los niveles de IGF puede dificultar la recuperación de la lesión y aumentar el riesgo de complicaciones relacionadas con la cicatrización de heridas, la pérdida de masa muscular y la disfunción metabólica.

 

 

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