¿Qué es la miocarditis infecciosa?

¿Qué es la miocarditis infecciosa?
¿Qué es la miocarditis infecciosa?

La miocarditis infecciosa es una inflamación del miocardio, que es el tejido muscular del corazón, causada por una infección. Esta condición puede ser provocada por una variedad de agentes infecciosos, como virus, bacterias, hongos, parásitos u otros organismos microscópicos. Cuando estos agentes ingresan al organismo, pueden propagarse al tejido del corazón y desencadenar una respuesta inflamatoria en el miocardio.

La miocarditis infecciosa puede presentarse en personas de todas las edades, aunque es más común en niños y adultos jóvenes. Los virus son la causa más frecuente de miocarditis infecciosa, y algunos de los más comunes son el virus Coxsackie B, el virus de Epstein-Barr, el virus de la influenza, el citomegalovirus y el virus de la hepatitis C. Sin embargo, otras infecciones bacterianas, fúngicas o parasitarias también pueden desencadenar esta condición.

La forma en que la infección afecta el corazón varía. En algunos casos, el agente infeccioso puede atacar directamente las células del miocardio, causando daño y desencadenando una respuesta inflamatoria. En otros casos, la inflamación es una respuesta inmunológica excesiva del organismo ante la presencia del agente infeccioso. Esta inflamación puede debilitar el tejido muscular del corazón y afectar su capacidad para bombear sangre de manera eficiente.

 

Agentes causales

Virus de RNA: picornavirus (coxsackie A y B, virus ECHO, poliovirus, virus de hepatitis), ortomixovirus (influenza), paramixovirus (virus sincitial respiratorio, virus de parotiditis), togavirus (rubéola), flavivirus (dengue, fiebre amarilla).

Virus de DNA: adenovirus (A1, 2, 3 y 5), eritrovirus (BI9V y 2), herpesvirus (virus herpético humano 6 A y B, virus citomegálico. Virus de Epstein-Barr, varicela-zóster), retrovirus (VIH).

Bacterias: Clamidia (Chlamydophila pneumoniae, C. psittaci), Haemophilus influenzae, Legionella, Pneumophilia, Brucella, Clostridium, Francisella tularensis, Neisseria meningitis, Mycobacterium (tuberculosis), Salmonella, Staphylococcus, estreptococos A, Streptococcus pneumoniae, tularemia, tétanos, sífilis, Vibrio cholera Espiroquetas: Borrelia recurrentis, leptospira, Treponema pallidum Rickettsias: Coxiella burnetti, R. rickettsii, R. prowazekii

Hongos: Actinomyces, Aspergillus, Candida, Cryptococcus, Histoplasma, Nocardia

Protozoos: Entamoeba histolytica, Plasmodium falciparum, Trypanosoma cruzi, T. burcei, T. gondii, Leishmania Helmintos: Ascaris, Echinococcus granulosus, Schistosoma, Trichenella spiralis, Wuchereria bancrofti.

 

Manifestaciones clínicas

Los síntomas de la miocarditis infecciosa pueden variar según la gravedad de la inflamación y la función del corazón. Algunas personas pueden experimentar síntomas leves o incluso no presentar ninguno, mientras que otras pueden experimentar síntomas más graves. El comienzo de la insuficiencia puede ser gradual o repentino y fulminante. Los síntomas comunes incluyen:

  • Dolor en el pecho.
  • Dificultad para respirar.
  • Fatiga y debilidad.
  • Palpitaciones o sensación de latidos cardíacos irregulares.
  • Hinchazón en las piernas, los tobillos o los pies.
  • Fiebre.
  • Mareos o desmayos.

En casos graves, la miocarditis infecciosa puede provocar complicaciones serias, como insuficiencia cardíaca, arritmias cardíacas, coágulos sanguíneos o incluso muerte súbita. Muchas infecciones agudas son subclínicas, aunque pueden manifestarse más adelante en la forma de miocardiopatía idiopática o arritmias ventriculares.

En ocasiones el cuadro inicial puede remedar al infarto agudo del miocardio con cambios en ST, marcadores cardiacos positivos y anomalías de la cinética parietal regional, a pesar de que las coronarias sean normales.

Exámenes complementarios

El diagnóstico de la miocarditis infecciosa puede ser desafiante, ya que los síntomas pueden ser similares a otras afecciones cardíacas. Se pueden realizar pruebas como análisis de sangre para detectar marcadores de inflamación, electrocardiograma (ECG) para evaluar el ritmo y la actividad eléctrica del corazón, ecocardiograma para visualizar la estructura y la función cardíaca, y en algunos casos, biopsia cardíaca para obtener una muestra del tejido del corazón para su análisis.

 

Tratamiento

El tratamiento de la miocarditis infecciosa depende de la causa subyacente y la gravedad de los síntomas. En muchos casos, el reposo y el manejo de los síntomas, como analgésicos para el dolor o medicamentos para controlar la inflamación y la función cardíaca, pueden ser suficientes. Sin embargo, en casos más graves, se pueden requerir medicamentos más potentes, como corticosteroides o inmunosupresores, y en algunos casos, se puede necesitar terapia de apoyo, como soporte cardíaco o incluso trasplante de corazón.

Es importante destacar que la prevención de la miocarditis infecciosa implica tomar medidas para prevenir la propagación de infecciones en general, como practicar una buena higiene, lavado de manos frecuente, evitar el contacto cercano con personas enfermas y mantener las vacunas al día.

 

 

 

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