¿Qué son los macrófagos?

¿Qué son los macrófagos?
¿Qué son los macrófagos?

‌Los macrófagos son células fagocíticas derivadas de los monocitos que contienen abundante cantidad de lisosomas. Los macrófagos del tejido conjuntivo, también conocidos como histiocitos, derivan de las células sanguíneas llamadas monocitos.

Los monocitos migran desde el torrente sanguíneo hacia el tejido conjuntivo, donde se diferencian en macrófagos.

Los macrófagos del tejido son difíciles de identificar, salvo que muestren claros indicios de actividad fagocítica, su núcleo se encuentra hendido o con forma de riñón. Los lisosomas son abundantes en el citoplasma y la superficie del macrófago muestra numerosos pliegues y evaginaciones digitoformes. Los pliegues de la superficie engloban las sustancias que serán fagocitadas.

Los lisosomas del macrófago, junto con las evaginaciones citoplasmáticas superficiales, son las estructuras más indicativas de la capacidad fagocítica especializada de la célula.

El macrófago también puede contener vesículas endocíticas, fagolisosomas y otros indicios de fagocitosis como los cuerpos residuales. El retículo endoplásmico rugoso, retículo endoplásmico liso y el aparato de Golgi sustentan la síntesis de las proteínas que intervienen en las funciones fagocíticas y digestivas, al igual que en las funciones secretoras de la célula.

Los productos de secreción del macrófago salen de la célula a través de los mecanismos de exocitosis, tanto constitutiva como regulada. La secreción regulada puede ser activada por la fagocitosis, los complejos inmunitarios, el complemento y las señales proveniente de los linfocitos. Entre los productos de secreción liberados por el macrófago hay una gran variedad de sustancias relacionadas con la respuesta inmunitaria, la anafilaxia y la inflamación. La liberación de proteasas neutras y GAGasas facilita la migración de los macrófagos a través del tejido conjuntivo.

Los macrófagos son células presentadoras de antígenos y tienen una función importante en las reacciones de la respuesta inmunitaria. Si bien la principal función del macrófago es la fagocitosis, ya sea como actividad de defensa o como operación de limpieza, también desempeña un papel importante en las reacciones de la respuesta inmunitaria.

Los macrófagos poseen proteínas específicas en su superficie, conocidas como moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad II (MHC II), que les permiten interactuar con los linfocitos T cooperadores (helper) CD4+. Cuando los macrófagos fagocitan una célula extraña, los antígenos aparecen exhibidos en la superficie de las moléculas del MHC II. Si un linfocito T CD4+ reconoce el antígeno exhibido, se activa y desencadena una respuesta inmunitaria.

Debido a que los macrófagos le “presentan” el antígeno a los linfocitos T CD4+ cooperadores, se denominan células presentadoras de antígenos. Los macrófagos llegan al sitio de la lesión del tejido después de los neutrófilos y sufren diferenciación. En el sitio de la lesión tisular, las primeras células en llegar a la zona lesionada son los neutrófilos. Son los primeros en reconocer los organismos extraños o agentes infecciosos y comenzar la destrucción, ya sea por intermediarios reactivos del oxígeno o por mecanismos de muerte independientes del oxígeno. Durante este proceso de destrucción, se generan en el sitio de la lesión grandes cantidades de secreciones y detritos celulares. Además, puede haber presencia de microorganismos que sobrevivieron a la acción de los neutrófilos. Después de 24 horas, desde los vasos sanguíneos entran los monocitos al sitio de la lesión y se diferencian en macrófagos, donde permanecen hasta que se resuelva la inflamación.

Al comienzo, el objetivo de los macrófagos es destruir los microorganismos que hayan sobrevivido al ataque de los neutrófilos. En forma simultánea, los macrófagos se activan por la interacción con diversas moléculas producidas por los neutrófilos y los microorganismos invasores. Durante este proceso, los macrófagos sufren una serie de alteraciones funcionales, morfológicas y bioquímicas desencadenadas por las diversas activaciones génicas. Los macrófagos de activación clásica (macrófagos M1) promueven la inflamación, la destrucción de la matriz extracelular y la apoptosis.

La activación por interferón g (IFN-g), por factor de necrosis tumoral a (TNF-a) o por lipopolisacárido (LPS) bacteriano, origina un macrófago de activación clásica o macrófago M1.

Los macrófagos M1 tienen la capacidad, a través de la producción de óxido nítrico y otros intermediarios, de destruir microorganismos en el sitio de la inflamación. También secretan interleucina (IL)-12, la cual actúa sobre los linfocitos T CD4+ cooperadores. A su vez, las células T colaboradoras secretan IL-1, la cual estimula los linfocitos T CD8+ para que lleguen al sitio de la inflamación.

Los macrófagos M1 incitan la inflamación crónica y la lesión tisular. Cuando los macrófagos encuentran cuerpos extraños grandes, pueden fusionarse para formar una célula enorme que contiene hasta 100 núcleos y que fagocita el cuerpo extraño. Estas células multinucleadas reciben el nombre de células gigantes de cuerpo extraño (células de Langhans).

El macrófago activo llamado macrófago M2, actúa para resolver la inflamación y promueve la reconstrucción de la matriz extracelular, la proliferación celular y la angiogénesis. Cuando se elimina el estímulo inflamatorio del sitio de la lesión del tejido, el cuerpo entra en modo de reparación, el cual incluye la eliminación de los detritos celulares, la síntesis de los componentes de la nueva matriz extracelular y la revascularización del tejido lesionado. Durante este período, los macrófagos se activan por medio de las citosinas, como las IL-4, -5, -10 o -13.  Estos tipos de células se denominan macrófagos de activación alternativa o macrófagos M2 y, en general, son antiinflamatorios. Secretan IL-4 para promover la diferenciación de los linfocitos B en células plasmáticas y factor de crecimiento vascular endotelial (VEGF) para estimular la angiogénesis. Los macrófagos M2 también secretan componentes de la matriz extracelular como fibronectina y otras glucoproteínas multiadhesivas, y dirigen sus acciones hacia la resolución de la inflamación. Promueven la reparación de la lesión debido a sus acciones antiinflamatorias, angiógenas y proliferantes. Los macrófagos M2 también son eficaces a la hora de combatir las infecciones parasitarias. Además de sus actividades benéficas, los macrófagos M2 participan en la patogénesis de la alergia y el asma.

 

 

 

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