Movimiento de los fármacos en el organismo

Movimiento de los fármacos en el organismo
Movimiento de los fármacos en el organismo

La farmacocinética se refiere a los procesos de absorción, distribución, metabolismo y excreción de un fármaco en el organismo. Estos procesos están influenciados por las características del fármaco, como su tamaño y estructura molecular, su grado de ionización, su solubilidad en lípidos y su capacidad de unirse a proteínas. Además, las propiedades de las membranas celulares que el fármaco debe atravesar también son cruciales para determinar su movimiento y disponibilidad en los sitios de acción dentro del cuerpo.

El cuerpo humano está diseñado para protegerse de sustancias extrañas y potencialmente dañinas. Por lo tanto, cuando se administran fármacos, el organismo pone en marcha una serie de mecanismos para restringir el acceso de estas moléculas al interior del cuerpo y asegurarse de que solo lleguen a su objetivo específico, donde pueden ejercer su efecto terapéutico.

Después de la administración de un fármaco, una de las primeras etapas que debe superar es la absorción. La absorción se refiere al proceso mediante el cual el fármaco ingresa al torrente sanguíneo desde el sitio de administración. Dependiendo de la vía de administración, los fármacos pueden ser absorbidos a través de diversas barreras, como la piel, las membranas mucosas del tracto gastrointestinal o los pulmones. Cada barrera tiene sus propias características y desafíos específicos.

Una vez que el fármaco ha sido absorbido, debe distribuirse por todo el cuerpo para llegar a su sitio de acción. La distribución implica el transporte del fármaco a través de los vasos sanguíneos y linfáticos hacia los tejidos y órganos. Durante este proceso, el fármaco puede encontrarse con diversas barreras, como las membranas celulares, que pueden limitar su acceso a ciertos tejidos. Además, la distribución puede estar influenciada por la unión del fármaco a proteínas en el torrente sanguíneo, lo que puede afectar su disponibilidad y duración de acción.

Una vez que el fármaco ha alcanzado su sitio de acción, comienza a ser metabolizado en el organismo. El metabolismo implica la transformación química del fármaco en compuestos más solubles y fáciles de eliminar. El hígado es el principal órgano encargado del metabolismo de los fármacos, aunque otros tejidos también pueden participar. Durante este proceso, los fármacos pueden ser modificados mediante reacciones enzimáticas, lo que puede alterar sus propiedades farmacológicas.

Finalmente, el fármaco debe ser eliminado del cuerpo a través de la excreción. Los principales órganos involucrados en la excreción de los fármacos son los riñones, el hígado y los intestinos. Los riñones filtran los fármacos y sus metabolitos a través de la orina, mientras que el hígado puede eliminarlos a través de la bilis, que luego se excreta en las heces. También existe la posibilidad de que los fármacos sean reabsorbidos en el tracto gastrointestinal y recirculen en el cuerpo antes de ser finalmente eliminados.

Varios factores afectan la capacidad de un fármaco para atravesar las membranas celulares. Uno de ellos es el tamaño molecular. Los fármacos de menor tamaño tienen más facilidad para atravesar las membranas que aquellos de mayor tamaño. Además, la estructura molecular del fármaco también juega un papel importante. Algunas estructuras moleculares pueden interactuar de manera más efectiva con las moléculas de la membrana y facilitar su paso.

La ionización del fármaco también es un factor crucial. Los fármacos pueden existir en formas ionizadas y no ionizadas, y esta propiedad afecta su capacidad para atravesar las membranas. La forma no ionizada tiende a ser más liposoluble y puede atravesar fácilmente las membranas lipídicas. Sin embargo, la forma ionizada puede tener dificultades para cruzar las membranas, especialmente si la membrana es lipídica y la forma ionizada es hidrofílica.

La solubilidad del fármaco en lípidos también es un factor determinante. Los fármacos que son altamente solubles en lípidos tienden a pasar más fácilmente a través de las membranas lipídicas. Esto se debe a que las membranas celulares están compuestas principalmente de lípidos y las moléculas liposolubles pueden difundirse más fácilmente a través de ellas.

La unión a proteínas séricas y tisulares también puede afectar la disponibilidad y el movimiento de un fármaco en el organismo. Los fármacos pueden unirse a proteínas en la sangre, lo que reduce su fracción libre y, por lo tanto, su capacidad para atravesar las membranas y llegar a los sitios de acción. Además, algunos fármacos también pueden unirse a proteínas en los tejidos, lo que puede influir en su distribución y liberación.

 

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Anatomía del hígado

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