Asociación entre medicamentos antihipertensivos y cáncer
El estudio de la relación entre la exposición prolongada a medicamentos antihipertensivos y el riesgo de cáncer ha sido un área de investigación importante en las ciencias médicas, debido a la necesidad de comprender los efectos a largo plazo de estos tratamientos. La hipertensión es una de las principales enfermedades crónicas que afectan a la población mundial, y los medicamentos antihipertensivos son de uso común en el manejo de esta condición. Sin embargo, la preocupación sobre un posible riesgo aumentado de cáncer asociado con su uso a largo plazo ha impulsado numerosos estudios observacionales.
Estos estudios han analizado en diversas poblaciones el vínculo entre el uso prolongado de antihipertensivos y la incidencia de distintos tipos de cáncer. Sin embargo, los resultados obtenidos hasta la fecha han sido diversos y, en general, no proporcionan una respuesta concluyente sobre si existe o no una relación causal entre estos medicamentos y el riesgo de cáncer. Algunos estudios han sugerido la posibilidad de una asociación débil entre ciertos fármacos antihipertensivos y un mayor riesgo de desarrollar cáncer, mientras que otros no han encontrado ninguna relación significativa. Estos resultados dispares podrían explicarse por las variaciones en el diseño de los estudios, las características demográficas de las poblaciones estudiadas, la duración del seguimiento o la heterogeneidad de los tipos de cáncer considerados.
Un factor clave que contribuye a esta incertidumbre es la falta de estudios prospectivos a gran escala en los cuales el cáncer se establezca como un objetivo primario preespecificado. Los estudios observacionales, aunque valiosos para explorar asociaciones, son inherentemente susceptibles a sesgos de confusión, es decir, a la influencia de factores no controlados que pueden distorsionar los resultados. En ausencia de ensayos clínicos prospectivos que hayan sido diseñados específicamente para evaluar el riesgo de cáncer como uno de sus resultados primarios, las evidencias disponibles no permiten establecer una relación causal clara.
En contraste con la incertidumbre sobre el impacto de los antihipertensivos en el riesgo de cáncer, los beneficios de estos medicamentos en la reducción de los eventos cardiovasculares están bien establecidos. A través de una amplia evidencia científica, se ha demostrado que los antihipertensivos son eficaces para disminuir la mortalidad y morbilidad cardiovascular al controlar la presión arterial, lo que reduce el riesgo de enfermedades como el infarto de miocardio, el accidente cerebrovascular y la insuficiencia renal. Estos efectos positivos sobre la salud cardiovascular están respaldados por estudios clínicos rigurosos, los cuales proporcionan un alto nivel de certeza en cuanto a la eficacia de estos fármacos.
A pesar de las preocupaciones planteadas por algunos estudios sobre la posible asociación entre los antihipertensivos y el cáncer, no existen datos lo suficientemente sólidos ni consistentes que justifiquen un cambio en las prácticas actuales de prescripción. En términos generales, los beneficios conocidos de los medicamentos antihipertensivos en la prevención de eventos cardiovasculares graves continúan superando los riesgos potenciales, que siguen siendo inciertos y no confirmados de manera definitiva. Por lo tanto, aunque se debe seguir investigando el posible impacto de estos fármacos sobre el riesgo de cáncer, las evidencias actuales no indican que haya motivos para modificar las pautas de tratamiento establecidas en la práctica clínica habitual.
La hipertensión es una de las comorbilidades más prevalentes entre los pacientes con cáncer. De acuerdo con los datos epidemiológicos, un número significativo de pacientes diagnosticados con cáncer presenta antecedentes de hipertensión, o bien desarrollan esta condición a lo largo de su tratamiento oncológico debido a diversos factores relacionados con la enfermedad y los fármacos utilizados. Dada la alta prevalencia de la hipertensión en estos pacientes, los medicamentos antihipertensivos se prescriben comúnmente tanto antes del diagnóstico de cáncer como durante el tratamiento de la neoplasia, con el objetivo de controlar la presión arterial y prevenir las complicaciones asociadas a la hipertensión, como las enfermedades cardiovasculares y los daños renales. Sin embargo, la pregunta sobre si estos medicamentos pueden influir en la incidencia del cáncer, en la eficacia de los tratamientos oncológicos o en el pronóstico general de los pacientes con cáncer sigue sin una respuesta definitiva.
Una de las áreas que ha suscitado interés es el impacto potencial de los medicamentos antihipertensivos en los procesos biológicos involucrados en el desarrollo del cáncer. La señalización renina-angiotensina y la vía β-adrenérgica son sistemas clave que no solo participan en la regulación de la presión arterial, sino que también están involucrados en varios procesos celulares relacionados con la progresión tumoral, tales como la proliferación celular, la angiogénesis (la formación de nuevos vasos sanguíneos) y la invasión de tejidos. Estos mecanismos son fundamentales en el desarrollo y la diseminación del cáncer, ya que la capacidad de un tumor para proliferar y formar nuevas estructuras vasculares es crucial para su crecimiento y para la metástasis, el proceso mediante el cual las células tumorales se diseminan a otras partes del cuerpo. Por lo tanto, la inhibición de estas vías, que se logra mediante los medicamentos antihipertensivos, podría teóricamente tener efectos beneficiosos no solo en el control de la hipertensión, sino también en la prevención o en el tratamiento del cáncer, al limitar la proliferación y la invasión de células cancerosas. Esta idea ha sido respaldada por algunos estudios preclínicos y observacionales, que sugieren que los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, los bloqueadores de los receptores de angiotensina o los bloqueadores β-adrenérgicos podrían tener efectos anticancerígenos en ciertos contextos.
Sin embargo, los resultados de los estudios clínicos que han explorado esta relación entre los antihipertensivos y el cáncer son aún inconsistentes. Algunos estudios han observado posibles efectos beneficiosos de estos medicamentos en la reducción de la incidencia o progresión del cáncer, mientras que otros no han encontrado ninguna asociación significativa. Esta disparidad en los hallazgos podría deberse a varios factores, entre ellos, la heterogeneidad en los diseños de los estudios. En particular, los estudios varían en cuanto al tipo de fármacos antihipertensivos utilizados, el tipo de cáncer estudiado, el momento en que se administran los medicamentos, y la población de pacientes evaluada. Estos elementos pueden influir en la interpretación de los resultados y dificultan la clarificación de una posible relación causal entre los antihipertensivos y el cáncer.
Además, la naturaleza compleja de los cánceres y su tratamiento añade una capa de complicación. Los pacientes con cáncer a menudo son sometidos a terapias agresivas, como la quimioterapia, la radioterapia o la inmunoterapia, que pueden modificar la respuesta biológica del organismo y alterar la forma en que los medicamentos antihipertensivos afectan la progresión tumoral. En este contexto, los efectos de los antihipertensivos podrían ser diferentes dependiendo de las interacciones con los tratamientos oncológicos, lo que complica aún más la interpretación de los resultados.
Para abordar esta incertidumbre, se han propuesto enfoques experimentales adicionales que podrían proporcionar información más clara sobre la relación entre los antihipertensivos y el cáncer. Un enfoque prometedor es el uso de células pluripotentes inducidas, que pueden derivarse de pacientes con cáncer para crear modelos celulares que simulen las condiciones específicas del cáncer en individuos con hipertensión. Estos modelos celulares permitirían estudiar en detalle los efectos de los medicamentos antihipertensivos sobre la biología tumoral en un entorno controlado y personalizado. Otro enfoque novedoso es el análisis de células individuales dentro de los clústeres de células cancerosas, lo que permitiría una evaluación más precisa de cómo los fármacos pueden afectar a la heterogeneidad celular de los tumores, un aspecto crucial en la progresión del cáncer y la resistencia al tratamiento. Además, los estudios clínicos basados en sistemas de registros de salud electrónicos, integrados con inteligencia artificial, podrían ayudar a analizar grandes volúmenes de datos clínicos para identificar patrones y asociaciones entre los antihipertensivos y los resultados oncológicos en diversas poblaciones de pacientes. Este tipo de investigación podría proporcionar una base más sólida para evaluar si la prescripción de estos medicamentos tiene algún impacto sobre el pronóstico o la eficacia del tratamiento en los pacientes con cáncer.
Fuente y lecturas recomendadas:
- Kidoguchi S et al. Antihypertensive drugs and cancer risk. Am J Hypertens. 2022;35:767. [PMID: 35595533]
- Papadakis, M. A., McPhee, S. J., Rabow, M. W., & McQuaid, K. R. (Eds.). (2025). Diagnóstico clínico y tratamiento 2024. McGraw Hill.