¿Qué es un bloqueador del receptor muscarínico?

¿Qué es un bloqueador del receptor muscarínico?
¿Qué es un bloqueador del receptor muscarínico?
Generalidades

Los antagonistas muscarínicos o antimuscarínicos son algunas veces llamados parasimpaticolíticos debido a que bloquean los efectos de la descarga parasimpática autonómica. La atropina es el prototipo de estos fármacos.

La mayoría de los fármacos que bloquean las acciones de la acetilcolina son agonistas inversos. La atropina causa bloqueo reversible de acciones colinomiméticas en receptores muscarínicos. Cuando la atropina se une al receptor muscarínico, evita acciones como la liberación de trifosfato de inositol (IP3) y la inhibición de adenilil ciclasa que son causadas por agonistas muscarínicos. La atropina es altamente selectiva para los receptores muscarínicos. Su potencia en los receptores nicotínicos es mucho menor, y las acciones en receptores no muscarínicos por lo general no son detectables clínicamente.

La atropina no distingue entre los subgrupos M1, M2 y M3 de los receptores muscarínicos. Otros fármacos antimus carínicos son moderadamente selectivos para uno u otro de estos subgrupos.

La atropina y sus congéneres naturalmente correlativos son ésteres alcaloides de aminas terciarias de ácido trópico. Es extraída de la planta Atropa belladona o sombra nocturna y de la Datura stramonium también conocida como hierba jimson (hierba de Jamestown), Datura sagrada o manzana espinosa. El compuesto extraído naturalmente de la atropina es l(-)-hiosciamina, pero se racemiza con facilidad, por lo que el material comercial es hiosciamina racémica d,l.

 

Los alcaloides naturales y la mayoría de los fármacos antimuscarínicos terciarios se absorben bien en el intestino y las membranas conjuntivales, algunos incluso son absorbidos a través de la piel. La atropina y los otros agentes terciarios están ampliamente distribuidos en el cuerpo. Se alcanzan niveles significativos en el sistema nervioso central. Los derivados cuaternarios son mal capta dos por el cerebro a dosis bajas.

Cerca de 50% de la dosis se excreta sin cambios en la orina. La mayoría del resto aparece en la orina como productos de la hidrólisis y la conjugación.

 

Efectos

La efectividad de los fármacos antimuscarínicos varía con el tejido y con el origen del agonista. Los tejidos más sensibles a la atropina son las glándulas salivales, bronquiales y sudoríparas. La atropina suprime la sudoración termorreguladora, la temperatura corporal se eleva por este efecto sólo si se administran dosis grandes.

La atropina tiene efectos estimulantes mínimos sobre el sistema nervioso central, en especial los centros medulares parasimpáticos, y un
efecto sedante más lento y duradero en el cerebro. La escopolamina tiene efectos centrales más marcados, produciendo somnolencia cuando se administra en las dosis recomendadas y amnesia en personas sensibles. En dosis tóxicas ambos fármacos pueden causar excitación, agitación, alucinaciones y coma.

En los ojos el bloqueo por atropina tópica y otros fármacos antimuscarínicos terciarios da como resultado una actividad dilatadora simpática sin oposición que se traduce en midriasis. El segundo efecto ocular importante de los fármacos antimuscarínicos es debilitar la contracción del músculo ciliar o cicloplejía que produce la pérdida de la capacidad de acomodación de la lente. Un tercer efecto ocular de los fármacos antimuscarínicos es reducir la secreción lagrimal.

En el corazón a las dosis terapéuticas, de moderadas a altas, de la atropina causan taquicardia en mediante el bloqueo de la ralentización vagal. Las dosis más bajas con frecuencia dan lugar a una bradicardia inicial antes de que se manifiesten los efectos del bloqueo vagal periférico. La atropina puede reducir de forma significativa el intervalo PR del electrocardiograma bloqueando los receptores muscarínicos en el nodo auriculoventricular. En concentraciones tóxicas, los fármacos pueden causar bloqueo de conducción intraventricular.

En dosis tóxicas, y en algunos individuos en dosis normales, los agentes antimuscarínicos causan vasodilatación cutánea, en especial en la parte superior del cuerpo.

En el sistema respiratorio la administración de la atropina puede causar algo de broncodilatación y reducir la secreción.

En el tracto gastrointestinal, el bloqueo de los receptores muscarínicos tiene efectos dramáticos sobre la motilidad y algunas de las funciones secretoras del intestino. Los fármacos antimuscarínicos tienen efectos marcados sobre la secreción salival causando boca reseca. La secreción gástrica se bloquea de manera menos efectiva de manera que el volumen y la cantidad de ácido, pepsina y mucina se reducen, pero requiere grandes dosis de la atropina. La atropina afecta poco la secreción pancreática e intestinal debido a que estos procesos están primariamente bajo el control hormonal en lugar de control vagal. La motilidad del músculo liso gastrointestinal se ve afectada desde el estómago hasta el colon, disminuyen el tono y los movimientos de propulsión y las paredes de las vísceras están relajadas.

La acción antimuscarínica de la atropina y sus análogos relaja el músculo liso de los uréteres y la pared de la vejiga y ralentiza la micción.

 

 

 

 

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