¿Cuáles son los datos clínicos de enfermedad cardiovascular?

La valoración clínica del paciente con enfermedad cardiovascular confirmada o sospechada, inicia con los métodos clásicos de anamnesis y exploración física dirigida. De forma sistemática se miden la talla y el peso, además de calcularse el índice de masa y el área de superficie corporal.
Los datos de la circunferencia abdominal y el índice cintura-cadera se utilizan para anticipar el riesgo cardiovascular a largo plazo.
La cianosis central aparece en caso de cortocircuitos intensos de de recha a izquierda a nivel del corazón o los pulmones, en los cuales la sangre desoxigenada pasa a la circulación general.
La cianosis periférica o acrocianosis suele provenir de la disminución del flujo sanguíneo a una extremidad por constricción de vasos finos.
La cianosis diferencial denota la de tipo aislado que afecta las extremidades inferiores, pero no las superiores.
El color bronceado excesivo de la piel puede sugerir hemocromatosis como causa de la insuficiencia cardiaca coexistente.
El pseudoxantoma elástico, una enfermedad que acompaña a la aterosclerosis prematura se manifiesta por piel coriácea a manera de empedrado en la axila y pliegues del cuello y por estrías angioides en el estudio fundoscópico.
Las manifestaciones cutáneas de la sarcoidosis como el lupus pernio y el eritema nudoso pueden sugerir dicha enfermedad como causa de la miocardiopatía dilatada coexistente, en particular en casos de bloqueo cardiaco, retardo de la conducción intraventricular o taquicardia ventricular.
Muchos sujetos con cardiopatías congénitas tienen hipertelorismo, orejas de implantación baja o micrognatia.
Cuando la cabeza y el cuello tienen un aspecto moderadamente cianótico y hay incremento extraordinario de la presión venosa sin pulsaciones visibles, habrá que plantear la posibilidad del síndrome de vena cava superior.
La deformidad del tórax en tonel sugiere enfermedad pulmonar obstructiva, en particular cuando se acompaña de taquipnea, respiración con labios entrecerrados y el uso de músculos accesorios de la respiración.
La presencia de la cifosis intensa característica y la flexión lumbar, pélvica y de rodilla compensatoria observada en la espondilitis anquilosante, debe obligar a la auscultación cuidadosa e inmediata en busca del soplo de la insuficiencia aórtica.
El síndrome del dorso recto denota la pérdida de la cifosis normal de la columna torácica y se ha descrito en sujetos con prolapso de la válvula mitral.
El hígado está agrandado (hepatomegalia) y doloroso a la palpación en sujetos con insuficiencia cardiaca crónica.
Las pulsaciones sistólicas en el hígado denotan insuficiencia tricuspídea intensa.
La esplenomegalia puede ser componente del cuadro de endocarditis infecciosa, en particular si los síntomas han persistido semanas o meses.
La ascitis es una manifestación inespecífica, pero puede aparecer en la fase avanzada de la insuficiencia cardiaca crónica de las cavidades derechas del corazón o pericarditis constrictiva.
La presencia de un soplo arterial en el abdomen sugiere enfermedad aterosclerótica grave.
El hipocratismo digital denota la presencia de un cortocircuito central de derecha a izquierda, aunque también se ha descrito en sujetos con endocarditis.
Las lesiones de Janeway propias de la endocarditis incluyen hemorragias levemente abultadas no doloro sas en palmas y plantas.
Los nódulos de Osler propios de la endocarditis son prominencias que duelen al tocarlas, en la yema de los dedos de la mano o de los pies.
El edema en las extremidades inferiores o en la zona presacra, en el marco de incremento de la presión de la vena yugular, define la sobrecarga volumétrica y pudiera ser una manifestación de insuficiencia cardiaca crónica o de pericarditis constrictiva.
La atrofia muscular o la desaparición de vello en la extremidad concuerda con la insuficiencia arterial grave.


Originally posted on 11 de marzo de 2023 @ 9:42 AM